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Para no hacerles larga está vaina esto es el recuerdo de tom, el primer beso con Bill.

Creo que habrán más caps de recuerdos y el separador de abajo les indicara que es un recuerdo.

Comenzamos con esta monda.

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La fiesta se había salido de control de repente. Rodeados de adolescentes sudorosos y ebrios bailando en el centro de la pista, Bill  y Tom intentaban no perder al otro; ninguno entendía el porqué estaban ahí, ni porqué esta chica a la que el próximo año no volverían a ver de nuevo los había invitado a la "Mejor fiesta del año". Ninguno de los dos tenía espíritu fiestero, pero la idea de salir un poco de casa en un sábado tan aburrido y gris de octubre los hizo considerar durante un momento que era una buena idea ir. Y se arrepintieron.

-Tengo mucha sed —comentó Bill , que se encontraba casi encima de Tom por la cercanía. Estaban todos tan apretujados unos contra otros, que les fue difícil encontrar una esquina donde pudieran respirar sin sentirse ahogados.

Tom, que para ese momento ya tenía a sus oídos retumbando por lo fuerte que estaba la música, simplemente asintió sin tener mucha idea de qué le había dicho o a dónde estaba yendo Bill . Solo supo que se alejó de él y, de repente, estaba solo entre toda una multitud.La mayoría se encontraba bajo los efectos del alcohol. Para ser menores de edad, Tom se sorprendía de que sirvieran alcohol como bebida, si es que ninguno de ellos lo había traído por su cuenta. Sheila (la anfitriona de la fiesta) había abierto la bodega de sus padres y abrió un pequeño minibar en su sala, así que no solo vendían bebidas de cualquier gusto, sino que alcohólicas. Quizás los demás estaban bien con eso, pero Tom no se sentía seguro pensando en que todos estos adolescentes tendrían que volver a sus casas solos y ebrios hasta la médula.

Mientras tanto, Bill  se acercó a la barra a los empujones (casi tuvo una pelea con un chico que estaba muy borracho), y buscó al barman con la mirada, pero no lo encontró. Quería pedir una botella de Coca-Cola, o lo que fuera, pero que no tuviera alcohol. Hacía una hora que estaba ahí y todavía le quedaban unas cinco por delante, si debía esperar a llegar a casa para beber, iba a morir.Desesperado, divisó un vaso no tan a lo lejos suyo y se estiró para alcanzarlo. Lo miró determinadamente; parecía agua, aunque no era muy bueno diferenciando alcohol de lo que no. Así que, sin pensarlo dos veces, limpió el borde del vaso y tomó todo su contenido de un trago. Le ardió un poco la garganta, pero creyó que se debía a lo seca que estaba por la sed.

Se equivocó. A las pocas horas, y con tan solo haber tomado una copa de aquella bebida alcohólica que desconocía, Bill  ya se encontraba debajo de los efectos del alcohol. Se sentía mareado, pero también estaba muy feliz y de repente sentía unas ganas incontrolables de salir a la pista a bailar. Pero no de bailar solo: con Tom. Así que empezó a buscarlo por los pasillos de aquella enorme casa, tocando puerta en puerta como si él fuera a estar en alguna de ellas.

Pero el rastas  no estaba en ningún lado en específico. Al principio se había quedado en su rincón, mirando a todas aquellas bestias moverse sin control, pero la tardanza de Bill  para volver a su lado lo hizo asustar y decidió ir a buscarlo.Por otro lado, Bill  tuvo que presenciar varias escenas: un chico que dormía con medio cuerpo fuera de la cama; una chica que, con el maquillaje corrido por las lágrimas, terminaba de fumarse un cigarrillo; una chica montando a un chico; y, por último pero no el menos importante, un chico llorando en los brazos de otro. Se fue en cuanto los vio porque sintió demasiadas vibras negativas en esa habitación. Por suerte no iba a recordar nada de esto mañana.

HANNAHAKI | Toll/Twc NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora