Nadie está preparado para el inicio del apocalipsis zombie. Sana y Jihyo están dispuestas a permanecer juntas, sin embargo, a veces las decisiones que pensaron para bien resultan ser lo contrario.
Mientras, Mina y Nayeon deciden ir por su propio ca...
Sana se abalanzó a Jihyo. Los brazos de la coreana la recibieron. Las lágrimas no podían faltar. Después de días pudieron reencontrarse.
—Creí que te había perdido —dice Sana. —Estuve muy asustada...
Jihyo la sostiene. —Tranquila, estoy aquí.
—No te vuelvas a separar de mí, por favor. —la nipona solloza.
—No lo haré, te lo prometo.
Jeongyeon observa todo con una sonrisa, realmente valió la pena todo. Sin embargo, ahora no debían quedarse.
—Lamento interrumpir pero deben irse inmediatamente. —les dice.
Jihyo termina el abrazo para mirar a Jeongyeon. Sana le toma de la mano.
—¿No podemos quedarnos? Esto es un refugio, parece muy seguro. —dice Jihyo.
—No. –Sana responde. —No quiero estar aquí.
La coreana le observa, curiosa. Sana, después de lo visto hace unas horas, le es imposible quedarse en el refugio cuando otras personas no tienen el mismo privilegio.
—Sí, es un refugio, —Jeongyeo camina hasta donde tiene su mochila —Pero es muy peligroso. Si esto llega a colapsar todo nos infectaremos porque nadie podrá salir.
Jihyo no puede imaginar algo así, pero si lo dice Jeongyeon entonces a de ser posible.
—Toma mi mochila, aún tiene comida para varios días. —Jeong le entrega su pertenencia. —Y toma esta arma, úsala en caso de emergencia.
Sana observa, ella en lo que lleva de vida a visto un arma.
—Conozco una salida.
—Ven con nosotras. —pide Jihyo.
Jeongyeon niega. —No puedo. Este es un lugar horrendo con personas inocentes. Si tengo la oportunidad de que esas personas salgan de aquí la utilizaré, les ayudaré. Si me voy me sentiría mal dejándolas atrás.
Jihyo comprende. Sana igual.
—Haz lo que sea correcto para ti. —le dice Jihyo, y se acerca dándole un abrazo.
—Gracias por cuidar de Jihyo —Sana toma la palabra. —También gracias por sacarme de aquel lugar, por favor cuídate mucho.
Jeongyeon asiente con una pequeña sonrisa.
—¿Están listas? –les pregunta. Ambas asienten. —Bien, vamos, no tenemos mucho tiempo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Mina-chan —llama Nayeon, quien tiene en brazos a Dahyun y por su carita sabe que está a nada de llorar.
La nipona llega a la habitación, con un biberón lleno de leche. Sonríe al ver el rostro en pánico de su novia.
