11-. Valle Exiliado De Hielo

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El combate terminó, y una moribunda  pesquera combatiente seguía tomando un descanso en el suelo mientras sus amigos se partían el hocico con toda clase diversa de enemigos.

Esos amigos regresaron al iceberg a tratar de cruzarlo, pues del otro lado se encontraba un extenso tramo de mar congelado cuyo final era tierra firme.

O más bien nieve firme, parecía que ese infierno nevado no terminaría pronto, para su buena suerte, recién estaban llegando las primeras luces del alba, la temperatura fría no sería un gran problema.

Pascal—. ¿Creen que ya lo consiguió?

Rigs—. Eso no importa, enfócate en no terminar bajo el agua.

Los pasos eran constantes pero muy cuidadosos, estaban caminando separados al menos 8 metros entre sí en lugar de tomar una formación en fila.

Los tres llevaban la mitad del camino, y Mara aún seguía allá.

Rose—. Vamos, ya casi llegamos.

Llegando las 11 de la mañana, ellos ya estaban por llegar a tierra firme, el paso se había acelerado al desear estar fuera del peligro constante de caer accidentalmente al agua.

Además de eso, escucharon el helicóptero de Zeek acercarse, Rose fue quien se dio la vuelta para confirmarlo y en efecto era el de pelaje naranja pilotando su vehículo.

Cuando la aeronave pasó por encima de ellos una roca le cayó a Pascal en el hombro, lastimando al pobre un poco, ni Rose ni Rigs le dieron importancia a ese golpe pues se concentraron en el vehículo aéreo.

El cual aterrizó al borde del mar congelado, y Mara bajó del mismo.

Mara—. ¡Wo'ho! ¡Gracias por el aventón chicos!

Olli—. Felices de apoyar.

Mara—. Sigan con lo suyo muchachos.

El helicóptero volvió a elevarse y continuar su rumbo hacia el norte, en ese transcurso el trío de individuos que iban caminando se reunieron con la marinera.

Rose. ¡Amiga!

Mara—. ¡Amiga!

Pascal—. No se vale, te trajeron volando.

Mara—. Bueno estaba medio muriéndome allá atrás y los chicos me vieron así que se apiadaron de mi alma.

Rigs—. Sigamos adelante, no tenemos tiempo para perder en reencuentros.

Pascal—. ¿Y dónde estamos?

Rigs—. Estamos a punto de entrar en una tundra, la nieve está para asfixiarnos así que vean bien por dónde pisan.

Pascal—. Y el frío...

Mara—. Lo olvidaba, Olli y Zeek nos enviaron un regalo. —Entonces abrió la maleta que había bajado con el helicóptero.

Ésta contenía la ropa invernal de ellos, al parecer les habían saqueado los closets a los cuatro y les enviaron chamarras, pantalones para la nieve, gorros y bufandas, de Mara no había mucho, por no decir nada, pues realmente no duró ni dos horas en la base en su primer día.

Por ello le enviaron ropa de Pascal, esperando que fuera de su talla, lo cual afortunadamente así fue. Una vez los cuatro se abrigaron, continuaron la travesía, ahora el frío no sería tan problemático.

Continuaron avanzando a través del bosque, cuidándose de no caerse o quedar enterrados, había muñecos de nieve y yetis por doquier, sin embargo no eran tan difíciles de acabar.

The Amazing World of P.A.W.S!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora