- "Dime la verdad malaya culia' y la conchetumare", murmuró para ambos Jairo, agachándose lo suficiente para tomar con ambas manos el polerón del Jere y tirarlo para arriba, obligando de esta manera a que el menor se levantara del piso y quedaran a la misma altura los dos parados y mirándose fijamente a los ojos, "¿porqué hiciste esa hueá de comerte a la Cata?".
Jere no dio ningún tipo de respuesta verbal, optando, cuando le preguntó Jairo los motivos del porqué se había pintado las patas, por desviar la mirada y mirar hacia el piso, lo que hizo que Jairo lo empujara aún más fuerte a la pared.
- "Respóndeme culiao', si viniste pa' acá es por algo, no pa' tomar", le insistió, acorralando más a su visita y limitando sus movimientos. Aunque el peliplateado no tenía intenciones reales de hacerle daño, sentía que si le daba algún tipo de susto, podía hacer que éste hablara o le diera al menos algún tipo de respuesta.
- "Ya oe', suéltame primero", respondió por fin Jere, moviendo sus manos a los brazos del Jairo, buscando que los bajase y lo pudiera soltar, a lo que éste accedió, principalmente porque, al momento de sentir las manos del Jere en sus brazos, no sintió ningún tipo de presión: era sólo el gesto de alguien que estaba agotado y no quería mayores peleas...era eso, o porque había llegado ya drogado y el efecto de la codeína le estaba jugando una mala pasada.
Por su parte, Jere volvió a bajar de una forma similar para sentarse al piso, y Jairo lo acompañó sentándose también en el piso y al frente de él, teniendo como respaldo parte de la cama a su espalda. El menor tomó un sorbo largo del vaso, y mirando para el ventanal que había dejado al descubierto, comenzó a hablar:
- "Me obligaron a hacer esa mariconá'", partió diciendo con un tono de voz apagado, débil, lo cual era algo inusual para Jairo, dado el tiempo en que llevaban interactuando y que el tono del Jere solía ser más animado, "yo no quería, la dura, pero...'taban corriendo cualquier rumor de mi, que era hueco, y me mandaron a hacer eso...el mana manda y erai, terminai siendo perkin de lo que el culiao' diga", concluyendo su explicación para pasar a mirar el vaso que tenía en su mano y que dejó cerca del Jairo.
Jere nunca fue mucho de tantas palabras, por lo que no esperaba una justificación muy extensa, pero lo que decía tenía más verdad que mentira: antes de que se enterara de la traición de ambos, ya estaban corriendo rumores en diferentes redes sociales del porqué su amigo no estaba formalmente con una mina en comparación a él o a cualquier otro de la escena: él tenía a la Cata, el Cris tenía a la Aracely, el Jordan, el Seba y el Balbi tenían hijos...¿y el Jere?
Más de una vez veía comentarios en TikTok o Instagram, en donde ponían en duda su sexualidad, y si bien ni Jairo tenía muy clara sobre cuál era la orientación de su sangrecita por mucho tiempo, tenía una que otra sospecha, pero prefería siempre guardar silencio. Habían hueás que eran mejor no preguntar, pero ahora sabiendo que su manager le quiso limpiar su imagen a costa de perder su relación con él, ¿podía igualmente perdonarlo? ¿qué sucede realmente con los códigos?
- "¿Me vai a contestarme algo?", le dijo Jere, moviendo sus pies constantemente, como si estuviera impaciente esperando una respuesta importante.
- "Puta...no sé qué hueá pensar, la cagaste brigido, hueón", le nació decir a Jairo, con un tono menos apagado y algo inseguro, "la cagaste terrible mal con los códigos, al menos haberme dicho la hueá, no sé si pueda perdonar-"
- "Dime a la cara que voh' no extrañai las salidas al mirador, ¿o me la vai a negármelas?", interrumpió Jere, mirándolo a los ojos y esperando una respuesta de Jairo. Los roles se habían invertido y era él quien parece ser que debía responderle al menor.
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MIRADOR (Jairo Vera x Jere Klein)
Ficción General"Son las seis de la mañana, y no estás en tu cama...". Cruza repentinamente, por la mente del Jairo, el inicio de una de sus canciones segundos antes de abrir la puerta de la habitación del hotel a quien era uno de sus mejores amigos...¿qué hace él...