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Bill está en coma

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Bill está en coma. Mi cabeza nunca ha estado más ruidosa que el día de hoy, luego de haber recibido la noticia: los pensamientos vienen atacándome desde la madrugada, por lo que no he podido dormir. Todo el mundo lo sabe, ya. Varias personas han venido a dejar sus flores, lo cual me molestó, porque deducen que Bill no va a despertar. Él va a hacerlo. Yo lo sé, sé que sí. Todavía hay muchos picnics por hacer, después de todo solo tenemos 18 años.

-¿No quieres tomarte un descanso? Gustav  entra en la habitación con una botella de agua y me la tiende. Le agradezco silenciosamente y le doy un sorbo. Me olvidé mencionar ese detalle: Victor y Gustav  están acompañándome. Resulta que ambos son buenos chicos, pero me encuentro un poco resentido con Gustav , así que no confío tanto en él.

-No. Está bien. No necesito descansar de Bill-digo, y apreto más su mano, inmóvil. Todavía sigo esperando a que corresponda mi tacto. Quiero creer que alguna parte dentro suya sigue despierta y es consciente de todo lo que ocurre a su alrededor.se -No me refería a eso, pero... okay – sienta en la silla frente a mí, a un lado de Bill, y ambos nos quedamos mirándolo en silencio. No quiero, pero tengo la tentación de preguntar.

-¿Tú y bill eran muy unidos?

—Sí, supongo que lo éramos —se ve deprimido de repente. Es difícil acostumbrarse a hablar en pasado, pero quizás tengamos que empezar a hacerlo, por si... es decir, no va a ocurrir, pero es una posibilidad. Y, ante eso, es mejor tomar precauciones. Aunque no sé qué tipo de precaución pueda ser esta.

-Ah, ya veo.

-Pero no éramos más que amigos, si es que eso es lo que te concierne.

-¿De verdad? —suelto una ligera risa—, él me había dicho una vez que iban a tener una cita.-¿En serio? —-entonces, él también comenzó a reír—, bueno, quizás podríamos haberla tenido, pero solamente llegamos a salir una única vez antes de que... —y la habitación se llenó de silencio y tristeza una vez más.

Parece ser que nadie puede hablar de Bill sin tener las repentinas ganas de llorar. Siento que desperdicié tanto tiempo; podría haber estado felizmente a su lado, pero siempre me hallé al otro extremo de la habitación. A veces me pregunto porqué nos separamos aquel verano. Me hubiera bastado con ser solo su amigo, al fin y al cabo, eso es mucho mejor que perderlo. Entonces lo enfermé, y... si Bill no vuelve a despertar nunca más, la culpa no me dejará dormir. Ya es suficiente con que casi no duermo por lo de hazel.

—¿Hace cuánto que tú y Bill se conocen? -pregunta, luego de algunos minutos de silencio. Por un momento, me había olvidado que él también estaba en la habitación.

-Dos años. Aunque van a ser tres años pronto ―ya no me preocupo por hablar en pasado, la situación no es tan deprimente si no lo hago—, fueron dos buenos años de amistad.-Me gustaría haber pasado más momentos con él, ¿sabes? —cuenta, con melancolía. Tiene sus ojos fijos en el rostro pálido y delgado de Bill—, para tener cosas que recordar en caso de que se fuera. Podría decir de forma orgullosa que llegué a conocerlo, pero creo que no lo hice del todo. Y es triste que, al pensar en el día en el que nos conocimos, haya sido curiosamente en el hospital... y ahora que sé porqué estaba ahí, Dios, me siento tan mal de no haberme dado cuenta.

HANNAHAKI | Toll/Twc NRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora