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*Hola, no sé cómo empezar a hacer esto, mi doctora me pidió que te escribiera una carta, hoy es mi último día en el hospital, así que bueno eso, estoy dando muchas vueltas, lo siento, no te voy a mentir cuando te conocí pensé que eras un idiota por tu actitud.
Creo que nuestra relación no empezó como una normal, tener sexo en la torre fue placentero y lamento si te dolió cuando... aja eso, bueno si a lo que hicimos se le puede llamar sexo. También quiero decirte que tus cartas me ayudaron a superar esto, perder a Noah fue muy difícil para mí, pero ahora solo lo imagino como un ave que salió de una jaula y eso me hace sentir mejor. Elizabeth me ayudó a dejar de pensar en él, siento que ya no es mi razón para vivir, creo que ya puedo vivir sabiendo que él no está al lado mío, ya soy libre.
Simon me gustaría intentar estar contigo... en plan como pareja y todo eso, de verdad me gustaría intentarlo*
Pensó en tirar la carta, esa era la quinta que escribía, su idea era darle la carta en persona, que la lea y que le dé una respuesta, quería asegurarse de que no tendría que volver con la psicóloga, el de verdad amaba a este hombre, pero tenía miedo, miedo de ser rechazado.
Quedaron en verse en su habitación en el hospital de psiquiatría, era el lugar más privado que pudo encontrar. Cuando Ghost llegó a la habitación las manos de Aiden empezaron a sudar, sentía que vomitaría en cualquier momento, solo le extendió la carta. Simón la tomó y empezó a leer en silencio, su expresión no le dio ninguna ilusión de que lo aceptara y eso de cierto modo lo hizo sentir como un estúpido, como un hombre como Simón le diría *¡Si quiero estar contigo!* se maldijo una y mil veces.
— Aiden... — Mejor ir desempacando se iba a quedar dos meses más.
— Si no quieres está bien, no tienes por qué aceptar, ni siquiera me gustaban tanto — sus ojos estaban cristalizados y su voz tembló amenazando con romperse, antes de que pudiera seguir hablando una mano tapo su boca.
— Déjame terminar... tengo libre el viernes y el sábado... podemos salir — Simón tomó la cara de Aiden entre sus manos y limpio el exceso de lágrimas de sus ojos — tu carta es horrible, no se entiende lo que realmente quieres decir.
— Lo sé — suspiro — no soy bueno escribiendo cartas y tampoco encontraba las palabras adecuadas para describir cómo me siento... lo que trataba de decir es que me siento libre.
— ¿Vas a llorar? — su cara se sonrojó, recostó su cabeza en el pecho de Simón soltando un suspiro.
— Lo lamento... es solo que me esperaba un no como respuesta.
— ¿Crees que me tome el tiempo de escribir y buscar flores, aparte de preocuparme por ti solo para decirte no?
— Buen punto... — Simón acaricio su cabeza y dejo un beso corto en esta.
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