Capítulo 2. - Un empujón

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Pensamientos

Mensajes de texto, correos o cualquier tipo de lectura.

Fácilmente pudo dirigirse a su propia habitación, pero no sentía que fuera correcto dejar al pobre chico solo, pero tampoco deseaba quedarse en la sala viéndolo dormir, así que trato de estar lo más cerca posible para que ambos estuvieran cómodos. Abrió la puerta de la habitación que usualmente era usada por sus visitas o por sus amigas que terminaban muy borrachas e incapaces de irse a sus casas a altas horas de la noche debido al alcohol. A decir verdad, la habitación solo era una extensión de las casas de Rosé y Jisoo, quién constantemente noqueadas por el alcohol hacían uso de la cama o del piso, dependiendo de las condiciones de sus cuerpos.

El único cuerpo sin tocar esa cama era Lisa, ya que de alguna forma o de otra, ambas siempre terminaban durmiendo en la habitación de Jennie. La extrañaba demasiado, extrañaba esos días, donde ella terminaba tan cansada y lo único que su cuerpo le pedía era el calor de la bailarina, quién nunca se negó a abrazarla para dormir, hasta qué:

**Inicio flashback**

—No creo que Jisoo vaya a tomar en lo que queda del mes —dijo Lisa saliendo del baño, en su cabello aún se podían apreciar pequeñas gotas de agua que escurrían por su cuello.

—Siempre pasa lo mismo cuando jugamos videojuegos —sonreía Jennie, sentada en la cama no sin dejar pasar que la tailandesa usaba un conjunto de pijama color amarillo con unos shorts cortos y una crop top que dejaba ver sus abdominales, vista que no le disgustaba para nada. Al igual que Lisa, la pijama de Jennie consistía de un short corto, pero con una blusa de tirantes de color morado.

—Las reglas que impone Rosé solo son para que Jisoo beba, ella sabe que no puede ganarle en los videojuegos —río al recordar las reglas absurdas que Rosé obligaba a la mayor a seguir. —Se suponía que íbamos a dormir temprano por nuestras actividades de mañana. —caminó hacia el espejo de cuerpo completo, al notar las gotas aún descendiendo por su cuello llevo la palma de su mano para eliminarlas dando golpes suaves.

—Al menos Rosé cuidará de ella, si escuchamos algún ruido debemos asumir que es culpa de Jisoo. —el departamento de lujo contaba con cuatro habitaciones de buen tamaño, dos en el segundo piso y dos más en la parte inferior donde se encontraban Rosé y Jisoo. A pesar de tener más habitaciones, por la mente de ambas nunca paso el dormir separadas.

—Me gusta este color en ti, resalta tus ojos. —expresó la mayor observando el color de la pijama.

—Dices eso con todos los colores —no pudo evitar sonreír ante la observación. La coreana observó a la tailandesa y sin esperar se levanto de la cama para quedar detrás de Lisa.

—Extraño cuando todas vivíamos bajo el mismo techo. —expresó abrazando a la bailarina por detrás, pegando su mejilla derecha en la espalda de la menor.

—Yo también, pero es parte de crecer, ¿no? Me gusta mi espacio —contestó Lisa, tratando de restarle importancia a la reacción de su cuerpo al tener a Jennie tan cerca después de tanto tiempo.

—Extraño estos momentos, contigo. —pronunció en un tono más suave, apretando suavemente a Lisa contra ella. No era un secreto que a la primera oportunidad ambas aprovechaban cualquier circunstancia para tener cualquier tipo de contacto físico. En especial en caso de Jennie, quién se sentía la mujer más segura con Lisa cerca.

—Creo que solo extrañas que alguien acaricie tu cabello hasta que te quedes dormida. —respondió cerrando sus ojos por unos segundos sintiendo las manos de Jennie acariciar su abdomen el cual se encontraba descubierto.

—Tal vez. —por mucho tiempo solo pudo procesar el sueño teniendo a la tailandesa en su cama mientras jugaba con su cabello. —Pero también te extraño a ti. Haz estado muy ocupada. —dijo en forma de reclamo soltando un poco el agarre contra Lisa.

HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora