#09 ❝ NOVIO ❞

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Al día siguiente, mientras lavaba mis dientes, Olivia arqueaba las cejas de manera chistosa mientras jugaba con los ángulos y filtros de su cámara. La miré por el espejo y reí disimuladamente, enjuagué mi boca, sequé mi rostro nuevamente húmedo y llegué a la cama para poder vestirme. Escogí algo cómodo porque pensé que, a esta altura de la mañana, mis pies podrían tocar la arena y preferí no perder el tiempo. Sin afectarme siquiera ese pensamiento decidí ponerme una falda negra, medias, un top del mismo color y lo menos incómodo de calzado.

Al bajar las escaleras sentí unas voces reconocibles en el otro lado de la sala, la hermana de Victoria hablaba temerosamente con Ethan.

— ¿Puedo preguntarte algo, aunque sé que luego puedes odiarme?

— Depende, lanza tu segunda pregunta -asintió.

— ¿Estás seguro que no sientes nada por Laura?

— Siempre lo estuve -pausó- siempre estuve seguro que no era cien por ciento mía ni yo de ella, sin embargo, es posible llegar a dudar de tus sentimientos en el desarrollo de cada relación.

— ¿Y Marlena?

— ¿Marlena? -su voz estaba confundida, empezó hablando de Laura y ahora era Marlena a quién mencionaban.

— Sí tonto, ¿Qué hay de Marlena? -suspiró mirando hacia los lados- No me digas que va a pasar lo mismo con ella.

— Creo que, tanto ella como yo nos estamos conociendo.

— ¡Qué paciencia! Desde el día uno supe que iba a haber algo y aun así siguen como niños pequeños inaccesibles a sus sentimientos

— Si todo fuera tan fácil -alzó sus cejas deseando que fuese así.

— Dime, ¿Qué harías si todo fuera tan fácil?

— Me desligaría del pasado, pero no valdría la pena porque aquello fue lo que me llevo hasta donde estoy -sonrió- en cambio, ahora mismo... me encargaría de Marlena

Me senté en las escaleras mientras apoyaba mi cabeza en la pared a mi lado y me abracé las piernas. No me había dado cuenta del frío que aumentaba en mi cuerpo cuando estaba sola, ni mucho menos cuando me rodeaba con los demás de manera equivocada. Decidí subir las escaleras porque la temperatura repentina hizo que mis ojos se humedecieran involuntariamente, igual que de pequeña, y mi nariz se pusiera roja cuando escuché mi nombre tras mío.

— ¿Marlena?

Me giré a la mitad y ví al hombre más atractivo de mi vida. Llevaba su cabello liso sujetado, un suéter blanco que desde acá podía distinguir lo cuán suave era y pantalones de tela en color beige, en sus manos cargaba un chaquetón largo negro y supuse que caminaba en calcetines oscuros por toda la casa.

— Ethan, hola -respondí con vergüenza.

— ¿Cómo dormiste?

— Bien, estaba en busca de un abrigo, ¿y tú?

— Igual, hoy amaneció distinto. Ten -llegó a mi altura y colocó su chaquetón en mis hombros para guiarme a la planta baja.

— Gracias, ¿Estás seguro que no lo necesitas? -sonreí y lo miré.

— Mírate, lo necesitas más que yo, además ya estoy tibio -me miró de arriba abajo- ¿A Dónde vas tan temprano?

— Si te digo no me creerías -cogí las llaves para abrir la puerta- tengo que volver, a Roma.

— ¿Pasó algo? -se acercó preocupado.

— Me citaron a un evento.

— ¿En un día de descanso?

AMARTI | Ethan TorchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora