Capítulo 16

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Lalisa Manobal-Kim

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Lalisa Manobal-Kim

Luego de un rato en aquel abrazo, decidimos separarnos ya que ambas moríamos de sueño. Tuvimos una pequeña discusión de quién iba a dormir en la cama. Yo quería que ella durmiera en mi cama y mientras yo dormiría en el sofá, cosa que no era una novedad para mi pero ella quería lo opuesto con la excusa de que "soy la invitada"

Con más razón debería dormir en mi cama.

—Lleguemos a un trato entonces, nos turnamos la cama ¿vale? Hoy tú, mañana yo, luego tú y así ¿trato? —Dijo y no pude evitar reírme.

Sus ocurrencias siempre han sido tan únicas.

—No, la cama será tuya. Créeme mi sofá es tan cómodo que si lo pruebas querrás quedarte con el sofá a que con la cama pero no te permitiré probarlo, el sofá es mío. —Con una leve risa respondió mi comentario, contagiándome.

—Bueno... te creeré ¿bien? Si no te sientes cómoda en el sofá por favor, dímelo. —Levantó su dedo meñique y con una sonrisa me lo acercó. —¿Pinky Promise? —No me contuve y solté un sonido nasal al contener mi risa.

Ella levantó las cejas actuando ofendida, tomando mi brazo para ponerlo a su altura.

—¡Un Pinky Promise es muy importante, Lalisa! —Dijo mientras reía junto a mi. No me quedó mas remedio que cruzar mi dedo meñique con el de ella, recibiendo una sonrisa orgullosa de su parte.

—Pinky Promise. —Mencioné para cerrar la promesa, apartando nuestros dedos luego.

Nos quedamos en un silencio que más que incómodo era curioso. No teníamos nada más que hacer así que para romper el momento sujeté su maleta y la arrastré por el pasillo de camino a mi habitación, levantándola para ponerla sobre la cama. Me volteé a mirarla y me la encontré inspeccionando la habitación con una mirada curiosa.

—Mira... puedes poner tu ropa de lado de la mía y tus útiles personales en ese gavetero. —Fui señalando las cosas una vez las iba mencionado para luego poner mis manos dentro de los bolsillos traseros de mis pantalones. La miré sin saber exactamente de nuevo que hacer, esto era algo bastante constante que me gustaría abandonar si entre estos días tomábamos algo más de confianza entre nosotras, después de todo seremos compañeras de piso.

Ella me dio una sonrisa tímida, arreglando algo su cabello antes de acercarse a su maleta. Entendí que era mi momento de retirarme de la habitación y dejarla acomodarse tranquilamente.

—Prepararé algo de chocolate caliente ¿quieres? —Como respuesta recibí un sonido nasal que me indicaba un "si" así que asentí y salí por completo de la habitación, dirigiéndome a la cocina.

Luego de haber preparado aquel chocolate caliente con algunas quemadas por tener el premio a la persona más torpe del mundo entero, tomé su taza y me encaminé de vuelta a la habitación para entregársela. Sonreí levemente al verla algo ocupada acomodando sus cosas con la misma perfección que siempre ha tenido con cada cosa. Recuerdo como siempre se irritaba cuando teníamos visitas y sacaban algo de sitio. Ella rápidamente iba y lo acomodaba como si fuera una madre tras un niño desastroso en su casa.

Pérdida en mis recuerdos no le di cuenta de que Jennie había parado en seco de acomodar sus cosas y en cambio sujetaba un documento en sus manos. Fruncí el ceño al ver aquello ante mi confusión y rápidamente me atraganté con mi propia saliva, tosiendo.

Noté como Jennie dió un salto y comenzó a ocultar el papel rápidamente en la gaveta, cerrándola y volteándose hacia mi, nerviosa. Se acercó, dando algunos golpes en mi espalda mientras yo me aclaraba la garganta, mejorándome.

Hubiera sido una escena graciosa si no supiera que eran esos papeles, pero sabía perfectamente de que eran y se me había olvidado por completo que los tenía ahí.

Eran los papeles que tenía desde hace un año queriendo mandarlos al psiquiátrico de Jennie, pidiendo que firmase los papeles de divorcio. En ese año quería deshacerme de todo lo que me ligaba a Jennie y una de esas cosas era ese matrimonio forzado que tuve.

Cada que hacía algo siempre me clavaban en la cabeza el "Manobal-Kim" no quería ser Manobal de Kim, solo quería ser yo, Lalisa Manobal. Muchas veces cuando pedía ofertas de trabajo en Tailandia me miraban mal al leer mi apellido y automáticamente sabían que era la esposa de aquella horrible asesina de Corea que había matado a una chica inocente. Muchos me rechazaron por eso. En Corea se me hizo más fácil buscar trabajo ya que Kim era un apellido totalmente común y pasaba desapercibida.

Nunca fui capaz de mandarlo esos documentos a Jennie. Una parte de mi se sentía cruel en mandarle eso y la otra sentía ganas de lastimarla con ese divorcio. Se muy bien la ilusión que siempre tuvo Jennie de poder casarse de una linda forma pero gracias a sus problemas ni siquiera ella pudo cumplir su sueño de casarse bien y todo fue una pesadilla.

—¿Estas bien? No te vayas a morir mi primer día aquí... —Habló con una risa nerviosa, tratando de suavizar la situación. Ella no estaba claro de si la había cachado con los papeles o no.

No sabía tampoco si dejarle saber que la había visto o no. No quería incomodarla pero ciertamente algún día teníamos que tocar el tema de nuestro matrimonio falso y llegar a un acuerdo de que hacer con el.

—Estoy bien... no te preocupes. —Mi voz sonaba algo raposa al haberme casi ahogado. Aclaré de nuevo mi garganta y la miré con atención. —Si hay algo que te moleste en mi habitación, puedo sacarlo y así puedes guardar tus cosas en paz. —Automáticamente ella abrió los ojos. Supo que la había visto con eso.

—¡No! No... no hay nada que me moleste, tranquila. Es tu habitación estás en tu derecho de tener absolutamente todo aquí. —Evitó mi mirada en todo momento. —¡Oh! Gracias por el chocolate caliente... yo... ehm, me lo tomaré y seguiré organizándome. Gracias Lisa. —Tomó la taza de mi mano en un intento de cambiar de tema y volvió a posicionarse frente al gavetero.

Suspiré levemente. Otra vez el clima aquí se había vuelto incómodo. Me di la vuelta y me encaminé por el pasillo, volviendo a la cocina para tomar mi taza y beber mientras miraba por la ventana la ciudad oscurecida.

Los días viviendo con Jennie iban a ser raros pero espero que sinceramente podamos progresar en vez de retroceder con cada cosa que suceda.

Epa epa, como andan? Les recuerdo dejar sus comentarios que los leo todos yyyy dejar su estrellita

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(De haber algún error ortográfico dejármelo saber)

Misterious Mind || Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora