— no, no es ella... ella se llama Edén... —
Luego pensó en la posibilidad del cambio de nombre, pero ¿por qué? ¿por qué habría tomado esa decisión?Era su dibujo, el dibujo que ahora tenía en su poder, y como obra divina estaba plasmado en un gran cuadro, mucho más prolijo pero con la misma esencia.
Los hombres a su alrededor abandonaron sus asientos, algunos quejándose de lo aburrida que fue la subasta o la gran historia de Elena.
— Elena... — estaba tan desorientado por sus propios tormentos que no se percató que la mayoría de las personas se habían ido — oye chico, ven a buscar tus cosas — le gritó el presentador, sin micrófono — sí, voy — respondió Kurapika serio, fingiendo que su mente no estaba en otro universo.
Se levantó de su asiento y bajó las escaleras hasta llegar al escenario, lo observó con detención, Edén, o Elena, ya no estaba — esto es terrible... — la culpabilidad invadió su alma, quería convencerse a si mismo que seguir sus objetivos, sin involucrar a nadie, era la mejor elección, pero su corazón sangrante de amor seguía sin sanar.
Debió buscarla, hablarle, confirmar que estaba bien.
Se acercó a una de las esquinas del escenario para subir unas pequeñas escaleras y llegar a la tarima, la cual era muy alta y ancha. Su mirada entristecida y pupilas dilatadas daban a conocer el torbellino de sensaciones que estaba viviendo, a diferencia de los demás compradores que estaban eufóricos.
— acompáñeme por acá — el animador se acercó a Kurapika y lo guio a la parte trasera del escenario, donde el intercambio de objetos se iba a llevar a cabo. El chico fue el último en llegar, vio cuatro hombres, algunos de edad avanzada y los demás de mediana edad, esperando a que el animador le entregara las cosas.
Muchos jarrones antiguos, decoraciones de épocas victorianas y cuadros fueron los elegidos por los compradores, luego iban abandonando el lugar uno a uno.
Kurapika fue el último. Se acercó a una mesa, la cual estaban todos los cuadros apilados, unos eran más grandes que otros, algunos eran más gruesos, incluso había un par de dibujos hechos por genios de la época del renacimiento, estaban dentro de una bolsa plástica.
— bien, creo que se ha ganado la lotería — bromeó el animador — ¿cómo pagará esto?
— en dólares, y en efectivo — infirió Kurapika serio, sin despegar su mirada del último cuadro puesto sobre los demás.— su firma... — su dedo índice se movió por voluntad propia en dirección a la firma de ella, era la misma firma, una gran letra E en cursiva envuelta en círculos.
— veo que le ha gustado ese cuadro... le prometo que en un par de años será una obra cotizada — agregó divertido el animador mientras que la mujer que estaba en el escenario durante la subasta sacaba el precio final con una calculadora.
— este es el precio final — ella, quién estaba detrás de la mesa junto al animador, le entregó la calculadora con el resultado final a Kurapika, era una cifra enorme, rozando lo exagerado, pero los hombres millonarios deben gastar su fortuna en algún hobbie, pensó él.
— bien, es correcto — Kurapika había memorizado la mayoría de los cuadros que había apostado con anterioridad, y su cálculo mental, aproximando los otros que había olvidado, era parecido al resultado de la calculadora — espere un momento — le devolvió la calculadora a la mujer y sacó su teléfono — le pagaré una vez los cuadros estén en su lugar.
El animador no entendió a lo que Kurapika se quiso referir, le preguntó su inquietud y recibió una orden como respuesta, él declinaría cualquier mandato que no fuese de su jefe, pero ese chico rubio transmitía mucha superioridad, incluso miedo — quiero que uno de ustedes dos vaya al estacionamiento subterráneo y busquen una camioneta de color rojo, patente J6W8FK9, no tiene los vidrios negros así que notarán que hay una mujer al volante, deben decirle que son los objetos para el señor Kaiss — el animador y la mujer se miraron incrédulos — ¿qué se cree? es un simple trabajador — le susurró la chica al hombre, éste le respondió que mejor le hicieran caso por el poder del apellido el cual representaba y la tremenda cantidad de dinero que iba a gastar en ellos.
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Tragedia de la Libertad (Kurapika | Lectora)
Fanfic⌗🐞 Kurapika nunca quiso dar el siguiente paso, pero cuando cayó en la tentación todo su mundo se había desmoronado. "- 𝐾𝑢𝑟𝑎𝑝𝑖𝑘𝑎, 𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑖𝑚𝑏𝑒́𝑐𝑖𝑙 -" Su ira se estaba desvaneciendo, su pesadilla se había vuelto realidad. Su obs...