Capítulo 19.

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Para mi mala suerte, me desperté más que temprano.

Eran las cinco de la mañana y no tenía ningún tipo de sueño, por algún motivo, no se cual, era como si hubiera dormido plácidamente toda la noche. Cosa que no fue así.

Tengo un poco de frío, tal vez fue eso lo que logró despertarme.

¿A qué se deberá ese frío?

Oh, no se. Tal ve, porque estoy completamente desnuda.

Karina duerme tan plácidamente, está acostada sobre mi pecho, no soy capaz de explicar que tan bien de siente estar así con la persona que amas.

Me di cuenta de que ella seguía todavía con ropa, bueno en la parte de arriba solo su sujetador negro, pero debajo si tenía hasta el short.

No pienso permitirlo.

Sin moverme demasiado para que ella no se despertara la hice a un lado. Apenas ella no estaba sobre mi empecé a bajar por debajo de la sabana que nos cubría.

Me deshice de su ropa y no se despertó.

Si que tiene un sueño profundo, demasiado para mí gusto.

Les separe las piernas muy delicadamente para que no se despertara.

Me quedé un poco impactada con lo que tenia delante.

No sabía que se supone que debía hacer, pero, quería hacerla sentir bien además de despertarla, así que me deje llevar.

Con mi lengua separe sus labios mayores y empecé a succionar su clítoris.

–Mmm.–se removía pero seguía dormida.

Tomé su clítoris entre mis dientes y lo mordí, obvio fue una mordida pequeña.

–Mía, eres una niña muy mala.–dijo mientras alzaba la sábana con una voz extremadamente ronca. No se si era a causa del sueño o no, pero me gustaba.

–¿Mommy está enojada?–no se en que momento pase de niña buena a esto.

–Mucho.–¡Dios! Su voz es extremadamente ronca.–Tendrás que compensarme.

–Mmm. Ya se como.

Volví a mi labor inmediatamente.

Ella echó su cabeza hacia atrás y tomó las sábanas entre sus manos. Eso significa que le gusta lo que estoy haciendo, creo.

Seguí seccionado su clítoris y azotándolo rítmicamente con mi lengua.

–Mía no pares.

–¿Qué se dice?–pregunté mientras pasaba mi lengua por toda su intimidad.

–Mía.–Creo que se empieza a enojar, pero no me molesta que se moleste.

–¿Qué se dice?–pregunté esta vez en un tono más autoritario mientras regresaba mi lengua a su clítoris.

–P-Por favor.–su voz esta demasiado distorsionada.

–¿Perdona, que dijiste? No pude oírte.–Estaba trazando círculos con mi lengua alrededor de su entrada.

–¡Por favor!

–Qué niña más buena.

Introduje mi lengua en su entrada y la empecé a mover en círculos para estimularla mientras acariciaba su clítoris con mis dedos.

–Mía más rápido.–le hice caso.

Aumenté mi ritmo tal y como ella me pidió.

En menos de tres segundos ella se corrió en mi boca.

Esto no es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora