08 ₊₁₆

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Tal como ambos habían previsto, la madrugada iba a ser el punto de encuentro.

Luego de pasar todo el día y la noche con Neon, finalmente cayó rendida al sueño. Pensó en ir a la parte superior para ver si estaba Edén, pero seguía afectado por sus amargas sensaciones, no sabía si verla sería la mejor decisión.

Sin embargo ya estaba subiendo las escaleras, se movía de manera mecánica, no era conciente de lo que estaba haciendo.

Por mucho que dijese que no, su corazón rogaba por estar con ella.

Finalmente la vio sentada en el mismo lugar que estaba en la mañana, al parecer miraba las estrellas totalmente maravillada.

Con un poco de nerviosismo Kurapika se fue acercando, a pasos lentos.

- llegaste - dijo Edén - en eso habíamos quedado - respondió serio.

Vio que palpó el suelo a su lado, como una invitación a sentarse con ella, dudó por unos segundos, aún pensaba en la posibilidad de irse.

- vamos, hasta comimos juntos, ya deberías saber que no te haré daño - comentó con una sonrisa en el rostro. Kurapika no tuvo otra opción que acatar. Se acercó a ella hasta quedar a la par, y con cuidado se sentó en el suelo.

- ¿no tienes frío? - vio que aún llevaba su falda sin panties, y las noches en el barco eran totalmente gélidas - un poco, pero quería sentir el aire marino en mis piernas.

Sin pensarlo dos veces se sacó el blazer negro que llevaba sobre su camisa para posicionarlo sobre las pieras de Edén, ella volteó a verlo muy sorprendida, pero no demoró en sonreírle, eso ocasionó un estallido de sensaciones dentro de Kurapika.

- no era necesario - dijo con dulzura - pero gracias - juró que era la primera vez que la oía hablar sin risas burlescas o sarcasmos, su voz dulce y sonrisa enternecedora eran un nuevo mundo por descubrir.

- no quiero que te resfríes - comentó con seriedad a pesar de estar derritiendose de amor, aunque sus mejillas sonrojadas y su corazón agitado lo delataban.

- pero solo llevas una camisa, vas a pasar frío - comentó preocupada, pero Kurapika solo le sonrió - estoy bien así.

Se quedaron en silencio, solo se escuchaba el oleaje marino y las brisas nocturnas, las estrellas y la luna eran sus únicos acompañantes.

Pegó un salto al sentir algo que aterrizaba en su hombro, peor fue para él al ver que era la cabeza de Edén que estaba apoyada sobre él ¿qué se hacía en esos casos? ¿cómo debía reaccionar? ¿debía poner su cabeza sobre la suya?

Estaba totalmente rígido y Edén lo notó, solo logró aguantar la risa por unos segundos - ¿por qué estás tan nervioso? - levantó su cabeza y miró el rostro de Kurapika, este volteó a mirarla, ambos se estaban observando a los ojos.

- ¿a caso te gusto? - Edén reía, pero eso fue el golpe final para Kurapika, juró nunca haber sentido su rostro tan caliente, su estómago se comprimió al punto de dolerle enormemente, era muy directa y eso aún le sorprendía.

Edén vio las señales, las acciones de Kurapika, había tirado la bomba y pudo confirmar que tenía razón.

Kurapika gustaba de ella. Y ella también gustaba de él.

- mmh ¿eso es un sí? - vio como Kurapika volteaba su cabeza en dirección contraria como su forma de escapar y buscar calma. Se había delatado y lo sabía, aún así iba a tratar de defenderse - nunca dije que sí.

- ¿entonces es un no? - hablaba en tono de broma con la intención de calmarlo en su ataque de nervios.

No hubo respuesta, y el silencio otorga.

Tragedia de la Libertad (Kurapika | Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora