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Cuando abrió los ojos se encontró con unas paredes blancas, el olor a desinfectante saturo su olfato

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Cuando abrió los ojos se encontró con unas paredes blancas, el olor a desinfectante saturo su olfato. Intentó levantarse, pero un agudo dolor recorrió su cuerpo haciendo que soltara un quejido, cuando se sentó en la camilla empezó a mirar a su alrededor, no había nadie, estaba solo. El ruido de la puerta al abrirse llamó su atención, la enfermera lo miró por un momento y luego salió casi corriendo llamando a alguien, luego de unos minutos la mujer entró acompañada de un doctor.

— Aiden Walker... cómo te sientes.

— Como si me hubiera atropellado un camión.

— Mmm... sientes algún dolor en la cabeza.

— No.

— Excelente... bien, ahora dime, qué es lo último que recuerdas.

— Que me dispararon y que estaba hablando con...

— Con quién hablabas Aiden.

— ¿Dónde está Simón? — El médico lo miró sin entender a quién se refería — eh... Ghost?, el hombre con máscara de calavera.

— Oh, sí, lo recuerdo... Una mujer se lo llevó ayer casi arrastrándolo, no quería irse del hospital.

Aiden se sorprendió al escuchar eso, no esperaba que el doctor supiera quién era... aparte Ghost se había quedado con él, se imaginó que la mujer a la que el doctor se refería era Laswell.

— ¿Cuánto tiempo llevaba dormido? — cuestiono con algo de miedo a la respuesta.

— Llevabas inconsciente casi una semana.

No sabía si sentirse bien al saber que solo fue casi una semana, y enterarse de que todo ya había acabado hizo que sintiera paz, el Coronel y sus ayudantes fueron encarcelados, es lo único que le dijo el doctor ya que el resto era confidencial... y de cierto modo se alegra de que todo haya acabado. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un alboroto que llegó hasta la puerta de la habitación en la que estaban, un hombre de traje con un maletín entró con dos enfermeras tratando de detenerlo.

— Señor, el paciente acaba de despertar, no puede estar aquí — dijo el médico poniéndose delante de este, impidiéndole el paso.

— Por favor necesito que el señor Walker firme unos papeles — la discusión empezó a empeorar, así que no tuvo de otra más que intervenir.

— Está Bien, hablaré con él, solo serán unos minutos — el médico lo pensó y luego de meditarlo acepto, mientras más rápido hablara con el paciente, más rápido dejaría de molestar, el hombre se sentó delante de Aiden abriendo su maletín y sacando unos papeles — para que es eso.

— Muy bien, mientras usted estuvo inconsciente, una demanda se llevó a cabo por la custodia de Noah Walker en donde usted quedó como un padre ausente, los demandantes demostraron evidencia de que usted era incompetente. Aiden Walker usted ha perdido los derechos de paternidad del Niño de 5 cinco años, Noah de ahora apellidado Leroy, se le ha puesto una orden de alejamiento por ser un signo de peligro para el niño, si no cumple estará penado con la cárcel, ya que implica un quebrantamiento de condena.

— ¿Qué mierda? — dijo casi en un susurro.

— Y solo para dejarle saber la orden de alejamiento solo podrá ser retirada si la víctima así lo desea.

— ¿Víctima? ¿Víctima de qué?

— Noah es víctima de abandono por parte del padre, por lo tanto, el juez decidió que usted no tiene el derecho de comunicarse, ni establecer una relación con él. Firme aquí como que escuchaste, entendiste y aceptaste la decisión del juez, no es necesario que lo haga, el juez está consciente de su situación, así que si no quiere firmar está bien.

— ¿Quién crees que eres?

— ¿Perdona?

— ¡Quién te piensas que eres para venir aquí y quitármelo todo! ¡He trabajado duro por muchos años solo para que tu pedazo de mierda me lo vengas a quitar todo! — su garganta ardía, eso era todo. Tomó al hombre por el cuello de su camisa de seda y corbata de millonario — ¡Piensas que es fácil maldito pesado de mierda! — su cara ardía como la lava de un volcán activo.

Sintió cómo su cuerpo era separado del infame hombre, un pinchazo en su hombro y luego de unos minutos todo se puso negro.

— Largo.

Su aura hizo que las enfermeras que sostenían al chico inconsciente temblarán de miedo, habían visto antes al hombre de la máscara, pero nunca había parecido tan intimidante. Ghost se volteó tomando a Aiden y recostándolo en la camilla, le limpio las lágrimas que estaban en sus mejillas y luego lo arropó soltando un suspiro pesado.

La siguiente vez que despertó se encontró con Laswell quien le dejó saber que Ghost no podría ir a verlo porque estaba en una misión. El Doctor decidió meterlo en psiquiatría con una mujer llamada Elizabeth.

— Dime Aiden... porque estás aquí.

— No lo sé, ese es tu trabajo averígualo...

— Mmm... dime Aiden cómo has sobrellevado la pérdida de tu hijo.

— No está muerto.

— No intentes cambiar el tema, los doctores dijeron que has tenido arranques de ira últimamente.

— Si ya lo sabe para qué pregunta...

La conversación no estaba llegando a nada, Elizabeth notó que Aiden estaba convirtiendo el dolor en ira. Aparte que estaba a la defensiva tratando de mantener ese escudo de dolor e ira hacia los que le hicieron daño e intentan ayudarlo, tendría que trabajar en eso.

En los siguientes días no tuvo noticias de Ghost, así que solo se tuvo que conformar con las enfermeras y Elizabeth, hasta que en su habitación encontró un ramo de tulipanes encima de su cama, se sentó en la cama y tomó el ramo notando que tenía una nota.

*No sé cuando será la próxima vez que pueda ir a verte. Pero siempre te dejaré flores*

De - Simón.

Para - Aiden Walker. Habitación 08.

Dejo los tulipanes encima de la cama y sostuvo el pedazo de papel entre sus dedos, volteo el papel encontrándose con otro mensaje *Una declaración de amor* Una lágrima cayó encima del papel haciendo que este lo absorba. Después de eso solo era un llanto incesante, no estaba enojado o triste, más bien se sentía amado... hace años que no se sentía así.

 hace años que no se sentía así

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AMOR PURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora