🩸O C H O 🩸

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Estuvimos mucho rato, hablando sobre cosas random, éramos tan solo adolescentes hablando y riendo al rededor de una mesa, mientras el sol se ponía tras de nosotros.

Llevábamos casi 12 horas aquí metidos y nadie había venido a rescatarnos, aún teníamos fe de qué tal vez mañana llegarán los rescatistas del gobierno.

Solo teníamos que esperar un poco más.

Habíamos sacado un poco de la comida que consiguieron Aldo y Roier, era muy poquita, pero algo que comiéramos ya era una ventaja.

Agua por suerte teníamos bien, aquí en la sala había un dispensador de agua fría y eso nos alivianaba mucho.

El ambiente era muy cálido, todos nos reíamos, incluso Amairani que era la más callada, ya había entrado en confianza.

Se había sentado al lado mío y de Rocío, las tres nos reíamos de las pendejadas que decía el McTrio, con Alex y Carre.

—Y entonces la Miss Edna nunca se dio cuenta de que todos sus plumones para pizarra desaparecían porque el pinche Aldo se los embolsaba.— Comentaba Roier, entre risas.

Todos nos reíamos, a la pobre miss Edna se le perdían plumones diarios por culpa de estos dos.

—Y también como olvidar en las pruebas del año pasado, que al entrenador Tomás, los de volley le dieron un pelotazo en la cabeza.— dijo Rocío y todos nos empezamos a reír.

—Y nombre, y no les tocó ver la generación que se graduó cuando ustedes iban a entrar, eran un desmadre total. Todos los días había una pelea diferente en la cafetería, dejaron de dar pasteles de postre cuando un pedazo de chocolate se estampó en la cara del coordinador Guzmán.— comentó Ama entre risas, risas que todos imitamos.

—Ja, ja. Habría pagado lo que fuera por ver la cara del coordinador Guzmán llena de pastel.— Se carcajeó Aldo.

Nos la estábamos pasando demasiado bien, por un momento nos olvidábamos de todo lo que había afuera.

Los chicos se pusieron a hablar de sus cosas, dejando que Ama, Rocío y yo tomáramos un tema.

—Qué gusto me da que ya te sientas mejor.—le dije a Amairani.

—Sí, aún sigo preocupada por Ari y Juan, pero ellos saben lo que hacen.— Comentó un poco triste.

—No son tontos, vas a ver, que si no terminan viniendo, van a salir. Además, todos los que se quedaron tienen muy buena condición, van a estar bien.—Dijo Rocío, tratando de animarla.

—De eso estoy segura, pero aun así me siento mal por dejarlos, ya perdí a todos mis amigos, fui la única que salió de nuestro grupo, y ha sido difícil.— Dijo apretando los labios.

—Eres una persona muy fuerte, Amairani.— la animó Rocío.

—Muchas gracias, pero por favor, díganme Ama.— contestó la mayor y nosotras le sonreímos.

—Al Chile que bueno que nos dejas decirte Ama, Amairani está largo y complicado de decir.— Dije rompiendo la calidez.

Ama y Rocío rieron.

—No sé porque no tuve la dicha de conocerlas desde antes de esto. Nos la hubiéramos pasado muy chido.— Dijo Ama riendo.

—En cuanto salgamos de aquí, tenemos que salir juntas por un café o algo.— Dijo Rocío.

—Yo jalo.— conteste.

—Sí, yo también jalo, pero primero concentrémonos en salir de aquí.— Dijo Ama.

Entre Nosotros [RIVERS X EL MARIANA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora