AMARTI | Ethan Torchio

#18 ❝ ESTA NOCHE ❞

La noche aún estaba comenzando así que Ethan me tomó de la mano frente a los demás para caminar con todos los demás.
Hablábamos de todo y nada, me sentía emocionada ante el hecho de que disfrutaría mi tiempo en Roma empezando por algo bastante importante para mí.

— Umh... -murmuré para comenzar una conversación.

— Cariño, ¿Pasa algo? -preguntó mi chico.

— Es que -pausé- olvidé contarte algo... -sus ojos preocupados estaban dispuestos a colocarme la atención necesaria.

— Puedes decirme -suspiró.

— Aria me llamó antes y me dijo que para el evento que estoy invitada debo llevar una pareja -miré hacia todos lados- ella tiene muchos modelos y tal pero, me gustaría que estuvieras aquí.

— ¿Cuándo será? -siguió caminando mientras tomaba mi mano con seguridad.

— Exactamente una semana -revisé mi teléfono- y cinco días.

— Bien -asintió relajadamente.

— ¿Qué? ¿Cómo que "bien"? -mi ansiedad me estaba matando.

— Me daré el tiempo de estar allí -me besó en la coronilla debido a la estatura y sonreí.

— ¿Estás seguro?

— A menos que quieras que otro hombre sostenga tu cintura ante las cámaras.

— ¡Oye! -lo golpeé suavemente para soltarme de su mano y correr hacia Victoria, ella rió ante la expresión de Ethan- Cómo te atreves a decir semejante estupidez -alcé la voz y los demás se giraron para reír ante la situación, al igual que yo.

Ethan corrió hasta mí y tomó mi cuerpo como lo había hecho la primera vez que me topé con sus baquetas y su presencia en aquel concierto.

— Marlena, estoy tan seguro de que estaré allí como también que hoy te haré mía ¿Crees que los demás modelos podrán hacer eso?

— ¡Suéltame! -le grité mientras me movía para detener su camino.

— Chicos -anunció Ethan mientras me dejaba en una esquina- No volveremos, buenas noches -los demás sonrieron y se despidieron no sin antes advertirle a Ethan que volverían dentro de poco luego de ver el mar un rato.

Mi cara estaba con una sonrisa y con mi cabello suelto tapé mi cara de la vergüenza al bajar mi cabeza. Ahora su gran mano que descanzaba en mi espalda me guiaba hacía al apartamento.

Las llaves abrieron la puerta del apartamento ahora vacío y después de besos y caricias intencionadas antes de que se cerrara la puerta de su habitación la escena ya estaba más que escrita:

Ahora acurrucada en los brazos de Ethan sobre la manta que nos cubría suavemente y en donde nuestros largos cabellos descansaban, no paraba de sentir y disfrutar de su aroma y compañía. Sin embargo sus ojos cansados brillaban para contemplar mis labios, sonreí suavemente mostrando un poco mis dientes y alargué mi cuello para besarlo. Sus labios se deslizaban sobre los míos como una mantequilla derretida que al roce estaba cada vez más manejable. Mi mano se apoyó sobre su hombro y él con mi cabello lo sujetaba para que no estorbara sobre nuestros rostros.

Pequeños sonidos se hacían presente sobre nosotros, algunos murmullos ante todo mi interior y suspiros que se presenciaban de vez en cuando.

Esta noche no iba a ser como otra, estaba hecha un manojo de nervios y lo único que apaciguaba aquello era sus pequeñas caricias en mi cintura y espalda baja, una intensión amorosa y por sobre todo, un acto caballeroso a mi parecer. Un verdadero hombre.