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4-. Acantilados y Castillos

Bueno pues, sigo vivo, ¿hola cómo están? Hacía banda de tiempo que no los veía, diré algunas cosas al final↓↓↓

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Pascal despertó tras darse un ligero golpe en la cabeza con una roca, al abrir los ojos luego de quejarse se dió cuenta de que estaba siendo cargado por Rose a través del acantilado.

Lo que sucedió es que la gata lo estaba cargando como costal de papas y al ésta girarse bruscamente la cabeza de Pascal se embarró en una de las paredes

Pascal—. ¡Auch!

Rose—. ¡Hey, finalmente despiertas! —Exclamó alegre la compañera del gato color avellana mientras lo recostaba cuidadosamente.

Pascal—. ¿Qué sucedió, no estábamos afuera?

Rose—. Sí, así es, pero como no despertabas decidí que no íbamos a perder el tiempo y quise traerte hasta aquí

Pascal—. Bueno, gracias

Tras darle un análisis completo a su panorama, Pascal dedujo que debían subir hasta la cima y observar el entorno completo, así que comenzó a trepar ayudando a su compañera a escalar.

Así ellos dos llegaron a la cima en un par de minutos mientras que anteriormente, con sólo Rose escalando, hubieran llegado en, nunca.

Rose—. Aquí estamos, así que a ver a ver... —Lentamente observó su alrededor, sólo había grandes columnas de arenisca, arena, cactus y nada más.

Pascal—. ...

Rose—. Si me ayudas es más fácil

Pascal—. Bueno...

Entre los dos observaban cuidadosamente el sitio, luego de unos minutos detectaron una anomalía en el paisaje, un sitio en específico se veía un poco más marrón que el resto.

Así que intentaron forzar la vista para distinguir el peculiar lugar, dándose cuenta de que era una estructura hecha de madera pintada, que se camuflaba perfectamente con el entorno.

Rose—. Muy impresionante, pero no basta para despistarme, ¡vamos Pascal! —Se colocó la capa que representaba el uniforme del escuadrón y saltó en dirección hacia el castillo.

Pascal—. Vaya, no es muy común verla usando esa capa —Al contrario de ella, él no necesitó de la ayuda de la capa amarilla pues su pañuelo rojo era una capa envuelta a manera de pañuelo, y con ella planeó hacia donde estaba Rose.

Rose, guardando su capa—. Bien, continuemos antes de que se nos vaya la luz del sol

Pascal—. ¿Hacía cuánto no usabas esa capa?

Rose—. ¿Sabes Pascal? Reconozco que eres tímido y casi ni hablas, eso es algo que me molesta mucho, pero me sacan de onda tus preguntas que nada que ver con el tema —Hablaba al mismo tiempo que se alejaba de él en dirección a su destino.

Pascal—. Bueno, si quieres que hable de algo entonces acostumbrate a mis, malos inicios de conversación

Rose—. ¡Son horribles!