RICHIE TOZIER. | amarnos tanto que el miedo se vuelva la segunda opción.
En donde Abygail McMiller vuelve a Derry luego de cinco años bajo el terrible miedo de perder a sus amigos.
O donde Richie Tozier se enamora perdidamente de su...
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Richie abrazaba con fuerza a Abby por los hombros mientras buscaba de forma desesperada una salida. Realmente esa casa parecía un laberinto del terror para ellos.
Frente de ellos, un colchón viejo había comenzado a hacer movimientos y sonidos extraños, por lo que los tres miraron curiosos hacía ahí. De ahí, la cabeza de Eddie salió, bastante demacrada.
— ¿Jugamos escupitajos?—, gritó con una voz algo distorsionada, comenzando a vomitar una especie de sustancia negra que arrasaba con lo que tocaba. La cabeza comenzó a convulsionar, para finalmente volver a meterse dentro del colchón.
Rápidamente retrocedieron buscando una salida. Tres puertas se presentaban frente a ellos con unas escrituras: No da miedo, da miedo, da mucho miedo.
Se miraron entre si, optando por la opción más lógica. Corrieron hacía la puerta con la escritura "no da miedo" para luego abrirla rápidamente. Un cuarto totalmente oscuro se presentó frente a ellos, cosa que hizo que Abby abrazara su cuerpo al brazo de Richie.
— ¿Y mi zapato?—, preguntó una voz suave, que sonaba mucho más cerca que antes.
Bill estiró la mano para encender el interruptor que se encontraba ahí. Al hacerlo, la horrible figura de Betty Ripsom cortada a la mitad y colgando se presentó frente a ellos. Richie alejó a Abby y cerró la puerta con fuerza mientras gritaban atemorizados.
— ¡¿Dónde están sus piernas?!—, Richie se apegó contra la pared mientras llevaba sus manos a su cara totalmente cohibido por el miedo. Abby observaba como la sustancia se acercaba cada vez más a ellos.
— Escuchen, esto no es real.—, Bill sostuvo a Tozier de los hombros intentando hacerlo entrar en razón.— Es como lo del cartel de niño perdido, como tu hermano. No es real.
Abby asintió, alejándose un poco al darse cuenta de que el liquido negro los estaba acorralando mucho más.
— Rápido, abran.—, murmuró la chica mientras Richie negaba,Bill abrió la puerta con seguridad y finalmente notaron que ya no había nada.
Habían vuelto al lugar del cual se habían separado de Eddie. Abby sintió un pequeño alivio al escuchar la voz de su amigo. Por más que estuviera totalmente aterrorizado, significaba que aún estaba vivo.
Los tres comenzaron a correr por el pasillo siguiendo los gritos de su amigo, a quien lograron divisar al momento de cruzar una de las puertas. Lastimosamente, este estaba acompañado de aquel payaso, ambos estaban a centímetros de distancia.
— ¡Aléjate, Eddie!—, gritó Abby queriendo ir, Richie la detuvo sosteniendo su mano y poniéndola detrás de él.
El payaso se volteó observando al grupo de tres mientras que sostenía el rostro y parte del cuello de Eddie, una sonrisa macabra se formó en él.
