Habían demasiadas personas ahí.
No podía escuchar ni siquiera mis propios pensamientos, y si hubiera querido, tampoco hubiera tenido tiempo, porque múltiples personas se acercaban a saludarme como si me conocieran de toda una vida. Generalmente personas que no conocía, personas que inventaban haberme visto en sitios a los que ni siquiera había ocurrido. Pero no podía pararlos simplemente a decir "Creo que me confundes con alguien" O algo así, sino que continuaba con sus mentiras tanto como ellos no me corregían si me equivocaba con sus nombres.
Tom, sin embargo, parecía muy metido en la fiesta. Bebía como si fuera el último día de su vida, y sentado en la mesa que compartíamos, parecía un alma en pena.
─Bien, estamos en una noche de beneficencia. Así que desembucha: ¿cuál es tu historia?
─¿Historia?
─Si, la historia que hace que te veas tan solemne.
─Ah, eso... ¿en qué te beneficiaría?
─En nada, pero sería lindo saberlo, puesto que estamos pasando tanto tiempo de calidad.
─¿Ésto es tiempo de calidad?
─No me ofenda, señorito Hiddleston ─ lo bromeo, una señora lo llamó así al saludarlo y ahora no pienso soltarlo en todo el correr de la noche.
─Nada importante, simplemente me ha gustado el trago.
─No mientas, a nadie le gusta el baijiú.
─No bebía lo que sea que eso sea.
─¡Habla!
─¿Por qué te importa siquiera?
─Porque hemos pasado semanas viéndonos todos los putos días y no tengo idea de quién eres.
─¿Tu crees que yo sé quien eres?
─No, pero evidentemente no tienes sentido de la curiosidad.
─No quiero... hablar de eso, ¿si?
─¿Quién murió?
─¿Eh?
─Alguien tuvo que haber muerto para que no quieras hablar de eso. Es al menos lo que la gente dice cuando alguien murió y no quiere hablar de eso...
─Estás siendo grosera.
─Intento sacarte una historia spicy para no aburrirme demasiado esta noche.
─¿Necesitas una historia "spicy" para no aburrirte una noche?
─No es exactamente mi primer opción, pero puede funcionar.
─¿Y esa primer opción...?
─No parece viable ahora. ─ menciono. No sé que me lleva a decirlo, pero lo digo, y no me arrepiento.
─Yo creo que puede ser viable ─ responde, pero no por él mismo, sino por las personas del salón. Y lo sé, porque observa como si buscara algo.
─No, te juro que no lo es. Hace tiempo no lo es. ─ Sam, me recuerdo. Tomo una de las copas de una de las bandejas que una persona transporta. ─ Ni siquiera estoy recibiendo la cantidad de atención que me gustaría ─ expreso.
─Yo creo que estás recibiendo atención.
─Okay, pero solo un poco.
─Creo que un poco más que un "poco"
─No de alguien que me importe... ─ menciono.
─Pues deberías tener cuidado, recibir mucha atención no es siempre positivo. ─ dice ─ Siento que tu novio no haya podido llegar.
─Y yo creo que deberías dejar de decirme qué debo hacer. Estábamos hablando de tí.
─Como sea, te dije que no quería hablar de eso.
─No pareces querer hablar de nada. ─ suelto, y luego me termino el trago de un solo sorbo. Cuando estoy a punto de bajarme de la mesa, me toma de la muñeca ─ ¿Qué quieres? ─ pregunto.
─Quédate un minuto. ─ menciona, luego desvía la vista.
─Pues él es lindo ─ señalo a una pareja que acaba de ingresar al lugar. Tom también desvía la mirada hacia ellos, y entonces suelto el aire contenido. ─ Pero evidentemente son pareja.
─Lo son. ─ responde él mientras cierra los ojos y alza las cejas.
─¿Sólo es una suposición o..? ¡Oh! ¿Tú y la chica?
─Basta, Josephine.
─Decir mi nombre completo no hará que pare.
Pero sí tenía otros efectos en mi persona.
─¿Qué tengo que hacer entonces? ─ pregunta. Voltea a verme tan violentamente que queda a un par de centímetros de mi rostro. De la nada, su pregunta se vuelve un poco más tentadora, más atrevida. Lo miro a los ojos, luchando los impulsos de obervar sus labios. Sé que los relame en un impulso, sé que también lo hago. Se mueve solo un poco. Lo suficiente para quedar un segundo más cerca de mis labios, su mano se interpone entre nosotros, busca mi mejilla, y entonces me aparto.
─Definitivamente eso no.
─Funcionó para que hagas silencio.
─Eres un imbécil.
─Tú muy preguntona.
─¡Vamos! ¿Quién es ella?
─Nadie, en serio.
─¿Entonces por qué no deja de mirarte?
─No lo- ¿lo hace? ─ pregunta. Se esfuerza a sí mismo para no voltear. Puedo verlo en todo su cuerpo. Me acerco solo un poco más a él, y tomo su corbata con mis manos, la acaricio y finjo acomodarla, alzo la mirada para encontrarme con su ceño fruncido. ─¿Qué haces?
─Nos está mirando, así que acomodo tu corbata. ¿No quieres ponerla celosa?
─No sé lo que quiero. ¿Sé ve celosa? ─ pregunta.
─¿Te importa?
─¿Puedes responder una pregunta?
─¿Tú puedes hacerlo? ─ alzo una ceja. Tom niega con la cabeza. ─ ¿No dirás nada? No te ayudaré. ─ canturreo. Él toma mi mano. Quedo atascada entre la tela de su corbata y la calidez de su mano, justo entre sus dedos haciendo contacto con los míos.
Quedo atascada en el latido de mi corazón, que se acelera cada vez más y que juro que si él no dice algo que me saque de mis pensamientos, tendrá concecuencias.
─Iba a ser mi esposa. ─ confiesa finalmente. Mi torso se va involuntariamente hacia atrás, pero luego me regreso. Él me está contando algo, así que tengo que seguir pretendiendo que hablamos de nuestra futura boda o algo así. ─ Se lo propuse... bueno, hice algo grande.
─¿Puedo preguntar?
─Reuní a todos nuestros cercanos en un restaurante, invité a todos, llevé champagne, un... Dom Pérignon, que era su favorito... y- ─ su mirada me lo dijo todo. En lugar de concentrarse en ella, me observó. Supe que la buscaba en mi mirada. ─ Dijo que no. ─ completó. ─ En realidad... no dijo nada. Me hubiera gustado que dijera que no, hubiera sido menos humillante. Y, es decir, sé que estuve mal. Recurrí a- creo que ya puedes dejar la corbata. ─ comentó en una risita. Sacudí la cabeza como saliendo de trance y lo solté. Sin embargo, nos mantuve cerca. ─ Recurrí a pedírselo en frente de todo el mundo en lugar de disfrutar nuestros momentos en privado. Y la humillación, claro. ─ habla ─ Jamás volvimos a hablar.
─Entonces...-
─Si esa persona es su pareja... si, seguramente sea lo que crees. Pero bueno, ahora tengo mis cosas de vuelta. Contrató una empresa muy linda que dejó todas las cajas frente a mi casa, por mail, claro. ─ él se acerca y toma otro shot de lo que sea que bebía. Cuando coloco una mano en su hombro, y cuando voltea a verme, la llevo hacia su mejilla. El niega con la cabeza. ─ No tienes que hacer eso, tranquila. Creo que ni siquiera me importa cómo se sienta ahora mismo.
Aparto mi mano, mientras me escondo una verdad.
No lo hacía por pretender.
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Champagne Problems | Tom Hiddleston
FanfictionÉl es un empresario que acaba de pasar por uno de los peores momentos de su vida. Ella es una chica que pretende ser exitosa en su entorno. Ambos trabajan en la empresa de sus padres. Ambos tienen que intentar congeniar para lograr firmar el contra...