浸润

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-Agradezco que ya todos estén dormidos, o nos descubrirán-. Ya era bien entrada la noche cuando ambos decidieron ponerle fin a su momento y regresar al campamento, claro que Shan Yu decidió ayudarla llevándola en sus brazos

-Seria nuestro pequeño secreto- dijo antes de bajarla cuidadosamente al suelo apenas llegaron a su tienda –Descansa, mañana debemos preparar todo lo necesario para tu viaje-

-Shan Yu... Gracias-. ¿Por qué lo agradecía? ¿Por cumplir con su petición? ¿Por haberla salvado? No lo sabía bien, solo deseaba sacarlo de su pecho. Le dio una pequeña sonrisa antes de entrar a su tienda, ahí la esperaba Mushu, mirándola de forma interrogatorio -¿Q-Que haces despierto? Es muy tarde-

-Eso debería preguntártelo yo, ¿Dónde estabas?-

-B-Bueno, yo... Estaba con Shan Yu-

-¿Y haciendo qué? Dudo mucho que hayan entrenado a esta hora-

-Oye, oye, ya soy una adulta, se perfectamente lo que hago-

-¡¡O sea que si lo hicis...!!-. Logró callarlo de un golpe antes de que alguien más lo escuchara

-Ya me iré a dormir-

No tardo mucho en quedarse dormida, de alguna u otra forma de verlo, había quedado completamente exhausta pero satisfecha. No recordaba haber tenido un sueño más pleno en toda su vida, despertó poco antes del mediodía, y lo primero que hizo fue alistar una bolsa donde metió algunas prendas. Una vez que termino, se dirigió con Xiao

-Veo que anoche te fue bien- comento la anciana con una sonrisa de lado, mientras tomaba algunas telas

-¿C-Como es que...?-

-Oh, querida, recuerda que soy una mujer mayor, no es fácil engañarme-. La misma tela que había tomado, la cual era de color azul marino con brillos, la uso para cubrirla de pies a cabeza; amarrándolo de la cintura con un lazo color blanco –Y... ¿Te gusto?-

-Si... No negare que dolió al principio, pero Shan Yu fue tan... Cariñoso, tan atento. No tengo palabras para explicar que fue lo que sentí-

-Tiene un nombre, querida, pero deberás descubrirlo tú misma-. Con ayuda de un cepillo, recogió su cabello en un chongo que adorno con algunas pinzas; el maquillaje era bastante similar al que le pusieron cuando fue su prueba con la casamentera –Ya estás lista-

-Wow... ¿Segura de que nadie me reconocerá?- pregunto mientras se miraba al espejo

-Si tú dices que ellos solo te han visto como mujer una vez, el peinado y el maquillaje te harán pasar desapercibidas-

Una última mirada al espejo y supo que ya era el momento, tomó el pequeño cohete que Shan Yu le había dado la noche anterior, guardándolo en una bolsita oculto en su vestido. Salió de la tienda, la mirada de todas se posaron en ella, y una pequeña figura se le acerco –Por favor, no vayas, Mulan-

-Debo hacerlo, pequeña, hay que terminar con esta guerra de una vez por todas-

-Pero... ¿Volverás?-

-Te lo prometo- dijo antes de besar su frente, a cambio, recibió un abrazo; así se mantuvieron por varios minutos, pero ambos sabían que debía irse. Se dirigió hasta su caballo, quien ya estaba amarrado a una carreta. A su lado, la esperaba Shan Yu –Es momento de irme-

-No olvides mantenerte en contacto-

-También llevo el cohete, te encargo a Lin-

-Vete tranquila, ella estará bien-. No hubo más palabras, solo una mirada que dijo todo lo que sus labios no se atrevían; la ayudo a subir a su carreta –Sigue el camino a través del bosque, llegaras antes del anochecer-

-... Gracias-

Y así emprendió su camino hacia el palacio, cruzó por un bosque, arroyos y las montañas; pero tuvo que rodear su pueblo para evitar que alguien pudiera reconocerla. Llegó a las puertas del palacio cuando el sol comenzaba a ocultarse; inmediatamente fue rodeada por varios guardias –Preséntese-

-Mi nombre es Yu Ming, fui elegida por la casamentera como concubina para el emperador- respondió mientras les entregaba un rollo, el cual fue abierto ante su presencia –Provengo de una aldea lejana, vine aquí en cuanto me aprobaron-

-Adelante-. Haciéndose a un lado, las puertas del palacio se abrieron las puertas y Mulan dirigió su caballo hasta los establos. El primer reto había sido superado con éxito. Dejó su caballo y, entre varios soldados, la ayudaron a bajar sus cosas; fue asignada a una de las tantas habitaciones que tenía un pasillo

-¿Cómo te sientes, preciosa?- le pregunto Mushu apenas la vio recostarse en su cama, una vez termino de acomodar sus pertenencias

-Un poco aliviada al pasar la primera fase, aun así... Siento que ya extraño el campamento-

-Le has tomado demasiado cariño a todas las personas-

-Sobre todo a Xiao, a Lin... Y también a él-

En su interior agradecía que Mushu hubiese ido con ella, o quizás habría enloquecido por la falta de conocidos a su alrededor. Tardó un poco, pero logró conciliar el sueño; el encargado de despertarla fue el gong ubicado en una de las torres. Fue llevada, junto con las demás concubinas, hasta la sala principal. Todas usaban telas de colores suaves, rosas, lilas, blancas... Pero Mulan destaco entre los demás, no solo por el color extravagante de su traje, sino por la buena combinación de su maquillaje, peinado y joyería

Por lo que no le extrañó que la atención del emperador se posara en ella, respondiéndole con una leve e imperceptible sonrisa. A excepción de 2 de ellas, las demás se retiraron para desayunar; aprovechando un momento de distracción, se dirigió a los jardines del palacio, miró por el techo hasta que notó una figura bastante peculiar –Hayabusa-

En efecto, era el halcón de Shan Yu, quien bajo hasta un pequeño balcón; al mirarla fijamente, vio que tenía un trozo de papel atado a la pata. Era un recado del líder de los Hunos

¿Lograste entrar? Lin y Xiao te envían saludos. Shan Yu

Sonrió un poco antes de dirigirse hacia una de las mesas, donde había varios trozos de papel, un pequeño bote de tinta y pinceles. Se sentó y tomo una de las hojas antes de comenzar a escribir

Estoy dentro, el palacio está rodeado y 2 generales siguen al emperador todo el tiempo. No hay rastros de Shang ni de sus hombres. Dale un abrazo a Lin de mi parte

Amarró el recado enrollado en su pata, dándole un poco de comida que le habían servido en el desayuno, Hayabusa emprendió el vuelo hacia el campamento. La rutina fue la misma durante varios días, desayunando, algunos momentos para relajarse, labores en el palacio, comida, otro momento para relajarse y la cena. Y durante el día, el emperador solía llamar a una o 2 de ellas; había empezado a temer ser la siguiente, pero una noche todo eso cambio



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Hola, hola, ¿Como han estado? Es curioso como en otros paises, la llegada del otoño ya es notoria, pero vivir en un puerto hace que eso no exista, sino que el frio no se siente hasta finales de Noviembre. Pero no importa que me este derritiendo, cada viernes yo les traere un nuevo capitulo. Ya saben que si quieren que los etiquete en el siguiente capitulo solo deben escribir en comentarios sus opiniones o darle una estrellita, tampoco olviden compartirlo con sus amigos para que podamos seguir creciendo. Nos vemos el proximo viernes, bay!!

The Other SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora