Pedido: @ValeriaBustos926
La historia entre J-Hope y yo comenzó como un cuento de hadas, una de esas historias que solo crees que existen en las películas románticas. Nuestros ojos se cruzaron en un momento crucial de nuestras vidas, como si estuviera destinado a ser. Pronto, nos encontramos envueltos en un matrimonio que irradiaba amor y felicidad. Cada día era una nueva aventura, compartiendo risas, sueños y secretos que solo fortalecían nuestro vínculo.
Pero como dice el refrán, el destino es caprichoso, y en una noche fatídica, me vi arrastrada por la tentación. Mi corazón, que debería haber pertenecido por completo a Hoseok, me traicionó y me llevó por un camino oscuro. Cometí un error imperdonable, una aventura con alguien a quien conocía muy bien: Jimin, mi compañero de grupo. Nuestra relación se volvió clandestina, un secreto que se escondía en las sombras y se comunicaba a través de susurros apresurados. Nadie más sospechaba lo que estaba ocurriendo, y eso solo hacía que la traición fuera más insoportable.
Cada encuentro con Jimin estaba lleno de emociones intensas y prohibidas. Las miradas furtivas, las conversaciones secretas y los encuentros furtivos en lugares ocultos eran nuestra rutina. Me sentía atrapada en una red de engaño y deseo, incapaz de controlar mis sentimientos y mis acciones.
Pero, como ocurre en las historias de infidelidad, la verdad finalmente salió a la luz en una fiesta de la empresa.
La suave brisa de la noche se filtraba a través de las ventanas entreabiertas de la sala, haciendo que las cortinas ondearan con una gracia etérea. El murmullo de la música de fondo en la fiesta de la empresa creaba una melodía distante mientras los invitados conversaban y reían en pequeños grupos dispersos. Hoseok, conocido cariñosamente como J-Hope, contemplaba a su esposa (TN) con una sonrisa radiante. Su matrimonio había sido una historia de ensueño, tejida con risas compartidas y complicidad inquebrantable. Pero en esa noche, un oscuro presentimiento se cernía sobre su felicidad.
Jimin, su compañero de grupo y confidente cercano, se acercó con una copa en la mano, sus ojos reflejando una ansiedad que no pasó desapercibida para J-Hope. La tensión en el ambiente era palpable, como una tormenta que amenazaba con desencadenarse. Decidió seguir a Jimin discretamente, observando mientras el joven escribía frenéticamente un mensaje en su teléfono.
Las palabras parpadeantes en la pantalla del teléfono de Jimin dejaron a J-Hope sin aliento. Eran mensajes comprometedores, una conversación que revelaba una traición dolorosa entre Jimin y su esposa, un diálogo que había traspasado la frontera de la amistad. El corazón de J-Hope se desgarró en mil pedazos mientras sus ojos recorrían cada palabra, y un nudo de angustia se apretó en su garganta, dificultando su respiración.
—¿Hoseok? —la voz de __ lo sacó de su trance. Lo miró con preocupación—. ¿Estás bien?
Él la miró, sus ojos llenos de lágrimas que se negaban a derramarse. Sin pronunciar una sola palabra, le entregó el teléfono a su esposa, dejando que ella descubriera por sí misma la traición que había quedado al descubierto.
Ella tragó saliva, sus ojos llenos de culpa y un remordimiento abrumador.
—Hoseok, lo siento. Fue un error, un error terrible. No puedo explicarlo, pero sé que no debería haber sucedido.
La habitación pareció encogerse a su alrededor mientras las miradas acusatorias de los invitados se clavaban en ellos, como si fueran cuchillos afilados. La fiesta se había convertido en un torbellino emocional, una danza caótica de reproches y decepción.
Jimin, visiblemente afectado por la situación, se acercó con la cabeza inclinada, su voz temblorosa.
—También lo siento, Hoseok. No era mi intención lastimarte. Pero me enamoré de __ y no pude evitarlo.