#16 ❝ GIGI ❞

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Nunca era demasiado tarde para volver a empezar algo nuevo, algo que te apasione o alguien con quién tu corazón se sienta estancado cómodamente en alguien y ese alguien era aquel chico de cabello largo que caminaba rápidamente de una esquina al otro luego de una gran última tarde y noche. No sabía que pensar, sin embargo sabía lo que tenía que hacer, mi cuerpo perdido reaccionó al instante y al notarlo, él enseguida me prestó una camisa que me quedaba sobrando en mi cuerpo por sus hombros varoniles y su torso trabajado de tantas vueltas que ha dado en conciertos y en aviones.

La maleta estaba sobre los pies de la cama y salí en ese mismo instante. Me tomé el cabello revuelto de manera somnolienta pero rápida y me dirigí al baño del pasillo entre las grandes habitaciones de todos los demás. Solo bastó unos minutos para estar lista y que justo en ese instante sonara el timbre del apartamento.

Una chica que conocía perfectamente se acercó apenas abrí la puerta, era un día agridulce que con sólo su presencia aligeró todo lo que llevaba sobrepensando y que lo comunicaba hacia mis acciones.

— ¡¿Gigi?! -la abracé devuelta sin creerlo.

— Mi preciosa Marlena, te extrañé demasiado -exclamó.

— Y tú no sabes cuánto -suspiré agradecida.

Sin duda desde que tenía memoria ha sido mi prima más cercana y quién por ella también me animé a lo que realmente quería ser cuando grande.

Creo que a veces es difícil saber lo que uno quiere en el futuro porque hay dos cosas en que diferenciar: el ¿Qué quieres ser? o el ¿Quién quieres ser? y es demasiado complicado cuando al nacer en una cuna llena de accesibilidad puedes hacer lo que se te antoje y también puedas desecharlo como en los tiempos más líquidos en el que uno va desarrollándose.

Indudablemente la aparición de Giorgia en mi familia facilitó las cosas, y aunque hoy su presencia haya sido tardía, por las circunstancias sorpresas, era un agrado siempre poder hablar con ella y que ame a Damiano de una manera genuina al igual que la pequeña confianza que tenía con él al enterarse que también yo era una Soleri. Cada consejo o el simple hecho de hablar de ella era muy preciado para mí.

Luego de dejarla pasar, dejé que me acompañara hasta el piso de arriba, un pasillo silencioso pero cómodo.

— ¡Giorgia! -el chico dejó las maletas que estaba haciendo conmigo y abrazó a la mujer.

— ¡Ethan! -dijieron casi al mismo tiempo.

— Tanto tiempo... -murmuró aquel mencionado.

Giorgia miraba el lugar inspeccionándolo, poco bastó para que notará una vibra especial y entrecerró los ojos hacia nuestra dirección ya que Ethan me estaba abrazando por la cintura a una velocidad impresionante.

— ¿Y ustedes? -se acercó peligrosamente sin soltar su bolsa del color que la caracteriza- ¿Acaso...? -abrió sus ojos y tapó su boca sin creerlo.

Ni yo creería lo que estaba pasando porque en medio del acto reaccioné a lo que nunca pensé que haría este hombre.

De un momento a otro me besaba con dulzura frente a una visita bastante cercana, sus labios se movían temblorosos sobre los míos pero todo su cuerpo irradiaba seguridad ante el mío, respondí con un gesto risueño y al terminar, el beso sonó como un final.

— ¿Por cuánto tiempo llevan haciendo esto? -nos apuntó.

Mi cuerpo se acurrucó a su pecho y sus brazos me cubrieron mientras sentía pequeños besos sobre mi cabello ahora suelto que descansaban en mis hombros cubiertos por una simple camisa de Ethan, mientras mis manos también acariciaban su cuerpo él sonreía y podría jurar que sus ojos estaban concentrados en lo que iba a decir al momento de haber suspirado y aclarar mi garganta.

— Desde... -lo miré y mi voz se fue bajando poco a poco- pero ayer oficialmente -confesé con una sonrisa mientras trataba de completar mi frase.

— Porque ayer los paparazzis se encargaron de anunciarlo -completó Ethan mientras ordenaba lo esencial.

— Eso mismo -sonreí- Ethan, ¿Y Damiano? -mi prima y yo lo miramos con atención.

— Eee debería de estar en su habitación todavía, no he escuchado a nadie salir de allí.

— Entonces voy a verlo -dijo riendo- y luego necesito hablar contigo -guiñó sus ojos en una sonrisa.

Asentí algo sorprendida y al decir eso para abandonar la habitación mi sangre empezó a hervir como nunca. Ella sabía que al decirme esas palabras comenzaba a sobrepensar como nunca y mi ansiedad aumentaba de una manera excitante. Apenas tuve tiempo para darme la vuelta y agacharme para ayudar a Eth a terminar sus maletas, todavía no lograba procesar todas estas cortas vacaciones y en como todo volvía a la normalidad.

Cogí mi teléfono para obviar algunas menciones por redes sociales asociado a la banda. Mientras recordaba el pequeño viaje para una reunión y futuros proyectos en Roma, como por arte de magia manifesté la llamada de telefónica de Aria, aquella mujer que en algún momento fue como mi madre y me consideró prácticamente de la familia aunque ahora mismo, todo ya se había esfumado... hace un par de años.

— Hola -suspiró- ¿Marlena?

— Hola, sí. La misma. -asentí para mí.

— Bien, bueno... solo llamaba para avisarte que la próxima semana estás invitada a un evento de inauguración de una marca y que no estarás sola en ello, vas a necesitar una pareja.

— ¿Cómo? ¿Una pareja?

— El encargado dijo que tiene a un par de modelos masculinos, sabe que eres hermosa y también creo que puedes tener -pausó- volver a tener química con alguno de ellos.

— Umh -el sonido de mi boca estaba poco convencido.

— Pero no han especificado nada aún, nisiquiera ellos lo tienen muy claro porque todo depende de tí, linda -su tono risueño aún permanecía y eso me hacía sentir más cómoda- si quieres puedes llevar al chico que no es tu novio -bromeó.

— Ya entiendo. -reí- no te preocupes por eso... -mentí.

— ¡También lo había olvidado! -exclamó- ya sabes, mi esposo habló con el rector de tu universidad y con facilidad te dió un tiempo más para que puedas hacer esto para la industria. Todos sabemos que tu cara bonita y tu carácter carece en las modelos de hoy en día.

— Gracias -dije entre risas- ¿Me mandará la dirección luego?

— Claro, te mandaré la dirección luego -repitió- cuídate.

— Igual, nos vemos pronto -me despedí y ella colgó.

Los sonidos aún seguían en mis oídos, cerré mis ojos un rato y luego de manera abrupta tomé una taza de café impregnándome en su aroma.

— Giorgia -la llamé subiendo el volumen de mi voz.

— ¿Sí? -se asomó descalza y Damiano detrás de ella sonreía como nunca ante su presencia.

— Marlena -pronunció marcadamente el italiano- gracias por ser familia de esta bellisima signorina porque me caes muy bien -sonrió exageradamente para que nos riéramos y exactamente eso es lo que hicimos, gigi y yo- Y ERES PERFECTA PARA TORCHIO -gritó el chico.

No podía parar de avergonzarme y reír ante ese tipo de reacciones, él mencionado bajó rápidamente para abrazarme por la espalda apoyando sus brazos sobre mi vientre y acomodarse en mi cuello. Podía sentir la mirada que le dirigía a Damiano y con total confianza hablaban.

— Los dos tenemos a una Soleri, ya todos están contentos -murmuró el baterista tras de mí.

Todos reímos hasta que el cantante se colocó una chaqueta de cuero ligera encima de su camiseta y tomó la mano de Giorgia para salir, el sonido de las llaves llamó la atención y una sonrisa se cruzó por sus rostros.

— Ya volvemos tortolitos -dijo Damiano para luego besar suavemente a su chica.

AMARTI | Ethan TorchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora