Muerte de una dinastía

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Aquel día en que Nerissa encontró el tridente de océanus, fue el día en que una poderosa dinastía ya condenada a extinguirse, cayó.

Junto a cientos de sirenas, Nerissa se encontraba en lo que parecía ser un viejo templo abandonado, "Reina mía, ahí está" señala una de las sirenas.

Ahí está, el tridente de océanus, en un pedestal en el centro del templo, Nerissa se acerca a él fascinada, "Con que este es el tridente de océanus" comenta mientras comienza a sujetarlo con sus manos "Con esta arma podré destruir el reino de los Krakens"

Finalmente, Nerissa toma el tridente y se regocija con su poder, "La reina de los Krakens se arrepentirá de haberme desafiado, la destruiré a ella y a su reino"

Luego de tales palabras, Nerissa toma su forma gigante "El momento ha llegado, iremos al reino de los Krakens y lo aplastaremos" "¡Si, reina Nerissa!" entonan todas las sirenas mientras se inclinan ante ella.

Pero entonces otra sirena se acerca a Nerissa, "Ah... disculpe, mi reina" "¿Si? Dime, querida mía" "Antes de ir a destruir a los Krakens, ¿No cree que primero debería probar que tan poderoso es el tridente?" Nerissa se lleva la mano al mentón en un gesto pensativo.

"Tienes razón, sería una imprudencia usar un arma sin antes comprobar que tan poderosa es realmente...pero ¿cómo podemos probar su poder" pregunta Nerissa pensativa.

De repente, un estruendoso rugido se escucha a lo lejos, Nerissa y su ejército voltean hacia el lugar de donde vino aquel sonido, entonces, Nerissa asiente con la cabeza "Eso es, esa es la criatura perfecta para probar el poder del tridente" dice mientras señala delante suyo.

Aquella sirena que se le aproximó le pregunta entonces, "¿Qué fue ese rugido? Reina mía, ¿Qué criatura es esa?" a lo que Nerissa le responde, "Se trata del máximo depredador del Atlántico norte, el dragón del mar"

La respuesta desconcierta a la sirena delante suyo, "¿Dragón del mar? No conozco bien a esa raza" "No te angusties querida, el dragón del mar rara vez interactúa con otras especies" explica Nerissa.

"Sin embargo, es importante ser cuidadosas, los dragones marinos son casi tan poderosos como los Krakens gigantes" y la joven sirena la mira con ganas de saber más, "De hecho, si una kraken gigante y un dragón marino lucharan entre si, una batalla de los mil días sería inevitable, incluso el combate podría terminar con ambos contrincantes muertos" termina su explicación.

Otra sirena se acerca a Nerissa, "Reina mía, ¿Usted conoce las habilidades de los dragones marinos?" y la reina asiente "Por su puesto que si" comienza a explicarle a la otra sirena "Para empezar, tienen sus lomos protegidos por muy gruesas escamas, su dureza es muy cercana ala armadura corporal de los krakens, más no igual de resistentes, sus garras y colmillos son muy afilados, pueden usar la cola para golpear potentemente a sus oponentes, y por último cuentan con la capacidad de lanzar electricidad como si fueran anguilas"

"Pero, si son tan poderosos, ¿Cómo podemos vencerlos?" pregunta la primera sirena "Los dragones marinos tienen dos puntos débiles, los ojos, y su vientre, de hecho, su vientre y pecho son tan blandos que un simple humano podría lastimarlos si los atacan en esa zona de su cuerpo con un arpón para ballenas"  responde Nerissa.

Finalmente, la reina sirena les indica que la sigan, las sirenas siguen sus pasos, "Disculpe mi reina" habla otra sirena, "¿Qué necesitas querida?" pregunta Nerissa, "¿Por qué precisamente a los dragones marinos?" "Es porque de por si los dragones marinos ya están por extinguirse" "¿Por qué?" pregunta la sirena confundida e intrigada, "Sus presas potenciales se extinguieron, además, a causa de la desesperación por encontrar comida, cometieron el error de entrar en territorio del más temible depredador de todo el océano, el Leviatán, porque meses antes, la reina de los krakens lo derroto junto con sus hijas, y los dragones cuando se enteraron lo dieron por muerto, así que se adentraron en su guarida, pero no fue así, al contrario, se hizo más fuerte, y como no le gustan los intrusos, él redujo su población a un punto crítico, antes eran mil, ahora no llegan ni a los noventa individuos, pero ahora el Leviatán se encuentra dormido, y tras eso, los dragones desesperados comenzaron a matarse entre si, para alimentar a sus crías, ya están condenados a desaparecer" le cuenta Nerissa. "O los acabamos de una vez, o ellos morirán de hambre, no hay alternativa"

Ruby Gillman y su fiel guardaespaldas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora