- ¿Dónde va esta X? -Me pregunta Victor como si yo fuera a saberlo, señalándome con la punta de su lapicera una desprolija ecuación en su hoja de matemáticas. Me rasco la barbilla, haciendo una mueca de confusión-. Mark Tuan me lo había explicado, pero ya lo olvidé.
- Uh, bueno... -Achiné mis ojos. No tengo idea de qué hacer, ¡en mi último exámen de matemática he sacado un dos de CIEN PUNTOS! Victor me mira expectante-. No tengo ni puta idea, Vic, ¿para qué coño me preguntas a mí?
Se tira hacia atrás en su silla con una mueca de irritación mientras deja bruscamente su lapicera sobre su cuaderno, cubriéndose el rostro con ambas manos. Suelta un bufido.
- Bill.
- ¿Qué quieres?
-¿Bajo qué puente te gustaría vivir?
Le doy un brusco golpe en el hombro para reprenderlo y él se gira hacia mí, descubriéndose el rostro para poder mirarme.
- Deja de dramatizar, estúpido.- ¿"Dramatizar"? -Repite, haciéndose el ofendido. Señala con un dedo acusador la hoja de ejercicios frente a él completamente vacía-. Ni siquiera pudimos completar el bendito primer punto, ¿y me dices que estoy dramatizando?
Ruedo los ojos, sin embargo, no puedo refutar lo que dice. Tanto él como yo somos pésimos en matemática, y para empeorar la situación no conocemos a nadie que sea bueno en la materia, así que lo único que nos queda es arreglarnos por nosotros mismos para estudiar. Por eso, ahora mismo, ambos nos encontramos sentados en una de las tantas mesas del comedor de nuestro instituto, intentando resolver la tarea que dictó la profesora de matemática la anterior clase. Por supuesto, estamos fracasando.
- ¿Y si llamamos a Mark de nuevo...? -Propuse, pero Victor al instante comenzó a negar con la cabeza repetidas veces.No, no, y absolutamente, no. -Cruzó sus manos sobre su regazo, y yo al instante me preparé para un sermón; cada vez que hace eso es una mala señal-. Ya he abandonado parte de mi sagrado orgullo al pedirle que me ayude en esto, ¿y pretendes que vuelva a ponerme en ridículo frente a él y su grupo de amigos para pedírselo de nuevo? No, estás mal, Bill. No voy a hacer eso.
Tallo mis ojos con mi dedo pulgar e índice mientras suelto un suspiro.
¿Y entonces qué pretendes que hagamos, eh? Dímelo. -Desafié. Él se queda callado unos segundos.
- Bueno... -Empieza a observar a todos lados, - deteniendo la vista en cada una de las personas que pasaban a nuestro alrededor mientras yo esbozo una burlona sonrisa al ver que no tiene nada para decir. Sin embargo, de repente, su rostro se ilumina y sonríe-. ¡Hey, Tom! ¡Ven aquí!
Ah, Tom... Espera, ¿¡Tom!?Me giro con el corazón en la garganta y en cuanto veo al Rastudo acercándose a nuestra mesa con una linda sonrisa de dientes mis manos tiemblan y mi estómago revolotea. Solo espero que sean cosquillas y no pétalos que quieren salir.
Buenas tardes, chicos. -Saluda, una vez que está cerca nuestro-. ¿Qué sucede?
Victor me mira como si me incitara a hablar primero, pero al ver que me mantengo en silencio sin intenciones de abrir la boca, carraspea y habla.
Nos preguntábamos... -No, Victor: tú te lo preguntas. Yo no quiero tener nada que ver en esto-. Si tú podrías ayudarnos con matemáticas. En el último exámen te había ido bastante bien según me dijeron, ¿no? -Hace ojitos. Dios, qué vergüenza, ¿por qué es así?
Logro ver por el rabillo de mi ojo como Tomsuelta una suave risa, seguido de un asentimiento de cabeza. Mi estómago vuelve a cosquillear y resisto a la tentación de cubrírmelo con las manos, ya que sería demasiado extraño que lo hiciera.
El Rastudo se talla la nariz con dos dedos.Tienes razón. Bueno, supongo que podría ayudarlos. ¿Tienen libre el día de mañana? -Dirige su vista hacia mí. ¿Por qué me está mirando? ¿Qué quiere? Victor asiente repetidas veces.
Yo me digno a afirmar vagamente con la cabeza, y lo veo esbozar una sonrisa.
- Está bien, entonces, mañana después de la escuela los espero en mi casa.
Y en ese momento, mi corazón da un vuelco al escuchar sus palabras. ¿Ir a su casa? No, jamás. Nunca. Imposible. Cuando lo veo que está por irse, me apresuro a levantarme de mi silla.
- Yo no puedo ir. -Digo firmemente, sintiendo la mirada asesina de Victor en mi espalda. Debe estar clavándome cinco afilados cuchillos en su mente en este instante. Tomse voltea a verme.
- ¿Por qué? Habías dicho que tenías el día libre mañana. -Luce confundido. Frunce el ceño y arruga la nariz, haciéndola aparentar un poco más pequeña. Maldito Tom, ¿por qué debes ser tan guapo?
- Acabo de recordar que tengo algunas cosas que hacer…
- ¿Qué cosas? -Pregunta Victor a mis espaldas, y de no ser porque tengo a Tom frente a mí, me voltearía y lo ahorcaría por ser tan malditamente cotilla. Me rasco la nuca, pensando en algo para hacer.
Dejé de hacer volleyball hace unas semanas así que no me sirve eso como motivo para no ir, ni tengo familiares o amigos lejanos a los cuales visitar. ¿Quedarme en casa para ver películas será una buena excusa? Tom se cruza de brazos y me mira, expectante, esperando por una respuesta a la pregunta de Victor.
- Tengo que... bañar a mi cerdo.
Ambos se mantienen mirándome unos segundos antes de que mi mejor amigo estalle a carcajadas.
- P-pero si no tienes un cerdo. -Habla él de forma entrecortada por la risa, intentando calmar su respiración mientras se tira aire con las manos. Le sonrío irónicamente.
- Tú eres el cerdo.
Pone los ojos en blanco.- No te preocupes, tommy, mañana lo verás ahí a primera hora. -Dice dirigiéndose hacia Tom, el cual simplemente asiente y se despide de nosotros con una media sonrisa. Debe estar pensando que somos extraños.
Cuando se aleja de nosotros, Victor me pega con su mano en la nuca, obligándome a bajar la cabeza mientras sobo el sitio golpeado. Él suelta un bufido mientras guarda las cosas dentro de su mochila de nuevo, al aparecer rindiéndose a seguir intentando resolver el ejercicio.
- ¿A dónde vas? -Le pregunto, mientras lo veo levantarse.
El cerdo se va a clase. -Dice, con fingida indignación, pero se detiene unos segundos antes de irse para tirarme un beso volador al que finjo esquivar, y por fin, deja el comedor.
Cuando me encuentro solo en la mesa, mis ojos buscan algo en lo que entretenerme antes de que suene la campana y mi vista se concentra en una linda pareja que se abrazan por los hombros y se dan rápidos besitos en las mejillas.Sonrío enternecido mientras los veo en la lejanía, sin embargo, mi sonrisa al instante se esfuma cuando reconozco a quienes pertenecen las siluetas: Tom y Hazel, a algunos metros de mí, demuestran su amor públicamente y sin preocupación.
¿Por qué no puedo alegrarme por él? Quiero que sea feliz, y si su felicidad es con Hazel, entonces, ¿por qué me cuesta tanto aceptarlo? Empiezo a sentir cosquilleos en el estómago y una opresión en el pecho que me alertan, sin embargo, la sensación desaparece en cuestión de segundos y puedo respirar en paz.
El amor es lindo hasta que empiezas a sufrir. Entonces, comienzas a verle el lado malo al querer a alguien y deseas no volver a hacerlo nunca más. Pero, por tantas veces que uno lo diga, termina enamorándose de una nueva persona todos los años, una y otra vez, como un círculo vicioso que nunca acaba. Hasta que finalmente encuentras a la persona indicada, o quizás nunca la encuentras y vives una vida completamente normal.
Yo deseo esa vida normal, pero no: aquí Bill, enamorado de Tom Kaulitz, reportándose para sufrir.
ESTÁS LEYENDO
HANNAHAKI | Toll/Twc NR
FanfictionUna vez tuve un amor que no era mío" Dibujaste corazones en mis pensamientos, ahora esos corazones se desangran Twincest No relacionado Lleva acabo temas Serios La enfermera principal es ficticia ES UNA ADAPTACIÓN Créditos A quien corresponda