Un Préstamo Imposible De Rechazar PT1 ~Kookmin~

7.- La Manzana Prohibida 🍎

Park Jimin

Lo maldije una y otra vez. Ese estúpido, bruto, imbécil. Pude estar tranquilo por muchos días más, pero sus estúpidos celos me traicionaron de esta forma.

No quería despertarme, no quiero levantarme y mucho menos salir de aquí. Estoy estresado, no quiero ver a Mark y tampoco a Jungkook. Desastre del mismo payaso.

-Son las 10 de la mañana, Jimin. ¿Te sientes bien?

-Sí, no quiero hacer nada –La cobija me cubría totalmente.

-¿Tienes hambre? –No podía negarlo, el estómago me estaba torturando.

-Sí, ¿Puedes pedir algo?

-Vamos al comedor y comemos lo que quieras.

-Puedes comprar la comida y traerla, no quiero comer allá.

-¿En la celda? ¿Comer en la celda? –Olvidé que Mark no hacía estas cosas.

-Olvídalo, iré en un rato.

-Compraré algo de comer y lo mandaré amor. Así no te levantas –Sentí sus labios besarme por encima de la sábana.

-Vale –Volví a cerrar mis ojos. Quería sentir tranquilidad y paz en mi cabeza, sobretodo porque mi curiosidad aumentó.

Jeon aceptó haberla conocido, ese día ella se veía que disfrutaba muy bien de su cuerpo a pesar de que él no parecía estar motivado totalmente. Puedo creerle el hecho de que no le guste, no era necesario que lo dijera porque lo noté, pero quería estar seguro. La chica es bonita y su cuerpo más voluminoso que el de Samantha.
¿Qué hago pensando en ese ser inmundo? Quisiera tirarle un derechazo a ver si así hace mejor las cosas.

-Comida para Jimin –Quité lo que me cubría y me levanté con toda la rapidez posible.

-¡Gracias! –Abracé la bolsa y la coloqué en la cama, destapé todo y mi emoción se esfumó de inmediato-. ¿Cómo puedo no odiarlo? Y ni siquiera me preguntó… -Una bombilla se encendió en mi cabeza por lo que llamé al chico que me repartió la comida-. ¡Hey!

-Dime.

-¿Puedes comprarme algo? Te daré un poco más de dinero –Asintió como todo trabajador-. Cómprame una ración de pollo frito –No es normal mandar a alguien a comprar comida aquí si puedes comprarlo tú, pero es necesario-. Sólo hazlo y no le digas a Mark.

-Ok –Lo vi marcharse, volví a mi lugar anterior y comencé a probar la ensalada. Mi gusto por la comida no es la misma, culpa de ese bruto.

Probé un poco más de puré de papa, justo llevé el tenedor a mi boca y Mark comenzaba a entrar al lugar.

-¿Te gusta la comida?

-S-si… ¿Qué haces aquí, amor?

-Terminé de comer y decidí pasar el día contigo, te dije que haré mejor las cosas así que confía en mí –“Confía en mí”.

-Está bien, cariño. Yo… déjame terminar –Mi orden de pollo entró justo en el momento que no quería.

-Aquí… -El chico miró a Mark y luego me miró, me siento igual de nervioso. Mark nunca ha estado de acuerdo que coma comidas con grasa, no le gusta que suba de peso. Y realmente no quiero subir de peso tampoco, pero esa “comida” es la más sabrosa-. Aquí tiene su pedido.

-Gracias –Obvié sus ojos juzgones, abrí el envase y detalle el pollo. Podía sentir lo crocante con sólo verlo.

-¿Pediste eso?