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05 | Errores
"¡Exclusiva! Fotos que no han salido a la luz que pueden confirmar el romance entre Kade Evander y Carlie Stanford. El secreto sale a luz de forma no muy discreta."
(TW: Violencia familiar)
Kade:
La lluvia caía impetuosa dejando un sonido repetitivo sobre el parabrisas. La visión era complicada, más aún cuando no quería ver nada.
Tras mucho debate interno, agarré el ramo y lo escondí dentro de mi chaqueta de cuero para que no se mojara. Ya tenía suficiente con sus quejas como para incluir uno más a la lista.
Cerré el coche y guardé las llaves en uno de los bolsillos de mis pantalones cargo mientras corría en dirección al edificio. Un escalofrío me recorrió de arriba a abajo cuando me abrió la puerta.
Suspire y me preparé para lo peor y aun a pesar de esa preparación, aun temía todo lo que la incumbía.
—¡Mi bebé! —Se acercó y me abrazó por la cintura durante unos segundos con una sonrisa bastante fija en el ramo que seguidamente agarró para ponerse a un lado de la puerta—. No tenías por qué hacerlo.
—Me siento mal si vengo sin nada a tu casa. —Me rasqué la nuca esperando alguna crítica.
Cualquier detalle que le daba, venía seguido de una manera de mejorarlo. Y en caso de seguirlo, aun así ponía una excusa para desmerecer el detalle. Era su manera de "expresarse" como siempre decía; se excusaba diciendo que era una mujer cuyos gustos eran muy exquisitos.
—De todas formas, ya sabes que mis favoritas son las rosas. Podrías haberte esforzado un poco más y conseguirme uno de esos ramos gigantescos.
Entró en la casa y caminé detrás suya con los brazos cruzados. Cuanto antes empezase a despotricar, antes me podría ir.
—Pensaba que vendrías con tu novia. No creía que tuvieras tan poca valentía para no querer presentármela —fijó la mirada en las flores a las que les dedicó una mueca y seguidamente volvió a sonreír como si nada.
Me adentré en la cocina, un olor desagradable se adentro en mis fosas nasales obligándome a respirar por la boca hasta que me di cuenta que eran sobras de lasaña envasada. Me senté en la isleta y le di un trago a un vaso de agua ignorando esa frase. Es capaz de haberme invitado a su casa solo para conocer a Carlie.
—Ella también tiene vida ¿sabes? —murmure centrando mi atención en el vaso.
Parecía que evitaba a toda costa escucharme. Se acercó a la cocina, agarró uno de sus jarrones aún más feos que los míos y dejó los lirios con una rebosante cantidad de agua. Perfecta para ahogarlas.
Como llevaba haciendo toda mi vida.
—Ya veo... —ese tono lo detestaba, me olía muy bien todo esto. — Supongo que estás enfadado conmigo.
Hice una mueca sin creerme lo que dice. Era algo tan básico que cualquiera lo habría comprendido, que se atreviera a insinuar lo contrario me parecía algo surrealista.
—Supones bien.
—Kade, ambos sabemos que lo hago por tu bien. —Se apoyó en la isleta con la cabeza entre las manos sin atreverse a mirarme a los ojos, tuve que hacer un esfuerzo por entenderla puesto que las manos también le cubrían la boca, aunque hubiera preferido no hacerlo—. Nunca entenderé esa manía que tienes de ser tan impulsivo, siempre haces tonterías como esa y te mereces que alguien te baje de esa estúpida nube. Eres demasiado ingenuo.
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Cicatrices de Octubre
Romance«Eres como una cicatriz, siempre impregnada en mi mente.» Carlie era un alma con un corazón cubierto de capas que lo custodiaban para evitar volver a ser dañado. No permitía a nadie tratar de comprenderlo, pero esa visión se ve afectada en el moment...