#12 ❝ AMARTI ❞

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Al abrir mis ojos, el sol que daba a la habitación del balcón interrumpió mi sueño. Giré mi cuerpo y el sonido de queja de Olivia la hizo despertar a ella misma. Respiró fuertemente como si le costara despertar, eso era cierto, porque si le pagaran por dormir, sería más millonaria que nuestra universidad entera llena de estudiantes.

— Ay -dijo para luego estirarse.

— ¡Liv! -me quejé. Estaba ocupando todo mi espacio sobrante.

— Que tú estés acostumbrada a ser una abuelita no es mi culpa -sacó su lengua. Ella era menor que yo. Al igual que Nica.

Me reí ante eso, ella tenía razón en que era mayor que ella y hacía lo imposible para que se notase, aunque no quisiese. Pasaron algunos minutos cuando terminé de salir del baño luego de mi rutina cuando sentí golpear la puerta. Coloqué una bata alrededor de mi cuerpo poco húmedo y mi cabello se deslizó por mis hombros para abrir la puerta.

— Ethan... -traté de respirar calmadamente- ¿Pasa algo?

— Oh no, no es nada malo -sacudió su mano- solo que necesito hablar contigo.

— ¿Hablar? -murmuré sorprendida.

— Sí. Quiero hacerlo hoy, porque después no tendré tiempo.

Su voz era determinada, es como si él mismo se dijese eso en voz alta. Asentí ante sus palabras aunque no paraba de saber que es lo que quería. Mi corazón latía fuerte bajo la bata de seda que cubría mi cuerpo y mi cabello que se posaba sobre mis pechos.

— Umh -bajé la cabeza- de acuerdo.

— Vic te compró un par de cosas, me parecieron que iban a quedar lindas en tí -sus ojos recorrieron mi cuerpo de abajo hacia arriba.

— Oh, gracias Eth -apoyé mi mano en su hombro y con su otro brazo la acarició.

Me separé lentamente de él y al darme la vuelta sonreí mientras cerraba la puerta de la habitación.

Las bolsas blancas de papel se encontraban cerca y de allí pude ver un vestido satinado color blanco y una caja. Al abrirla me encontré con los tacones aparentemente más costosos que había visto en mi vida y una nota en letra cursiva decía que era Ethan el causante de todo esto, sentí que no lo podía aceptar.

Abrí la puerta y bajé a la mitad de las escaleras para ver a Olivia y al guitarrista tomando una copa de vino espumante.

— Hola -los llamé.

— Oh, hola! -me saludaron antes de hacer sonar sus copas.

— ¿Dónde está Ethan? -pregunté.

— ¿Ethan? -dijo Thomas nervioso.

— Sí -solté obvia.

Olivia lo miró cuidadosamente y me respondió de manera gentil.

— No lo sabemos, salió con Nica.

— ¿Con Nica? ¿Cuándo?

— Hace un par de minutos, fueron en su auto -soltó sin importancia.

— ¿Y Vic?

Mi roomie miró al chico de su lado y le preguntó de manera específica en dónde se encontraba.

— Ah, ella está en el estudio -murmuró- está ensayando sola, en una de esa se inspira en crear una melodía.

— Gracias.

Bajé las escaleras y en puntitas fui hasta allá.
Mi mejor amiga estaba en el suelo jugando con los efectos de sonido en su bajo.

AMARTI | Ethan TorchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora