Suga:
─Ya son las 7 de la tarde ¿A que hora piensas bajar?─
─Tengo mucho trabajo-dije un poco molesto─
─Bien, a las 9 vendrá un invitado "especial" si acaso te importa tu hija, vendrás a cenar con nosotros ─suspiro y se acercó dejando un pequeño beso en mi mejilla, para luego salir del pequeño estudio donde me encontraba─
Con la silla giratoria, me di la media vuelta quedando frente a la puerta y suspire.
<¿Tan especial es?>
Bueno, tendrá que esperar la siguiente canción
[....]
Eran ya las 9:39 y el invitado aún no llegaba, el silencio comenzaba a incomodar el comedor donde esperábamos pacientemente aquel invitado pero incluso el silencio no era lo único incómodo, si no también los más diminutos sonidos en la casa se escuchaban de manera fuerte y escandalosa.
<Ding dong>
Sonó el timbre, estaba apunto de levantarme y abrir cuando mi hija, corrió rápidamente para ir abrir, pequeños murmullos se escucharon al abrir la puerta.
─Padre y madre, se que no se lo había contado y debí contárselos, bueno para no alargar esto el Park Samuel mi novio─dijo sería
<¿Novio?¿Desde cuándo mi pequeña niña creció?>
Suspire, volteé a mirar a mi esposa buscado alguna respuesta o expresión que me reconfortara
Pero ella sin embargo sonrió de manera dulce y lo recibió con un abrazo de manera cálida, los mire a los 3.
<Espero y esto dure menos de lo que espero>
[....]
No sé cuánto a pasado, 3 o 4 horas desde que comenzó todo eso, solo me limitaba a sonreí o asentir, de vez en cuando hacer comentarios sencillos.
<¿Que más podía hacer?>
Aún tenía dudas que nublaban mis pensamientos, seguía sin comprender cuando mi pequeña niña se convirtió en una joven adulta.
─Padre─escuché─
Levanté la vista hacia enfrente donde se encontraba mi hija.
─Samuel sabe tocar piano ¿Permitiría que tocará una canción para nosotros?─
─Aja─musite, volviendo a bajar mi mirada a mi copa que aún contenía un poco de vino.
De manera rápida, mire a mi hija jalando a mi "yerno" hacia aquel piano viejo.
<El primer piano que compré, con mis propios ahorros y sacrificios>
Me levanté, sirviéndome aún más vino y me dirijo hacia aquellos jóvenes amantes.
El piano sonaba con dulzura y suavidad, aún sin la letra se podía saber con facilidad cuál canción se trataba.
<Lovelss>
La canción con la que conocí en aquella cafetería a la mujer más hermosa y perfecta del mundo, esa canción llena de melancolía dulce.
(El olor a café y humo de cigarro era demasiado, la gente platicando y sorbiendo de manera escandalosa.