Capítulo 10. - MamaPink

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Pensamientos

Mensajes de texto, correos o cualquier tipo de lectura.

Revisó el mensaje y la ubicación nuevamente, no esperaba que fuera el lugar, pensó que repetirían un lugar con temática de naturaleza, pero no estaba decepcionada, era lo que menos le importaba considerando las miles de menciones que había en su celular preguntando por su relación con la coreana, incluso había evitado los mensajes de Rosé y de Jisoo, no se sentía con ánimos de dar explicaciones, no deseaba lidiar con nada más por el momento y aunque el ejercicio le había ayudado a calmarse, su mente seguía dando vueltas sobre lo que quería hacer. No quería utilizar a Hwasa pero tampoco quería tenerla lejos, no mentía cuando decía que la hacía sentir diferente, incluso como una persona "normal" aunque ambas fueran idols, la pelinegra era tan sencilla que olvidaba el poder que cargaba. Lo único que deseaba era compartir su mañana con la pelinegra, incluso si tocaba el tema de su amistad, el cual había logrado zafarse magistralmente el día anterior.

El lugar era moderno, posiblemente un nuevo restaurante en la zona o tal vez no, aceptaba que no era la mayor conocedora de restaurantes, lugar ocupado por Rosé; aunque el sitio se encontraba rodeado en su mayoría de altos edificios, los primeros pisos fungían como cualquier otro restaurante común, pero por fuera pareciera que el tercer piso fuera una terraza de esas a las cuales solo se tenía acceso con reservación.

Siguió las instrucciones del mensaje, entró mostrando un código al guardia quién la acompaño al elevador en donde presionó el número tres, en cuanto las puertas del ascensor se abrieron le indico a la tailandesa que ingresará para llegar a su destino; nerviosa entró al elevador, en cuanto las puertas se cerraron frente a ella comenzó a ser consciente de las notificaciones de cientos de personas que se preguntaban por la relación qué compartía con la coreana, y aunque ella tampoco conocía a ciencia cierta la respuesta, esperaba que en esta ocasión encontrarán más privacidad para al menos reconocer lo que empezaba a sentir.

Las puertas del ascensor se abrieron, salió decidida apretando más el ramo entre sus manos, camino pocos metros antes de toparse con la terraza de pisos de madera, y mesas cuadradas y redondas del mismo color y estilo. El espacio era adornado por grandes plantas que parecían dividir la terraza, a la izquierda pudo observar una cocina que seguramente se dedicaba solo al servicio de esa zona privada.

Desconocía si era por el horario, pero la terraza se encontraba sola, incluso con menos de 10 mesas, su mirada se fijó al fondo donde aprecio una cabellera negra, juraba que ella era puntual, pero era la segunda vez que Hwasa la vencía en puntualidad

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Desconocía si era por el horario, pero la terraza se encontraba sola, incluso con menos de 10 mesas, su mirada se fijó al fondo donde aprecio una cabellera negra, juraba que ella era puntual, pero era la segunda vez que Hwasa la vencía en puntualidad.

Respiró profundo fijando su mirada en el ramo de orquídeas púrpuras, les dio un último vistazo y caminó hacia ella, su visión estaba tan centrada en la cantante que al acercarse más y más notó dos figuras que no pudo distinguir a lo lejos, no cabía duda; era el sagrado y respetado Moonsun. Su mente viajo haciendo conjeturas, seguramente habían visto las fotos y estaban ahí para dejarle claro que no permitirían que jugará con su amiga; ella haría lo mismo.

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