MIRADOR (Jairo Vera x Jere Klein)

Capítulo 6 (Parte 2)

- "Jere...no estai bien...y yo tampoco", comentó Jairo con un tono lo más honesto y sincero posible, lo que hizo que Jere mirara para abajo, como si no quisiera verlo. No podía dejarlo irse en ese estado: quien sabía a qué parte o lugar se iría, qué diría o qué haría, sin contar que, considerando la hora, ya de poco a poco iba a amanecer, siendo aún más obvia la ida del menor a la suite, por lo que, sin mediar sus palabras ni posibles aprehensiones, le dio la siguiente propuesta: "¿por qué no te quedai a dormir y conversamos la hueá mañana?"

- "¿Pa' que me hueí? Ni un brillo, culiao'", le respondió Jere con el mismo tono apagado de antes pero chasqueándole los dedos con su mano libre, fijando la mirada ahora en la puerta que le permitirá salir de esa suite, evitando de esta manera el contacto visual de quien le estaba hablando, "no quiero que andí a mi siga por pena, así que me viro a otra parte a olvidar etto, asi que suéltame"

- "Ohh, el culiao' duro, escúchate...", dijo Jairo más firme sin soltarle la mano, pese a que mientras Jere le había estado hablando, intentó en dos oportunidades liberarse sin obtener resultados, por lo que había desistido de intentar continuar con su caminata o de sacar la mano del Jairo encima de él, "...estái pal' pico de mal, descansa un po-

- "Suéltame por la chucha, Jairo, si quiero irme", le dijo Jere súbitamente con un tono ahogado y desesperado, el cual estaba siendo acompañado nuevamente con un tiritón de su pera, "no quiero andar de penoso con voh", siendo en esta última palabra en donde, con su mano libre, empujó con más fuerza el brazo de Jairo para soltarse.

- "¿De qué hueá me hablai, Jere?", manifestó Jairo, levantando un poco más la voz y colocándose frente a frente con su visitante. Después de un rato haciéndole cariño en la mejilla al menor, sentía que parte del efecto de la codeína que había tomado se había ido, por lo que sentía su pensamiento más lúcido que nunca, y por ende, comenzó a hablar: "me estoy preocupando por voh' y por ambos, feo culiao': cacha la hora, no te pueden ver salir así del hotel pal' hoyo de mal", argumentó mientras que Jere le dio la espalda, lo que lo hizo tomarle el hombro y girarlo con fuerza para que se vieran otra vez, sacando rápidamente el celular para mostrarle en su cara la hora que era: 5:25am, "vai a quedar como el pico pa' todo Chile y de pasá, me vai a involucrarme a mi, ¿esa hueá querí? Dime poh', qué hueá"

- "¿Y por qué te involucro a voh'?", le dijo Jere en un susurro ahogado, moviéndole torpemente a Jairo la mano con la que sostenía el celular dado que el repentino brillo de la pantalla lo había enceguecido, cerrando varias veces sus ojos que, poco a poco, habían vuelto a estar lagrimosos.

- "Porque ya debe estar en el Insta o TikTok las culiás sin vida que vieron que me seguiste por el Insta pa' hablarme, ¿o no te acordái?", le señaló Jairo con voz seria, lo que hizo que Jere cambiara su ruta y se apoyara en la puerta del baño para seguir oyéndolo, acomodándose la capucha para que no lo viese mientras que, con una de sus mangas del polerón, se restregaba los ojos con el posible fin de secarse el leve lagrimeo que había tenido, "si te ven saliendo de aquí, fijo que se filtra alguna otra hueá...que viniste pa' acá...y no, que paja".

Si bien Jairo no podía darle precisamente un argumento del todo válido en ese momento porque el blunt y la codeína lo habían dejado algo atontado, sus palabras sonaban lo suficientemente lógicas para el estado mental de Jere de aquel entonces como para que quedara en silencio un par de segundos, intentando procesar la información que le había básicamente vomitado Jairo: no era mentira de que estaba más drogado que la chucha...no había sido una buena idea haber llegado con dos blunts antes a la junta, sin siquiera haber comido algo, y la línea de tussi que se había jalado para darse mayor ánimo cuando fue al baño estuvo tal vez demás. Y con respecto a lo de irse temprano y que los pillaran, confiaba en que Jairo estaba en mejor estado, sus palabras sonaban lógicas y honestas dentro de todo, por lo que no contestó nada más que un "vale", pasando al lado del Jairo y caminando hacia la cama, en donde se sentó al lado izquierdo, que era el más cercano al baño y a la salida, y comenzó a desabrocharse las zapatillas en silencio.