Capítulo 13

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Gavi solo pudo observar como el otro se iba, realmente quería ir con él, pero no podía dejar a Emiliano medio muerto.

-Sé que es difícil para ti, pero no es el mejor momento para que estés con él.-Emiliano trataba de equilibrarse, Gavi tenía su pierna herida y el no tenía muchas fuerzas.

-Se que sientes algo por el lobo, y aunque quisiera que no fuera así, es imposible para mí cambiar eso.

-Emiliano, yo no...-Iba contradecirlo, pero la realidad era que no tenía con que hacerlo.

-Él no es malo, solo que es un lobo y yo un cazador, y sinceramente no soy una palomita inocente, hice cosas de las cuales no me enorgullezco, pero lo hice por un bien mayor... O eso era lo que creía, Gavi hay cosas que desconozco, pero una es segura.

-¿Qué es?

-Pedro no es el único lobo aquí, y eso es sumamente peligroso.

-Pedro no es el único lobo aquí, y eso es sumamente peligroso

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—Ey, ey, ey... Vamos, Pepi, todo está bien, ya pasó. Venga, que tenemos el mes entero para preocuparnos por otras cosas, ¿Sí?—trató de consolarlo, rodeando su cintura con un brazo mientras que con la mano que tenía libre le daba caricias en el cabello, notando lo mental y físicamente cansado que estaba su amigo.

El menor soltó un suspiro, aliviado estar de vuelta con alguien que consideraba su manada.

—Gracias...—murmuró a lo bajo, disfrutando un poquito más de la cercanía que tenían ambos antes de ponerse en camino.

~

Más tarde el mismo día y una vez acabada sus clases, el trío se encontraba nuevamente en la habitación del canario.

Ansu estaba sentado en la silla frente al giratorio, jugando al fifa en el móvil. Mientras que Ferran se encontraba junto a Pedri tumbado en la cama. El isleño seguía sin hablar mucho sobre su noche, por lo que han optado por hacerle compañía, un silencio cómodo se hizo presente en el lugar, no sonando nada más que los sonidos del videojuego.

Pedri seguía con el rostro escondido en el pecho de Ferran, su calidez y familiar aroma regalándole confort, aunque algo en su fondo suplicaba por Gavi, pero simplemente no podía tenerlo cerca, le dolía, quemaba incluso, pero a la vez no quería que Emiliano le siga exponiendo tanto a este mundo.

Pedri seguía con el rostro escondido en el pecho de Ferran, su calidez y familiar aroma regalándole confort, aunque algo en su fondo suplicaba por Gavi, pero simplemente no podía tenerlo cerca, le dolía, quemaba incluso, pero a la vez no quería qu...

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