Capítulo 45. - Desilusión

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Pensamientos

Mensajes de texto, correos o cualquier tipo de lectura.

—No creo que sea necesario avisar a los altos mandos Alice. —comentó Alison mientras manejaba hacia las oficinas de YG. —Solo quería que me acompañaras hacer unas compras.

—Lisa no ha salido de la casa en los últimos días Alison.

—¿Cómo puedes estar segura de eso? Es posible que solo haya salido a caminar para despejarse Alice, ha estado encerrada sola, al menos las chicas se tienen a ellas. Lisa no.

—Ha estado en su casa, incluso hizo una limpieza profunda, ella sabe que por ningún motivo puede salir de la casa, Lisa no se expondría. —afirmó Kang. —Algo paso y es mi deber notificarlo, pero entiendo si no quieres participar, podrías dejarme en las oficinas y regresaré a mi casa en Uber.

—Por supuesto que no, iré contigo es solo que no pensé que mi día pasaría de salir a desayunar con mi amiga a buscar a la clienta de mi amiga. Llevamos horas buscando a Lisa.

—Lo sé, pero...—en ese momento el sonido en su celular llamó su atención. —¡ALISON DETEN EL AUTO!

—¡No puedes pedirme que me detenga, estamos a la mitad de la calle!

—¡Bueno usa el sentido común y hazlo cuando puedas! —ante los gritos de compañera, orillo el vehículo a la primera oportunidad.

—Lisa está en casa.

—¿Cómo sabes?

—Me llego la notificación.

—Pero ¿cómo es posible? Vimos su celular en la sala.

—No sé Alison, a lo mejor regreso por él o no sé, tenemos que ir inmediatamente.

—¿Segura?

—Si, pensándolo bien no quiero alarmar a la compañía si solo fue un descuido de Lisa.

—De acuerdo.

Menos mal Lisa, no tenía intenciones de notificar a Frédéric

La pelinegra giró el vehículo en rumbo a la vivienda de Lisa, aceleró lo que pudo dentro del margen de la ley, tampoco deseaban ser detenidas por los agentes de tráfico. Después de 25 minutos lograron llegar a su destino.

—¡LALISA! Se que estás aquí. —gritó Alice después de colocar el código de acceso que le permitió la entrada.

—¿Lisa? —pregunto Alison al escuchar un par de risitas.

—Lalisa, no estoy jugando. —dijo Alice caminando hacia la sala, preparada para buscar a la tailandesa en su habitación, pero paro en seco al ver prendas tiradas en el piso. 

—¿Qué demonios? —se preguntó levantando la vista, pasmada por la escena en la sala

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—¿Qué demonios? —se preguntó levantando la vista, pasmada por la escena en la sala.

—¡Mmm Lisa! —gimió la pelirroja debajo del cuerpo de Lisa mientras la castaña "besaba" su cuello. —¡Ahhhhh! —gritó al girar su cabeza y notar a las managers frente a ellas.

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