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-Abajo, las tres-

Algo temerosas, quizás por el carmesí de sus ojos, las 3 mujeres bajaron de la carroza; las 3 eran muy parecidas físicamente, cada una llevaba un color en particular, tanto la vestimenta como en adornos -¿Quiénes son ustedes?-

-S-Somos las hijas del antiguo emperador. Mis hermanas y yo fuimos secuestradas después de escapar del palacio la noche que nuestro padre fue derrocado. Yo soy la mayor de las 3, mi nombre es Ting-Ting- se presentó aquella vestida de morado, quien se coloco frente a sus hermanas a modo de protección

Inesperadamente, Shun disparó una flecha entre los árboles, otro de aquellos sujetos ya estaba preparado para atacarlos –Siempre la mirada en todos lados, cielo- dijo con una sonrisa burlona; pero en ese momento, y ante la atenta mirada de Rong, una flecha se clavo en su hombro, haciéndolo caer

-¡¡Shun!!-

-M-Me arde... Arde mucho-

Al descubrir su hombro, noto como alrededor de la herida comenzaba a tomar una tonalidad oscura, además de que la punta de la flecha goteaba un extraño liquido verde –Mierda, Falco, ve con Mulan-. El ave obedeció y emprendió el vuelo hacia la casa de los Yu, Rong escondió tanto a Shun como a las princesas bajo la carroza, así inicio un intercambio de flechas entre él y sus ex compañeros

Mientras tanto, en el hogar de los lideres...

-Cada día Xian se ve más grande, no debe faltar mucho para que tenga a su nuevo potrillo- comentó Mulan, ya había iniciado a preparar el almuerzo, con la ayuda de su esposo. Pero en ese momento, el halcón perteneciente a su hijo se posó en la ventana; aquello hubiese sido una situación normal, pero la matriarca noto que, en su pata, posaba una pulsera negra. Era la pulsera que ella le había dado a Shun, eso era una señal de que su hijo se encontraba en peligro –S-Shan Yu...-

-Espera aquí-. Rápidamente, su esposo tomó su espada mientras montaba a Khan -¡¡Tao, Mao, vengan con la mitad de los hombres!! ¡¡Que los demás resguarden la aldea!!-

-¡¡Si, señor!!-. Tras su líder varios hombres los siguieron, guiados por Falco, en pocos minutos llegaron hacia donde se encontraban los jóvenes. Claramente los mercenarios estaban en desventajas, así que la mayoría escapo, solo 2 se sintieron lo suficientemente fuerte para enfrentarlos –Los quiero vivos... Shun-

-H-Hola, papá- murmuró bastante adolorido, pero sin borrar esa sonrisa –S-Son los antiguos aliados de Rong, y-y ellas...-

-Son las hijas del emperador, lo sé, no creí que aun viviera algo de ese infame imperio-

-E-Ellas estaban secuestradas por esos sujetos, padre-

-... Llévenlas a la aldea, mi esposa se hará cargo de ellas-. En ese momento, Shun cayó inconsciente gracias al veneno, este ya comenzaba a oscurecer su brazo; y de no hacer algo rápido, moriría -¿Qué clase de veneno usaron?- preguntó mientras amenazaba a uno de los mercenarios, colocando su espada en su cuello

-¿De verdad crees que te lo diré? Lo único que te asegurare es que tu hijo tendrá una muerte lenta y dolorosa-. Sin que nadie interviniera, el cuello de aquel sujeto fue atravesado por la espada de Shan Yu, la cabeza todo hasta el otro hombre; quién palideció ante la escena

-Repetiré la pregunta. ¿Qué veneno usaron?-

-B-Belladona, es belladona-. Apenas escuchó esa respuesta, e ignorando los llamados de su futuro suegro, Rong corrió a su casa; regreso en pocos segundos, llevando en su mano un pequeño frasco

-¿Qué es eso?-

-Un antídoto, logré robar varios frascos cuando deje ese lugar- respondió mientras se sentaba junto a Shun, alzándolo un poco por los hombros. Tomó el contenido del frasco antes de unir sus labios con los del más joven, pasándole así el antídoto. Tras unos minutos sin reacción, Shun comenzó a despertar poco a poco –Tranquilo, estarás bien, pequeño. Hay otro frasco en mi casa, traten de hacer más; por favor, llévelo a su casa-

The Other SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora