IV

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Sus piernas eran casi literalmente gelatina, estaba nervioso y había estado los últimos tres días mordiéndose las uñas creyendo que era un sueño. Park Chanyeol, el hombre que le hizo el amor quien era su primera vez, había pedido verlo nuevamente y no solo eso sino conocerse mejor, o lo que quisiera significar aquello.

Viéndolo ahora, fuera de la habitación con luces rojas. Chanyeol era un hombre realmente atractivo, se veía incluso más precioso ahora que en esa ocasión. Ya no estaba usando ese traje hecho a la medida, portada un jean negro ligeramente holgado y una hermosa camiseta de tono claro. Claro, no podía dejar de lado el toque sexy que le daba el cabello húmedo pegado en la frente.

—Me alegra que hayas decidido venir —, dijo Chanyeol mientras daba un último sorbo a la copa de vino.  Sonrió. Una sonrisa electrizante que causó un sonrojo en las mejillas de Kyungsoo.

—No puedo decirle "no", a una invitación que me haya hecho usted...

—Vamos, no soy tan mayor. Por favor trátame de manera cómoda, sin formalismos. — Respiró profundo antes de morderse el labio mirando con ojos hambrientos las piernas de Kyungsoo.

Kyungsoo se sintió totalmente tímido, por un pequeño accidente su pantalón se había roto antes de llegar al departamento del fiscal y antes que llegar tarde prefirió cumplir con la cita aunque se había ganado un par de miradas curiosas de extraños no le había importado. Ahora, estaba de pie frente a Chanyeol. En ropa interior.

—Esta bien... Chanyeol... yo... ¿Podría sentarme?

—Me temo que no hay otro lugar donde sentarse que no sean mis piernas. Los demás lugares se encuentran totalmente prohibidos.—Ladeo el rostro, su sonrisa era brillante, juguetona y a la vez voraz.

Kyungsoo se sentía ligeramente humillado, pero no era molesto mandaba cosquillas calientes a su abdomen. Algo indescifrable y totalmente nuevo. Movió inquieto los dedos de sus manos, sintiendo el sudor deslizarse por su mentón liberó un largo suspiro de resignación. Se sentó sobre el regazo de Chanyeol dejando cada una de sus piernas a cada lado de la cadera del alto, movió un poco su cuerpo abultando los labios.  Esto último solo hizo reír al fiscal. 

—Eres un chico interesante —, apretó con sus grandes manos las nalgas de Kyungsoo —. ¿Siempre eres tan confiado? ¿No has escuchado que soy un tipo muy malo?

—No soy de los que se deja llevar por lo que dicen de los demás... no confío en las reseñas, prefiero leer un libro antes de juzgarlo por su portada —, frunció las cejas encarando la expresión cínica de Chanyeol.

—Soy un libro ilustrativo y las imágenes entre mis páginas son oscuras, llenas de sexo, codicia, engaño, dolor y ambición. Solo me interesa follar un buen culo, tener dinero... busco ser el mejor fiscal, no me importa pasar por encima de los demás para cumplir ese objetivo. — Mencionó Chanyeol con una ceja levantada.

Kyungsoo miró fijamente los oscuros ojos del alto, eran brillantes. Parecía que estaba viendo las olas del mar en una noche de verano. No sentía miedo, se sentía atraído, maravillado y para que mentir, totalmente hechizado.

—Para ser abogado eres un mal mentiroso —, respondió Kyungsoo acunando el rostro de Chanyeol haciendo que los labios del fiscal obtuvieran una forma de pez. Se veía adorable ante los ojos del joven mesero. — Conozco personas muy malvadas, todos ellos tienen sus ojos sin vida, vacíos, fríos. Tú, en cambio, tienes la mirada más hermosa que haya visto jamás. Estas deseoso de sentir amor, de dar amor.

La expresión de Chanyeol era indescifrable, frunció ligeramente las cejas y parpadeo varias veces tratando de comprender lo dicho por Kyungsoo. Era cierto, las personas veían lo malo de él siempre pero nadie jamás se había tomado el tiempo de comprender que él quería amar y ser amado, era su mayor sueño. Un sueño pisoteado y destruido por las personas que se aprovechaban de su bondad.

—Tan raro... — susurro Chanyeol —. Eres un tipo muy extraño...

Duraron varios minutos en esa posición, únicamente mirándose a los ojos y dándose caricias dulces, nada sexual, solo una forma de reconocer a la persona que tenían frente a ellos.

—Chanyeol... si vine aquí... es porque planeo que esto no sea solo de una noche, no quiero eso pero no tengo experiencia en las relaciones. Debes de ser paciente conmigo y enseñarme como hacerlo—, Kyungsoo liberó el rostro de Chanyeol para concentrarse ahora en pinchar su pecho usando sus dedos.

Chanyeol sonrió, atrajo el rostro de Kyungsoo contra su pecho para poder protegerlo del mundo. Lo supo desde que sintió el poderoso abrazo cargado de amor de Kyungsoo esa noche, había caído por un chico que no conocía. Se sentía embelesado por su existencia. Deseaba cuidarlo del malvado exterior y darle todo lo que le pidiera.

—Eres un tonto Park —, se dijo así mismo en voz baja. Levantó el rostro de Kyungsoo, pudo contar cuatro lunares medianos y cinco pesas esparcidas en el rostro del contrario. Era como ver el cielo nocturno, cada una parecía contar una historia. Cada una pedía a gritos ser besada y por supuesto que él no iba a negarse ante aquella petición.

Acarició gentilmente la nuca de Kyungsoo, beso primero su nariz, luego sus pómulos, su entrecejo, su frente, bajando nuevamente por sus mejillas para dedicarse a esparcir pequeños besos en su barbilla y mentón. Detuvo sus movimientos al enfocarse en esa hermosa clavícula, definida, traviesa y un tanto coqueta a la vista.

—¿No piensas preguntarme cómo se tu nombre y tu número de contacto? —, cuestionó antes de comenzar el recorrido por los doce lunares esparcidos entre hombros, cuello y clavículas en el cuerpo de Kyungsoo.

—B-bueno... eres un fiscal... y pudiste solucionar lo de mi turbo en el bar... —, respondió Kyungsoo entre pequeños jadeos —. No fue sorpresa que obtuvieras mi información, la sorpresa real es que me hayas contactado.

Chanyeol se detuvo, saco la lengua trazando líneas y puntos por la piel nívea de Kyungsoo. Sonrió al notar como los bellos de la piel del pequeño gatito estaban erizados, totalmente de punta.

—Eso me recuerda... —, Chanyeol negó reconociendo a tiempo que mencionar el hecho de que se sintió triste y abandonado por haber despertado solo esa mañana sería en ese momento un poco apresurado. — Guarda muy bien mi número, te contacte por el personal... no importa que, si quieres hablar con alguien, si te sientes aburrido ... si sucede algo escríbeme, llámame.

Kyungsoo empujó ligeramente a Chanyeol para ver su rostro. Ese hombre era tan transparente con sus deseos que al mismo tiempo parecía indecisfrable.

—L-lo haré... Chanyeol... ¿Podrías darme un pantalón?

—Claro que no... es nuestro muy esperado encuentro, de aquí en adelante te enseñaré muchas cosas las cuales serán aplicadas única y exclusivamente conmigo. No te permito hacer este tipo de cosas con otra persona, — mencionó con voz ronca similar a un ronroneo.

—¿Dices eso porque trabajo en un bar? Realmente tengo una buena razón para hacerlo y no me acuesto con clientes... tú...

—Lo sé —, interrumpió. Tomó suavemente la mano de Kyungsoo para besar sus nudillos, tal como lo había hecho esa primera vez —. Es solo que soy muy celoso, e imaginar que alguien más que solo yo admire tu cuerpo, disfrute tus besos y escuché tu voz... me vuelve loco.

Kyungsoo se sonrojó, miro hacia la ventana del enorme departamento y negó. "No tengo pensado hacer esto con nadie más", pensó Kyungsoo pero con la idea de fastidiar a Chanyeol no lo menciono en voz alta, solo sonrió y beso sus labios.

Dark Prosecutor || ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora