🩸D I E C I N U E V E 🩸

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SAMANTHA'S POV.

Pasamos la noche encerrados en esa bóveda, sí, dormimos, pudimos dormir un poco tranquilos, pero eso no quería decir que estábamos cómodos.

Nos acomodamos todos en el piso, teníamos que descansar un poco para recuperar energía y luchar para irnos de ese lugar ese mismo día.

Dormí sentada, recargada en la pared, con mi cabeza sobre el hombro de Osvaldo, Rocío prefirió recostarse sobre el suelo, sobre unas colchonetas que encontramos, a su lado estaba Alex y del lado de él estaban Roier y Aldo.

Nuvia y Vicky prefirieron recostarse del otro lado de la habitación.

Todos estaban dormidos, ya había amanecido y también había dejado de llover, el sol brillaba afuera.

Cuando me desperté, levante la cabeza para poder estirarme, sin duda no había dormido en la mejor posición, pero no podía dejar solo a Osvaldo, tenía que sentir que tenía mi apoyo en todo momento y que jamás lo dejaría solo.

Una vez me levante de su hombro, lo encontré viéndome fijamente, lo primero que hice fue darle una gran sonrisa de boca cerrada, la cual él respondió.

Se veía que ya le estaba pegando todo este mar de emociones, aunque trató de resistirse mucho, ya quería irse a su casa, quería ir con su mamá.

—Estuve pensando toda la noche. — Comenzó a contarme. — ¿Qué debo hacer?

Fruncí mi cara, ante lo dicho.

—¿A qué te refieres? – Le pregunté.

—Sí.— Los ojos se le llenaron de lágrimas. — ¿Cómo viviré?, mi mamá está muerta y mi papá no me quiere.

Ay, se me había hecho chiquito el corazón, el escuchar eso, estaba sufriendo el no tener esperanza, de alguien lo esperará afuera.

—Pero no estás seguro, tal vez tu mamá esté afuera, esperando por ti. — Trate de abrúmalo.

—No tengo esperanza, Samantha. La conozco y sé que no habrá luchado ni siquiera un poco para sobrevivir.— No lloraba, pero su voz se escuchaba triste.

Ay, ¿Por qué tenía que ser tan mala para dar consejos o animar a la gente?, no sabía qué decirle, ¿Qué tal si le decía algo que lo dejaba peor de lo que estaba?

Lo que se me ocurrió hacer, fue enlazar su mano con la mía, y apretarla.

—Hablemos después, mañana, pasado mañana, no sé. — Le dije. — cuando salgamos de aquí, comemos algo, nos bañamos, ya que hayamos descansado, hablaremos de todo lo que tengamos que hablar y veremos que va a pasar con nosotros. ¿Okay?

Sus ojos no se despegaban de los míos, pero en ellos no veía el brillo que siempre salían de ellos cuando me miraba, en su lugar, veía tristeza y cansancio, sus ojos ya no brillaban como antes.

—Tenemos mucho de que hablar y lo haremos. — le dije, para después dar un beso en su mejilla.

Sus ojos no despegaban de los míos, asintió en respuesta a lo que le había dicho, después agacho la cabeza, para evitar llorar.

En su lugar, yo no dejaba de verlo.

—Pase lo que pase, no te rindas, por favor. Eres muy fuerte y mereces salir de aquí.

Él asintió nuevamente, no hablaba porque ambos sabíamos que al hacerlo se iba a romper e iba a llorar como no lo había hecho.

—Está bien. — Me dijo con voz rasposa.

Volteó a verme en esta ocasión.

—Nunca lo hagas.— le pedí.

—Tú tampoco.— Replico.

Entre Nosotros [RIVERS X EL MARIANA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora