RICHIE TOZIER. | amarnos tanto que el miedo se vuelva la segunda opción.
En donde Abygail McMiller vuelve a Derry luego de cinco años bajo el terrible miedo de perder a sus amigos.
O donde Richie Tozier se enamora perdidamente de su...
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La madre de Richie había aceptado que Abby se quedara y ahora ambos estaban preparando la mesa para la cena. La hermana mayor de Richie no estaría en casa esa noche ya que estaría donde su torpe novio según las palabras de Richie. El padre de Richie había tomado horas extras en su trabajo, así que simplemente estarían ellos dos y la madre de él.
Abby por cierta parte agradecía eso, ya que sentía que con menos miembros de la familia de su amigo, poco a poco tendría la oportunidad de recobrar la confianza con todos de una forma más individual. La castaña ya había colocado los platos y los vasos, mientras que su amigo traía una gran bandeja con la comida y su madre un jarrón de vidrio con la bebida.
Sonriendo Abygail se tomó la molestia de servir a cada uno bebida, mientras Richie servía la comida y la madre miraba a ambos con cierto deje de nostalgia, a ella no le molestaba Abygail. Lo contrario, ella la aceptaba totalmente.
Los tres se sentaron a comer, Richie sentándose junto con Abby, ambos teniendo a la señora Tozier frente a ellos. La cena fue muy amigable, una música suave se escuchaba a la distancia, desde la cocina para ser más específicos. Mientras comían Abby no pudo evitar mover el pie al ritmo de la canción que sonaba mientras su amigo y su madre conversaban.
— Abby, querida. ¿Qué te pasó en el rostro?—, preguntó la Señora Tozier mirando a Abby con cierta curiosidad y preocupación al mismo tiempo. Abby miró a Richie sin saber que había dicho él al respecto de su golpe.
— Me caí corriendo y me golpee con una roca, seguramente me deje una marca.—, Abygail sintió a Richie tensarse, seguramente bajo el recuerdo del momento en el que la chica se hizo esa herida.
— Ambos son muy distraídos...—, dijo mientras que bebía de su vaso, Richie buscó la mano de Abby por debajo de la mesa y jugó con sus dedos de forma distraída.
A Abygail no le molestaba ese acto, sabía que a Tozier le gustaba el contacto físico por más mínimo que sea, así que simplemente lo dejó jugar. Luego de unos segundos sintió como él entrelazaba sus dedos, haciendo que sus mejillas se tiñeran de un pequeño tono rosado. Abby mordió su labio ocultando una sonrisa y con su mano libre tomo el vaso que tenía en frente, bebiendo de el.
Luego sintió como Richie rascó la palma de su mano, cosa que hizo que se atragantara con la bebida y tosiera un poco. Richie la soltó con una sonrisa coqueta en el rostro, pasando la lengua por sus labios y acomodando sus lentes, el chico rio por lo bajo observando a su madre asustándose e intentar ayudar a la castaña de forma desesperada.
Él se levantó y miró a Abby sonriendo burlón, la chica le devolvió la mirada pero con una de enojo que hizo reír a Richie. El chico le hizo una seña a su amiga con la cabeza para que subieran a su habitación, la chica se levantó de su asiento y comenzó a ordenar un poco la mesa, siendo detenida casi al instante por la madre de Richie.
