JOSEPHINE
Sue se encuentra mejor luego de un par de días, así que cuando finalmente vuelve a su casa, decido pasar por ahí. Sam se ve bastante cansado, aunque no deja de preguntarme cómo me fue en la fiesta.
Hace un par de días, luego del encuentro con Tom en la playa, comencé a pensar nuevamente en lo que ocurrió en la fiesta. Intento controlar mis deseos de olvidar lo que ocurrió. No merezco olvidar. Merezco plantarme delante de mi Sam, que no es mi novio oficial, y decirle lo que pasó. Él merece saber la verdad, y yo merezco sacarme ese nudo del pecho. Necesito aclarar mi mente. Necesito pensar en mí y en lo que yo quiero hacer. Necesito saber si luego de haber besado a Thomas, si luego de haber sentido incontrolables deseos de hacerle el amor, quiero seguir construyendo algo con Sam.
Mientras lo pienso, camino a su casa, me invade el miedo.
Porque la respuesta es no.
No quiero seguir con Sam.
Porque quiero a Tom.
Pero mi problema desemboca en que no sé realmente qué siente Tom por mí.
Seria completamente egoísta de mi parte concentrarme solamente en lo que yo quiero. Sería completamente egoísta de mi parte no pensar en Tom o en Sam. Sé que tengo que cortar con lo que tenemos, sé que ésto no puede seguir. Pero me gusta la atención que Sam me da, aunque sea poca. Me gusta porque sé que no obtendré de Thomas lo que obtengo de Sam.
Debo ponerme firme.
Debo aprender a estar sola.
Y debo darme cuenta que si no es con Sam, y no es con Tom, será con alguien más. Alguien que me quiera. Alguien que realmente me ame. Pero con Sam no es, y no puedo mentirme a mi misma al respecto. Entonces llego a su casa, y empiezo a desembuchar. Lo bueno de que tu no-novio sea también tu mejor amigo, es que no monta escenas de celos cuando le cuentas que has ayudado a un amigo a montar una escena para causar celos a otra persona. Lo bueno de que sea una persona bastante chismosa, es que no te deja llegar a la parte en la que te enrollas con ese amigo al que ayudaste.
Ni llegas a decirle que cuando lo besabas, él no pensaba en la chica ni tú en él.
─¿Y sí funcionó? ─ pregunta.
─Creo que sí, no lo sé. No he llegado a preguntarle.
─¿Que vestido tenías?
─Espera ─ le enseño una foto en mi celular, en lo que él intenta hacer que Bobby no se coma una de las plantas de Sue.
─Oh, es hermoso. Pero con el vestido azul definitivamente le hubieras hecho rabiar de celos.
─¿Eso crees? ─ pregunto. Él asiente y me saca una risa.
─De todas formas, te veías hermosa. Siempre te ves hermosa. ─ me dice él, luego deja un ligero beso en mis labios.
Me carcome la culpa. Siento el mal trago subir por mis entrañas hasta la boca del estómago y llegar a mi garganta en forma ácida. Tengo que decirlo, pero no puedo hacerlo.
Paso la noche en su casa, y su madre se encarga de contarme a detalle cómo Sam actuó ante la emergencia. Está recibido de doctor, pero ella se sigue sorprendiendo. Escucho la historia de la mujer mientras siento como a mi lado Sam se sonroja. No presto atención ni a un minuto de toda la historia, porque mi mente solo puede pensar que mientras Sam salvaba la vida de su madre, yo me enrollaba con Thomas.
Sé que no es así. Sé que Sam me llamó luego de haber salvado la vida de su madre. Pero yo soy quien está sobrepensando así que yo elegiré qué trauma hacerle a mi cerebro.
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Champagne Problems | Tom Hiddleston
Fiksi PenggemarÉl es un empresario que acaba de pasar por uno de los peores momentos de su vida. Ella es una chica que pretende ser exitosa en su entorno. Ambos trabajan en la empresa de sus padres. Ambos tienen que intentar congeniar para lograr firmar el contra...