Capítulo 10

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Me desvío momentos después de terminar con el café, porque mi hermana Emma, me invita repentinamente a almorzar. Espero que hable por horas sobre lo que ha ocurrido recientemente, sin embargo, no lo hace. 

─Bien, ¿quieres hacer chocolate caliente? ─ me pregunta, la observo con el ceño fruncido. 

─Te diría que sí, si tuvieramos diez. 

─¡Vamos! Te gusta el chocolate caliente, ¡Y tengo tarta de chocolate! Podemos poner una película. 

─Me dices como si acabara de sacar una mala nota en bachillerato. 

─Sé que no lo has hecho, pero sé que necesitas una tarde de hermanos. ¡Y oh, casualidad! ¡Soy tu hermana! ¡Y es de tarde!

─Emma, te quiero, pero-

─Te dejaré ver el libro de la selva. ─ dice. 

Es el mismo trato que hacía cuando teníamos diez. Es el mismo tono, y la misma forma de convecerme, a su manera, de que todo está bien. Podría ser un patán, decir que no, quedarme un momento y luego irme a hundirme en mi miseria. Pero algo ha pasado. He besado a Josephine, y aunque me gustaría decir que no me importó en lo absoluto, lo ha hecho. Porque ha significado un avance también para mí. 

Porque el hecho de besarla, me ha hecho recordar que sigo vivo. Soltero, y vivo. 

─¡Está bien, me has ganado! ─ me rindo. Aunque no implica un esfuerzo ver mi película favorita. 

Aunque sea mi hermana menor, desde niños, Emma siempre ha tenido ese instinto de cuidarme como si fuera el más pequeño. Quizás se debe a que mamá y papá siempre lo hicieron con ella, y esa es su forma de distribuír el amor. Jamás me he quejado por esos momentos en los que la considero algo entrometida, porque sé que lo hace por amor. 

Al igual que yo, Emma jamás fue demasiado suertuda en el amor, pero aunque en otro momento sería causa de una angustia crónica, ahora mismo sirve, porque nos da el lujo de encontrarnos en plena tarde de miércoles tomando chocolatada caliente y viendo una película de Disney como si fueramos dos niños pequeños. 

Al final, tiene algo de divertido ser el hermano mayor. 

Al final, me gusta ésto. 

He pasado los últimos meses de mi vida pensando en qué miserable soy, en cómo la vida me ha puesto a la que creía era la mujer más increíble del planeta delante y luego me la había arrebatado. Y sin embargo, puede que ahora crea que aunque mi ex era una persona increíble, y me hizo feliz, tal vez... no era la persona para mí. Quizás, lo que menos necesito ahora es pensar en eso, porque está a punto de llegar mi canción favorita en mi película favorita, quizás no necesito ni siquiera pensar en nada, porque estoy con mi hermana, y para ella siempre soy y fui increíble. 

Abrazo a Emma, y me pregunto hace cuánto no lo hago. Demasiado. 

Mi hermana me devuelve el abrazo. Y miramos mi película favorita. La que siempre la hartó, la que no es ni de lejos su favorita, pero la que mira siempre que sabe que me encuentro en un mal momento. 

Le agradezco, porque a su lado todo duele un poco menos. 

Champagne Problems  | Tom HiddlestonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora