a la vez - alejo center

te fuiste mundial

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— ¡Hola, amor! Te extrañé muchísimo, dios— Matías saltó a los brazos del menor apenas lo vio cruzar la puerta de la habitación que compartían en el predio de la AFA.

— Hola, mi vida— escondió su cabeza en el cuello de Soulé.— Dios mío, necesitaba tanto un abrazo tuyo- sintió la tensión dejar sus hombros.

La última vez que se habían visto, fue cuando la mayor salió campeón del mundo, en diciembre. Ahora estaban juntos una vez más, pero buscando su propio mundial junto a sus amigos y compañeros de la Sub-20.

— ¿Cómo te fue en el vuelo? ¿Pudiste descansar algo?— el mayor dejó un beso en sus labios, aún sin soltar del abrazo al morocho.

— Re bien, por suerte estaba con Bri así que no me aburrí— explicó. Aunque jugaban en distintos equipos, ambos pertenecían a la misma ciudad, por lo que era más que lógico el que viajaran juntos.

— Que bueno, gordo— se separó del abrazo para poder tomar su cara entre sus manos.— Ahora vamos a poder dormir juntitos, no te voy a soltar más— Alejo soltó una risita y, agarrando al mayor de la cintura, lo acercó para poder besarlo.

— Voy a dormir con vos solo si no me pateas, no puede ser que termine con moretones en las piernas después de dormir juntos.

— Si vos terminas con moretones es porque queres, yo no te obligo a nada— una sonrisa socarrona adornó el rostro de Soulé.

— Ah bueno, volviste medio atrevido vos. Te voy a tener que educar de nuevo me parece— el apretón que recibió Matías en su culo lo hizo soltar un pequeño jadeo.

El sonido que escapó de los labios de su novio provocó que Alejo empezara un nuevo beso. Este era más brusco y necesitado que los anteriores. Llevando sus manos a la espalda baja de Matías, hizo que sus pelvis chocaran, sacándoles jadeos necesitados a ambos.

— Hijo de puta— Matías sintió un sabor metálico después de que Alejo le mordiese el labio inferior fuertemente.

Cuánto les hubiese gustado seguir, pero el golpe en la puerta y el aviso de Valentín Barco de que la cena estaba lista los obligó a separarse, teniendo que acomodar sus pantalones antes de bajar en dirección al comedor. Allí se dirigieron a la mesa en la que estaban algunos de sus amigos, entre ellos, Agus, Valen, Fede Redondo y Brian. Alejo saludó a los que no había visto cuando llegó, y rápidamente iniciaron una charla entre todos, hablando de sus clubes, familias y demás.

Cuando Matías sintió una mano apretando fuerte su muslo, llevó su mirada a su novio, quien seguía muy entretenido en la charla que mantenía con Aguirre. Aunque Soulé intentó quitar su mano, no lo logró. Lo estaba poniendo realmente nervioso, además de caliente.

— Voy al baño— anunció, parándose de repente, llamando la atención de los otros. Sin importarle la mirada preocupada de Valen, se dio vuelta y salió del comedor.

— Voy a ver qué onda, ya vengo— Alejo se paró y camino en la misma dirección que su novio.

Caminó por el pasillo, dirigiéndose al baño que quedaba cerca del comedor. Cuando entró, pudo ver a Matías parado frente al espejo, con la cabeza gacha y sus manos apoyadas en la mesada de los lavamanos.

— Sos un forro, Alejo— soltó sin siquiera mirarlo. Véliz rió y se acercó por detrás.

— ¿Por qué, amor? ¿Qué pasó?— preguntó, haciéndose el boludo y apoyando su pecho contra la espalda del mayor.