ル⸽⋆𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕯𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖊𝖎𝖘

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- ¿sana,! Esta enamorada¡?
-como lo oíste.
Antes de que cualquiera en la habitación pudiera decir una palabra, la presencia frígida de Anako se hizo notar.
Sana y momo en un intento desesperado de salir de la situación intentaron salir de la habitación con un rápido movimiento, sin embargo, los dos padres estaban en la puerta bloqueando el paso.
-Así que, cuéntanos sana, como es la chica. ¿De que familia viene? – Sana trago saliva con una dureza extrema, tratando por todos los medios de no pensar en nada, por el miedo de que su mente fuera leída.
-Pues… Ella se llama jihyo y estu-
Fue interrumpida por su madre
-Pero de que familia proviene.
Sana y momo de miraron cómplices. No sabían que decir, y momo no sabía cómo sacar a su hermana de ese aprieto. No es que el ser humano fuera lo peor, sino lo que el enamorarse de un humano conllevaba.
Ninguna dijo nada.
Sana agacho su cabeza, notablemente frustrada como para responder.
-Ellas son humanas. -La voz de chaeyoung resonó en la habitación sumida de incomodidad. Sus padres voltearon hacia ella con asombro. – Todas nuestras enamoradas son humanas padres. Por eso vinimos hasta acá, para preguntar que es lo que debemos hacer.
Anako alboroto su cabello, tomo a sus hijas de las manos y les dio una sonrisa animada.
-Están jodidas
-¿En serio solo vas a decir eso mamá? – respondió sana con molestia.
-Qué más quieres que te diga, se jodieron todas – señaló a cada una de sus hijas, viendo como su marido reía – son humanas por el amor de Dios, morirán algún día, además estoy segura de que ellas no saben nada de ustedes.
Las tres agacharon sus cabezas, fueron estúpidas al acercarse, pero la sensación de calidez en su cuerpo solo la habían sentido cuando las tres humanas estaban cerca, cuando sus brazos o manos acababan en su cuerpo o cuando sus palabras tocaban lo más profundo de su lúgubre alma. Por fin se sentían vivas.
Ninguna pudo hacer nada para evitarlo.
¿ Qué se supone que les dirán?
¿Somos vampiras qué están vivan hace x miles de años?
¿Cómo se supone que reaccionaran?
Sachiko se tomó la situación con humor, viendo a sus hijas preguntarse el que había hecho mal.
-A veces simplemente no controlas a quien amar, ni tus instintos. Es inevitable chicas. – les dijo mientras se arrodillaba hacia ellas – el único consejo que les daré es que sean sinceras con ellas, y con ustedes mismas.

                                     […]

Qué quiere decir el ser sincera conmigo misma. ¿Debo pensar en mi? O ¿pensar en como le diré que todo lo que hemos vivido ha sido una farsa?
Es decir, tres meses es poco pero es algo.
Sana se cuestionaba mentalmente mientras caminaba hacia su habitación. No ha visto a jihyo desde hace tanto, pero aún no sabe que decirle cuando la vuelva a ver.
¿Le pediría perdón por haberla evitado o simplemente la ignoraría y trataría de seguir con su vida?
¿Que era lo más ético para hacer? No noto en ningún momento que sus pies la guiaban hacia la biblioteca en vez de su habitación. Suspiro.
El agotador día fue como un balde de agua al notar que no tenía alternativas más que dejarla ir y ser infeliz sin ella. O tenerla y mentirle, arriesgandose a lastimarla, o que si familia quedara expuesta a la verdad. El debate mental la tenía harta. Sana solo quería descansar.
Al entrar al silencioso espacio, un olor a libro viejo la envolvió y sintió esa hogareña bienvenida. Cuanto había extraño esa sensación.
Se sentó en su habitual sitio mientras agarraba cualquier libro, sin embargo, no lo leería. Solo quería recostar su cabeza y dejar de pensar.
No supo cuanto tiempo pasó, escuchando solo su tranquila respiración, una mano se poso en su cabello y el puso, inevitablemente se le aceleró. Ese maldito olor a lavanda y Chipre inundó sus fosas nasales como una oleada de agua entrando ferozmente a cualquier la lugar.
Se tenso.
Su respiración paró dos segundos y no supo cual sería su siguiente movimiento ¿hablarían? Oh! Como deseaba que el mundo se detuviera y ella saliera corriendo lo más rápido posible.
-No estés tensa. Soy yo, jihyo.
Su voz la arrolló. La dejo de rodillas en un hipotético escenario mental.
Extrañaba su voz de miel. Suave y dulce.
La extrañaba a ella.
Alzó su cabeza, fingiendo haber estado dormida. Cuerdas invisibles tiraron de sus comisuras elevándolas gentilmente hacia la castaña.
-perdón, estaba dormida. – dijo con una voz ronca, sana.
Jihyo la observó, el silencio incómodo se podía sentir a metros; solo se miraban las manos, negándose ambas a mirar ese par de ojos que las volvía locas proporcionalmente.
-No te había visto hace mucho, ¿donde te habías metido?
-Estaba…. Ni yo misma lo sé, estaba por ahí.
-Wow, misteriosa sana en por ahí. Me encanta tu profundización.
Era cierto que no eran nada, sin embargo los sentimientos estaban ahí. Seguían ahí aún después de estar tiempo separadas.
Lo único que en la mente de jihyo rondaba era ese beso que se dieron en la cafetería. El querer probar sus labios una vez más y por muchísimo tiempo más. Sus labios eran imanes qué la atraía inevitablemente. Cada vez que en eso pensaba, una corriente electrificaba su cuerpo desde las puntas de los dedos hasta su corazón.
Sana rio por su comentario, callando al no saber que más decir. Miro a jihyo mientras seguía apoyada en la mesa, viéndola desde abajo, su deseo de decirle la verdad es tan fuerte que probablemente si siguiera ahí, con llevaría un gran peligro a su secreto. A lo que había guardado para si misma. Lo que ocultaba a la sociedad.
Su semblante cambió, sus cejas se fruncieron en un intento de callar esas ansias de decirle todo. Torció su rostro.
Sana intentaba con todas sus neuronas pensar en algo que pudiera decirle. Pero todo llevaba a un vacío mental interminable.
Jihyo se levantó repentinamente del asiento, agarro su mochila y simplemente se fue.
Sana no se entero, sus pensamientos la tenían tan clavada a su mente y al mundo del sueño que nada de lo que sucedía en la realidad lo notaba.
Otra vez esclava de lo que pensaba. Con ira soltó un suspiro y miro hacia los lados después de tiempo de sobre pensar. Obviamente, esperando que jihyo siguiese ahí.
Pero no la vio.
Dejando a sana confundida.

Confusión - Sahyo G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora