13. -Alianzas ✍️

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Jeon Jungkook

La sensación de frío en mi frente me provocaba escalofríos a medida que despertaba de un sueño… ¿Sueño?... ¿Mi hija?

-¡No!.. ¡No! –Apartaba débilmente lo que ocasionaba esa sensación escalofriante en mi cuerpo, pero no ganaba nada por mi poca fuerza.

-Tiene mucha fiebre, deje colocarse el pañuelo –Barrí con mi mano las pocas gotas que querían deslizarse por mis cejas evitando que tocaran mis ojos y poder abrirlos finalmente.

-¿Dónde?.. ¿Está mi hija? –Me levanté unos pocos centímetros del colchón y el mundo comenzó a darme vueltas como si estuviera en una ruleta, caí de vuelta al lugar anterior por mi propio peso.

-¡Señor! Por Dios… ¡Haga caso! Quédese tranquilo para que pueda ser atendido, ha tenido fiebre por varios días, apenas despierta y ¿Ya quiere levantarse? No sea terco.

-Sólo… Dígame dónde está mi hija, es lo único que quiero saber. Necesito… Verla –Tosí un par de veces al sentir mi garganta rasposa y reseca, me costaba respirar y las costillas me dolían como nunca lo han hecho-. Tráigala… Tiene… Que estar conmigo.

-Ella está bajo el cuidado de protección de niños, niñas y adolescentes.

-¿Qué? ¡No! No me van a quitar a mi hija –Arranqué con todo el asco los pequeños tubos que pasaban por mi nariz, tomé una bocanada de aire y me decidí a levantarme de esa camilla; al menos medio levantar. No logro fijar la vista por la sensación grande de mareo, me distorsiona la cabeza.

-¡VOY A LLAMAR A LA PRESIDENTA!

-¡Llámela!.. Es lo que necesito –Me volveré más loco de lo que ya estoy si eso llega a pasar-. Llámela de una puta vez… –La chica estaba asustada, podía notarlo por el sonido agitado de su respiración. Elevé mi mano hasta tocar la pared a mi lado, nada a mí alrededor me daba seguridad de no caer y terminar de morir de una forma estúpida.
No sé cuánto tiempo transcurrió desde que la enfermera salió del lugar, mi mente se concentró en no caer. El chirrido de la puerta de metal se hizo presente y el sonido de unos tacones pisar suelo hasta acercarse me hizo deducir que era la mujer quien me dirá a donde llevaron a mi hija.

-¡Hasta que despiertas!

-¿A dónde llevaron a mi hija? –Temblaba un poco por la fiebre alta en mi organismo, las pocas gotas en mi piel ya no eran agua si no sudor que emanaba, mi interior luchando por bajar la temperatura o tal vez la cantidad de medicamentos hacían efecto-. La quiero aquí… Donde la vea.

-Primero, acuéstate. Segundo, no puedo decirte donde está. Pasó a ser proceso de otro papeleo -¿Esta mujer piensa que estoy bromeando o qué?

-¿No puede?... Se supone usted es la presidenta de esta mierda de prisión –Punzada en mi cabeza. Cerré mis ojos y presioné mi cien con la idea de que ayudara en algo-. Tráigala aquí ahora mismo, no estoy de humor para gilipolleces –Solté un poco de aire y elevé ligeramente mi rostro para observar que esta se encontraba muy tranquila, sentada en una silla frente a mí como si estuviera sorda-. ¿Acaso me oye?

-Te di el tiempo suficiente para que hagas las cosas bien y lo desperdiciaste con ese… Chico. Pudiste alejarte y sólo esperar un poco más de tiempo para salir, pero no… Tenías que poner la prisión patas arriba –Movía sus manos en el aire expresando algo que sólo ella entendía.

-¿Dice que es mi culpa? ¿MI CULPA?

-Es mucho más que tu culpa, es tu responsabilidad lo que pase a partir de ahora.

Un Préstamo Imposible De Rechazar PT1 ~Kookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora