Capítulo 17

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Lalisa Manobal-Kim

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Lalisa Manobal-Kim

Me acomodé en el sofá y sonreí al ver a Jennie entre mis piernas, mirándome con una sonrisa lasciva mientras sus dedos se colaban entre el tirante de mis pantalones y bóxers femeninos, bajándolos lentamente hasta revelar mi emocionada erección.

La observé acercarse a pasar la lengua lentamente sobre toda mi longitud, bajando la piel de mi polla para luego dejar de lamer en la punta y en su vez chuparla, provocando que un escalofrío recorriera mi cuerpo junto a un espasmo. Mis jadeos se eran claramente audibles mientras ella simplemente me miraba de esa forma coqueta e hipnotizante, abriendo lentamente la boca para comenzar a tragarme por completo.

Mi cuerpo se exaltó y caí sentada en el sofá mientras el sudor bajaba en gotas por mi rostro junto a los cabellos pegados en mi frente.

¿Porque demonios estaba soñando eso con Jennie con apenas un día de pasarlo juntas en el mismo apartamento?

No era una novedad que cuando éramos pareja nuestro apetito sexual era sumamente alto y constante pero ya no estamos juntas. Se supone que mi cuerpo no reaccione de esta forma a su presencia, ya no soy una adolescente de 17 años que por cualquier cosa con su novia se le creaba una gran erección.

Pasé las manos por mi rostro y miré mi alrededor con una mirada perdida. El sueño me había dejado fuera de órbita. Miré el reloj a mi lado que marcaba las ocho y treinta. Bostecé levemente para luego estirar mi cuerpo al elevar las manos. No me di cuenta anoche en que momento me quedé dormida luego de ducharme.

Me removí un poco en el sofá solo para notar el gran bulto que se asomaba en los pantalones de mi pijama repleta de gatitos. Bufé con molestia y pasé las manos por mi cabello.

Vaya mierda.

De seguro un baño frío que casi me cause hipotermia se deshaga de esta erección matutina. Decidí ponerme de pie y meterme a duchar nuevamente solo que una intrusa me hizo sobresaltarme.

Jennie salió de mi habitación mientras se rascaba su ojo con el dorso de su mano al bostezar. Un camisón mío que llegaba a la mitad de sus muslos me hizo quedarme embelesada con la escena. Extrañaba verla como antes usando mi ropa. Siempre decía que le encantaba dormir con mi olor pero en mi interior siempre supe que era porque le parecía más cómoda mi ropa que sus ajustadas camisas sin manguillos.

La escena me hizo sobresaltarme al ver el camisón subirse más allá de los muslos y dirigí mi mirada a otro lado con rapidez.

—Buen día... —Su voz mañanera me saludó, iba a contestarle pero noté un pequeño detalle que se me olvidó ocultar.

Joder Lilo porque siempre tienes que aparecer en los peores momentos. ¡Maldición!

Misterious Mind || Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora