Capítulo 13: "Sentenciado a la extinción"

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Nerissa con el tridente en sus manos se abalanza sin piedad contra Emma, apuntando a su cabeza, pero se ve forzada a retroceder, ya que el dragón se defiende con una descarga eléctrica. Una vez que se reincorpora, ve que Emma endureció su expresión y está emitiendo un amenazante gruñido.

"Ya entiendo, ahora que te encuentras en esta situación, el instinto combativo se apoderó de ti" dice Nerissa tranquila y termina su frase diciendo "bien, muere como la feroz criatura que eres" dicho esto, Nerissa levanta una vez más el tridente para atacar a Emma con el, "¡No te atrevas!" dice una voz de mujer adulta cerca suyo.

Cuando Nerissa voltea, ve que otro dragón marino se unió a la escena, era Juana que la ve con una mirada amenazadora, "esperaba no volver a ver tu rostro" le dice a la sirena, "te recuerdo, eres aquella dragona que escapó cuando atacamos al clan de dragones marinos, pero creeme, no fue personal, solo necesitaba probar el poder del tridente" dice Nerissa, "¿Y por qué precisamente mi clan? ¿Mi raza hizo algo para provocar tu ira?" pregunta Juana molesta pero con voz que comenzaba a quebrarse "No habría valido la pena probar el tridente con una ballena, y casualmente, la manada de dragones paso cerca de nosotras, así que pensé que serían el conejillo de indias perfecto" explica Nerissa.

Mientras Emma seguía inmóvil por la magia de la Scylla, "madre" dice él y forcejea hasta que consigue liberarse de la manipulación, Alexia retrocede sorprendida y Emma la encara, "lo siento pero no estoy en el menú" le dice a la Scylla y esta se mantiene tranquila, "además no tengo buen sabor" dijo con tono burlón, a lo que Alexia contesta, "eso lo juzgare yo" y se lame los labios.

Emma siente como su madre se coloca detrás de él "escuchame hijo, nuestro clan nunca buscó conflicto con nadie, pero tampoco permitía que lo amenazaran" empezó a decir su madre, "el dragón del mar protege a su clan con garras y colmillos, aún cuando el enemigo es superior" Emma asiente con la cabeza "hijo, me alegro de ver que estás luchando a mi lado, si caemos en esta batalla, aún así les haremos recordar que los dragones marinos alguna vez existieron" "¡Si!" responde Emma, y los dos se llevan una mano al pecho "¡Gloria al clan del dragón del mar!" entonan juntos madre e hijo con orgullo.

Acto seguido, cada uno encara a su propio oponente, por un lado, Emma se pone en postura defensiva mientras Alexia pone a sus serpientes como escudo y método de ataque. Por el otro, Nerissa y Juana no se quitan la vista de encima, ambas combatientes se rodean mutuamente como gladiadores, buscando una debilidad en la otra, hasta que las dos pierden la paciencia.

Juana lanza un rugido de batalla, Nerissa emite un grito bélico y las dos se arrojan contra la otra al mismo tiempo, Nerissa lanza en poco tiempo una infinidad de estocadas con el tridente, Juana desvía cada uno de los golpes con sus garras, hasta que encuentra el cuello expuesto de su contrincante, intenta asestar un mordisco mortal, pero la sirena lo esquiva a último segundo, y aprovechando el punto ciego de la dragona, logra conectar una estocada en el costado desprotegido, esta gruñe de dolor y se sacude para quitarse las puntas del tridente clavadas en su costado derecho. A duras penas logra sacar la mortífera arma de su cuerpo y ataca con una descarga eléctrica que hace retroceder a Nerissa.

Del otro lado, Emma sigue observando cuidadosamente a la Scylla, como este no empezaba el combate, Alexia se toma la libertad de comenzar con su ofensiva, lanzando hacia el joven dragón a tres de sus serpientes, este se defiende apartando a sus atacantes a manotazos, después de unos segundos de repeler a las serpientes, dos se enroscan cada una en un brazo y la tercera se enrolla alrededor de su cabeza, "olvidas que lanzo electricidad" dice Emma y emite un choque eléctrico que empuja hacia atrás a Alexia.

Volviendo con la otra batalla, Juana se lanza hacia adelante para atacar a Nerissa, pero ella esquiva su embestida, la agarra del cuerpo, y la levanta con ambas manos para azotarla contra el fondo del océano, cosa que hace vibrar el suelo.

Ruby Gillman y su fiel guardaespaldas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora