❥ Cap 12┊¿Yosu?

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Jeongyeon despertó justo cuando los primeros rayos de sol le iluminaron. Se sentó en indio y observó a su alrededor, nada fuera de lo común, pensó. Claro, estaban en la azotea de un edificio y no sería común que, sobrevivientes como ellas, las encuentren. 

A su lado Jihyo dormía, su expresión no es relajada, y le entiende, ahora se debe dormir con un ojo abierto ante la amenaza constante de revividos. Se preocupó cuando Jihyo comenzó a removerse y balbucear el nombre de su novia.

Quería que siguiera descansando, sin embargo, el despertarla de la pesadilla que está teniendo es lo mejor. Por ello, le toca el hombro y pronuncia su nombre.

La pelinegra abre sus ojos y queda estática, su pecho subiendo y bajando en un acelerado ritmo.

—Tranquila, solo es una pesadilla —dice Jeongyeon.

Jihyo la mira, nota que la soldado ha recuperado energías por la pequeña sonrisa que le está brindando.

—Mira, —Yoo señala el cielo —Parece que hoy será un día muy caluroso.

—Uhm... perdón... —Jihyo se sienta y escucha a Jeong suspirar.

—No debes pedir perdón, no has hecho nada malo —dice antes de levantarse y acercar su mochila. —Debemos comer algo antes de bajar.

Sacó dos botellas de agua y dos rebanadas de pan. Le entrega a su compañera uno de cada uno y procedieron a comer.

—Ojalá y tuviéramos mantequilla, —dice Jeongyeon—o algo de mermelada.

—O queso —agrega Jihyo para agrado de la soldado, quien asiente sonriente.

Unos minutos después ambas están listas para bajar, pero antes de salir por completo del edificio, pasan al baño, donde utilizan el inodoro y se lavan el rostro.

Entonces, al salir por completo se dan cuenta que la calle está desolada, algo curioso para ambas. Como habían decidió la noche anterior, caminarían al puente que divide la ciudad, ya que Jeongyeon le informó el protocolo que el ejército tenía es cerrar las vías de acceso a la ciudad, principalmente los puentes.

Caminar hasta el lugar les tomaría un para de horas, de no encontrarse con revividos, claro.


Después de una noche donde sus sentimientos se quebraron y sus llantos retenidos se desbordaron, Nayeon pudo dormir un poco bajo el cuidado y la atención de Mina

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Después de una noche donde sus sentimientos se quebraron y sus llantos retenidos se desbordaron, Nayeon pudo dormir un poco bajo el cuidado y la atención de Mina.

La japonesa está realmente preocupada por la salud mental de ambas. El sobrevivir, cuidarse mutuamente y cuidar ahora de una bebe es realmente difícil de llevar.

Cuando el sol salió, Nayeon se levantó, encontrándose con Dahyun a su lado y seguido a su novia, ambas dormidas plácidamente. Les miró y deseo que todas sus mañanas fuesen así, tranquila y sin preocuparse del peligro afuera.

Salió de la habitación, directo al baño, donde se echó agua en el rostro y luego de buscar entre los cajones encontró para su buena suerte y pequeña alegría un cepillo dental totalmente nuevo. Cuando su boca esta limpia con aliento a menta, sale a encontrarse con los dos cadaveres en la sala.

Toma los brazos de la señora y jala de ella hasta el jardín trasero, y repite la acción con el joven. Busca en el pequeño garaje una pala para abrir un hoyo.

Tarda una hora en excavar lo suficiente para ambos cuerpos. Está exhausta y con hambre.

Cuando esta por echarle tierra y darle una improvisada sepultura, la presencia de Mina con Dahyun en brazos la detiene.

—No sé que se dice en estos casos —dice Mina, parada ahora al lado de su pareja, mirando los dos cuerpos. —Así que diré, gracias por ser buenas personas y así como nos abrieron las puertas de su hogar espero que las puertas del cielo se abran para ustedes. Amén.

—Amén. —Repite y le mira unos segundos. Siente un opresión en el pecho. No espera más y comienza a echar la tierra sobre los cuerpos.

Minutos más tarde, la pareja está sentada en el sofá. El silencio ronda a esas horas de la mañana, el balbuceo de Dahyun es lo único que hace a ambas mantenerse fuera de sus pensamientos.

Mina con su mano libre toma la de su pareja, sintiendo con la palma de la castaña ahora tiene callos.

Nayeon recostó su cabeza en el respaldar y cerró los ojos. El cansancio le está ganando.

—Date un baño y luego descansa —escucha a Mina y solo murmura algo.

Mina se levanta en dirección a la habitación. Deja a Dahyun en el medio de la cama rodeada de almohadas y con su peluche al lado.

Sale y abre la puerta de la habitación de la señora, un 'permiso' sale en susurro cuando ingresa. La habitación es normal, no tiene nada fuera de común. Mina abre las gavetas, encontrándose con joyas y otras cosas. Visualiza los que es peines, perfumes, desodorantes y cosas útiles. Avanza al armario y no encuentra más que abrigos, de los que toma dos.

En la habitación del chico, encuentra pantalones y suéteres limpios, que toma para la castaña. Pares de medias, gorras, una mochila. Todo lo lleva a la habitación que comparte con su pareja.

Nayeon llega a pasos lentos viendo a su novia caminar de un lado a otro. Ella ingresa y se recuesta en la cama, al lado de Dahyun.

—¿Qué haces, cariño? —pregunta Nayeon.

La nipona se detiene. —Ordeno todo para cuando salgamos.

—Nos quedaremos aquí hoy, tal vez Sana vuelva y si nos vamos no encontrará a nadie.

—No tenemos nada aquí, debemos buscar dónde ir.

Nayeon suspira y se sienta, palmeando el espacio a su lado. Mina se acerca y se sienta.

—Solo han pasado doce días, y hemos perdido a Jihyo y ahora a Sana —dice Nayeon, su mano busca la de Mina. —No quiero perderte, ni dejarte sola. Se que debemos irnos, porque aquí no es nuestro hogar, pero ahora ningún lugar lo será.

Mina asiente, comprendido las palabras de su novia.

—¿Recuerdas cuando fuimos a casa de mis tíos, en Yosu?

—Lo recuerdo, ese día el viaje fue agotador —Nayeon ríe al recodarlo.

—Podemos ir allá. Sé que el viaje es mucho pero puede ser el lugar más seguro que encontremos.

Mina piensa. Recuerda el martirio del viaje, sin embargo, lo compensa la vista y lo relajante que es el lugar. Pero más que eso, fue la casa de la familia de Nayeon, con altas verjas de hierro, paredes de bloques y ventanas forjadas. Es perfecta para refugiarse.

—¿Cómo llegaremos allá? —pregunta.

—En auto, cariño —Nayeon posa su mano libre en la mejilla de su pareja. —O en moto...

—No sabes manejar moto, Nayeon.

—Entonces es hora de aprender hacerlo. Siempre quise hacerlo.

Mina le da un ligero golpe en el brazo antes de inclinarse a unir sus labios.

—Pero, Sana y Jihyo, la dejaremos...

—Le dejaremos saber donde estaremos, tal vez, puedan ir. —responde la castaña.

—Está bien. Eso haremos. —Nayeon asiente y quiere reanudar el beso pero es impedida. —Apestas como no tienes idea. Así que anda a darte un baño.

Nayeon hace un puchero y se levanta.

Mina le saca la lengua y le sonríe.

Dahyun comienza a balbucear.

The Great Escape ❥ Minayeon/SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora