Capítulo 40. - Verdad

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Pensamientos

Mensajes de texto, correos o cualquier tipo de lectura.

—¡JENNIE KIM! —gritó la mayor de todas al ver la espalda desnuda de una mujer en bragas hincada frente a la cama besando el abdomen descubierto de una pelinegra que vestía ropa interior negra.

—¡AHHHHHHHH! —al escuchar la voz de alguien más, Jennie rápidamente estiró su brazo tomando la sábana de la cama, arrojándola sobre ellas con el fin de cubrirlas ante la mirada atónita de sus amigas.

—¿Qué demonios? —preguntó Jisoo al ver como las dos figuras se movían de un lado a otro sin dirección alguna debajo de la tela.

—¿Dónde quedó tu Bra?

—No lo sé Jennie, en cuanto me viste me encueraste y no sé dónde salió volando.

—¿Lisa? —preguntó contenta la neozelandesa al reconocer la voz de su amiga, tanto que al intentar dar un paso hacia adelante su pie descalzo piso un sujetador.

—Hola Rosie. —la tailandesa asomó su cabeza despeinada para saludar a su amiga por debajo de la tela, pero sin poder evitarlo la sábana comenzó a deslizarse por su hombro lentamente.

—¡Ay dios mío, cúbranse por lo menos! —Jisoo tomó a Rosé de los hombros y la giró hacia la puerta para evitar ver semidesnudas a sus amigas. —Vístanse primero pervertidas.

—Y se quejaban de que me succionabas las ideas. —comentó la pelirosa obteniendo una leve risa de su novia.

—¡Un segundo! —gritó Jennie removiendo la sábana, caminando por la habitación tomando su ropa del piso tratando de vestirse lo más rápido posible.

—Listo. —dijo sin más la castaña.

—¿QUÉ HACES AQUÍ LALISA? —girándose preguntó muy molesta Jisoo acercándose a la castaña. —¿CÓMO DEMONIOS ESNTRASTE? ¿POR QUÉ NO ESTAS EN TU CASA? ¿QUÉ NO ESTABAN SEPARADAS, ENOJADAS O ALGO? ¿POR QUÉ DEMONIOS APARECES AQUÍ EN CALZONES?

—En mi defensa también traía sujetador...cinco segundos antes de que entrarán.

—Te dije que debíamos hacer menos ruido. —interrumpió Jennie cruzando los brazos mirando a Lisa con mirada acusadora.

—Es que no lo puedo evitar —besó la mejilla sonrojada de la de menor estatura.

—No has contestado ninguna de mis preguntas Manoban.

—¿No te da gusto verme Chu? —abrió sus brazos esperando un abrazo de su amiga.

—No...

—¿No?

—¡Por supuesto que no! ¿crees que qué con aparecer aquí mágicamente voy a brincar de emoción? ¿Qué no sabes por qué estamos encerradas aquí como...animales?

—Creo que ya no podemos seguir con la mentira. —observó a su amiga con mirada irritada. —Les voy a pedir que traten de calmarse y nos escuchen. —comentó Jennie al ver la negativa en su amiga.

—No tienen derecho a pedirnos nada, ¿saben cuanta preocupación hemos sentido los últimos días? ¿Saben cuantas veces he dejado de dormir por pensar en que ustedes dos podrían odiarse y separarse del del todo? ¿Saben cuántas veces le pedí a la vida, a la energía, a Kaiosama y a todo para que ustedes pudieran ser felices? ¿Saben cuántas veces repase en mi mente la escena de ese día? ¿Saben cuántas veces me sentí de la mierda al pensar que también les había fallado como amiga? —la pelinegra dejo de hablar al sentir el repentino abrazo de la castaña quién la apretó fuertemente.

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