Los besos y las acaricias aparecieron antes de lo previsto, las manos de Simón dejaban un rastro de calor al recorrer su cuerpo, los jadeos y gemidos llenaban la habitación en la que se encontraban perturbando a los vecinos que intentaban dormir.
Habían llegado de una misión juntos y ver a Aiden en arneses con ropa demasiado ajustada hizo que Simón perdiera la cordura, no era fetichista, al menos no hasta que lo vio vestido de esa manera. Su pareja, el amor de su vida, se veía bastante sensual cuando llevaba armas o disparaba, cuando dijo que quería verlo en acción no pensó que tendría esa reacción de sí mismo. Carajo, lo hará suyo, se asegurará de que nadie lo vea en ese estado carnal.
Se deshizo de la ropa y le puso los mismos arneses que uso en la misión, y oh cielos... verlo completamente a su merced con esos arneses apretando sus muslos y cadera, solo hizo que se despertara por completo. Pero no era un monstruo, no quería que su primera vez fuera un dolor en el culo, literalmente, abrió una de las gavetas de la mesita de noche y sacó un lubricante y varios condones. Puso una de sus piernas en su hombro izquierdo para tener acceso directo a su entrada.
— ¿Asustado?
— No... solo hazlo despacio.
— Tranquilo, no te voy a lastimar.
Unto una gran cantidad de lubricante en sus dedos, introdujo un dedo notando lo apretado que estaba. Aiden se sintió invadido, no sentía dolor, solo una extraña sensación, empezó a esparcir el lubricante dilatador para humedecer bien su cavidad anal y que no hubiera desgarres a la hora de la penetración. Era lento y suave acompañado de besos y caricias, una corriente recorrió su columna vertebral, un jadeo escapó de sus labios, sus piernas empezaron a temblar ante tal estipulación, Simón lo miró y sonrió, siguió estimulando el punto dulce de Aiden deleitándose con sus jadeos y gemidos.
— ¿Cómo te sientes? — preguntó después del segundo dedo.
— Bien... se siente bien — dijo calmado, intentando concentrarse en las palabras que salían de su boca y no en la estimulación que estaba recibiendo.
— Si te duele... dímelo — dijo acariciando su pierna, la cual estaba temblando ante la fuerte estimulación.
Siguió moviendo sus dedos tratando de dilatarlo lo más posible, ya tenía sus tres dedos dentro uno más y estaría listo, su entrada se apretó y el esperma salió disparado del miembro de Aiden dando paso al clímax. Soltó un jadeo y sintió que se derretiría el estímulo en su próstata no se terminó ahí haciendo que sus piernas temblaran más después de su orgasmo. Podía sentir los dedos de Simón moviéndose en su interior contra ese punto que estaba haciendo que se volviera loco, se sentó como pudo llamando la atención de Simón quien dejó de mover los dedos causando cierta incomodidad.
— ¿Te duele algo? — pregunto de manera suave y gentil.
— Eh... esto... me incomoda — señala el arnés, el cual estaba apretado.
ESTÁS LEYENDO
AMOR PURO
FanfictionNo puede atraerte alguien a quien no le has visto el rostro... o sí?