Una hora antes...
Sana está acostada en el sofá, la oscuridad le rodea y el silencio es abrumador, los sonidos de revividos pasando por la calle llegan a su oídos como una terrorífica alarma que jamás se podrá apagar.
No puede dormir, pensando en que su novia está allá afuera sola. Ha pasado ya un día, y teme por su pareja. Se arrepiente de haberla dejado ir sola. Prometiendo no separarse, estar juntas pero ahora es un promesa que le carcome.
Cuando el reloj marca las una de la madrugada se levanta. La luces de las farolas se cuelan por la ventana, dandole un poco de visibilidad, sin embargo, se topa con quien menos quiere en esos momentos.
El hijo de la señora que le acogió le mira. No se han dirigido la palabra desde que llegaron, y solo lo hicieron por cortesía y agradeció.
—¿Saldrás? —pregunta el chico encendiendo la luz de la sala.
Sana solo asiente. No tiene pertenencias ni nada de valor que llevar, por lo que sus manos están vacías.
—¿No crees que sería mejor esperar a que amanezca? —le sigue hasta la cocina.
—No tengo tiempo. —Sana toma un cuchillo y lo mira, esa será su única arma.
Ignora al chico para dirigirse a la puerta principal.
Cuando la intenta abrir es detenida.
—¿No le dirás nada a tus amigas? Ellas se preocuparán.
Sana frunce el ceño algo irritada.
—Déjame en paz, es mi problema.
El chico la mira y alza sus manos.
—Adelante.
La nipona abre la puerta y sale. La fría brisa golpea su rostro y erizando su cuerpo. Apenas da unos pasos fuera cuando siente la presencia del chico detrás de ella.
—No pedí compañía. —dice sin detener su pasos.
—Yo no dije que iría contigo, es curioso que vamos en la misma dirección.
Sana se detiene cuando observa a un revivido pasar, luego otro y otro. No tiene más que agacharse detrás de un auto. El chico igual se agacha a su lado.
—Regresa a casa. —le susurra Sana.
—Lo haré si vuelves conmigo.
—Ni siquiera nos conocemos, si algo me pasa no te sentirás mal. Así que regresa a casa.
—Tienes razón, pero estás dejando a tus amigas. Ellas si se sentirán mal.
Sana suspira, es verdad, pero a diferencia de sus amigas, ellas están a salvo, y Jihyo no. No quiere seguir la conversación por lo que se levanta a observar el área.
Al ver que los revividos han pasado reanuda su destino, llegar al puente.
—Espera. —dice el chico.
La rubia sigue cuidadosamente su camino. Y en cada esquina se encontraba con revividos que evadía hábilmente. Porque había escuchado y aprendido algo de su novia en los días de encierro. Los revividos son sensibles a los sonidos y su capacidad para ver en la oscuridad es casi nula. Ventajas de tener una novia inteligente.
Pasaron unos minutos y cada vez estaba más cerca del puente.
El grito ahogado del chico le hizo detenerse y mirar atrás. Solo para darse cuenta que esta rodeado por dos revividos.
Maldice, lo que menos quería está sucediendo, enfrentar a los revividos.
Sana se acerca rápidamente y entierra el cuchillo en el cuello de uno de ellos, el cuerpo sin vida cae.
Cuando esta por acuchillar al otro, observa como han llamado la atención y tres revividos se acercan con sus brazos extendidos.
—A-Ayuda —el chico lucha para no ser devorado, pero no tiene la fuerza suficiente para detenerlo y es mordido en el brazo, haciendo que pegue un grito de dolor y desesperación.
La rubia derriba al revivido que atacó al chico, sin darse cuenta otro revivido sale detrás de él, abalanzándose.
Sana en un intento de apartarlo lo jala, pero tropieza y ambos caen al piso. El chico encima de ella le mira, su rostro pálido y orbes temblorosos.
Intenta levantarse, ya que el revivido esta por morderlo nuevamente pero se impacta más cuando siente el líquido caliente en sus manos. El chico ha caído encima del cuchillo que tiene en su agarre.
El chico es mordido en el hombro, y Sana lo observa.
—V-Vete de aquí —dice el chico levantándose.
Pero Sana está en shock.
—¡Vete! —grita, tumbando al revivido que lo mordió.
No muy inteligente de su parte, se saca el cuchillo del abdomen y con el mismo elimina al revivido.
Sana se acerca, sus manos temblando tratan de detener al chico.
—Detente, estás herido. —le toma del hombro. —Debemos volver a casa.
El chico se detiene y le mira.
—No, pronto seré uno de ellos.
Tiene razón y Sana no puede hacer nada.
—Sigue tu camino, yo los distraeré.
—No puedo dejarte aquí.
—Sí puedes. Ve, encuentra a tu novia y protégela, el mundo ahora es un caos del cual no se puede enfrentar uno solo. —le sonríe para tranquilizarla pero es todo lo contrario.
Sana asiente y da un paso atrás.
—Me llamo Choi Beomgyu. —le grita cuando la observa alejarse.
Las lágrimas se resbalan por su mejilla y su garganta se seca. Su corazón está a mil por hora a la vez que sus piernas tratan de correr lejos de allí.
La culpa se apoderaba de ella en cada pasó que daba alejándose de Beomgyu. Se cuestionó si lo que hacía era lo correcto, el dejar a sus amigas para buscar a Jihyo, es un acto egoísta al no mencionarles nada.
El grupo de amigas se separó. No porque quisieran, sino por las acciones que cometieron sin pensar. Porque la frase 'la unión hace la fuerza' no valía en esos momentos, y las palabras de Beomgyu sobre estar juntas y cuidarse se fueron con él, porque la separación las llevaría a no verse en un largo tiempo.
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The Great Escape ❥ Minayeon/Sahyo
FanfictionNadie está preparado para el inicio del apocalipsis zombie. Sana y Jihyo están dispuestas a permanecer juntas, sin embargo, a veces las decisiones que pensaron para bien resultan ser lo contrario. Mientras, Mina y Nayeon deciden ir por su propio ca...