🩸C I N C O 🩸

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Los zombis del otro lado estaban llegando a nosotros, me quedaban pocas flechas.

Todos estábamos en desesperación y la maldita puerta no se abría.

Mientras Aldo y Roier trataban de abrir la puerta, golpeando el candado, rápidamente, Osvaldo tomó una puerta que ni sabíamos por qué rayos estaba tirada, y la puso como tipo escudo para que no pasaran, Rocío, Ama, Iván, Rodrigo y Francisco le estaban ayudando a empujar la puerta, del otro lado, yo le disparaba a los zombis y después Alex se me unió, golpeándolos.

No me percaté que venía un zombi hacía a mí, estaba ocupada apuntándole a otro, pero en eso Quackity lo tomo del chaleco y lo lanzo por la ventana y así estuvo, solo me quedaban tres flechas y venían corriendo más hacia nosotros.

Seguí lanzando y me quedaba una sola flecha, no podía seguir atacando. Lo bueno que tomaron otra puerta que estaba tirada y la pusieron del otro lado, Alex, Juan, Ari, Javier, Natalia yo deteníamos la otra puerta.

Eran mucho más fuertes de lo que pensaba, además de que nos multiplicaban en número, eran mucho más fuertes y agresivos, estábamos sufriendo al tener que bloquearles el paso.

—Rivers, ¿Y si le disparas al candado crees que se rompa?— Me llamo Roier, como medida desesperada.

—No pienso que funcione, nunca he lanzado tan de cerca, pero no pierdo nada con intentarlo.— Les dije, pero si me iba, sería menos la fuerza.— Vengase uno para acá.— Les dije y Aldo fue el que vino a luchar con los demás.

Me puse lo más lejos que pude del candado, puse un pie delante del otro para tener más precisión y mejor impulso a la hora de impactar y solté la flecha.

Esta golpeó el candado, más no lo rompió, pero si lo daño ya sería menos el esfuerzo.

—Me lleva la chingada.— maldijo Roier.

—Espera, daño el candado, si seguimos golpeando es muy probable que se rompa pronto.— le dije para ayudarle a seguir golpeando.

—Chicos, no es por meter presión, pero nos estamos cansando y estos cada vez toman más fuerzas.— Sonó la voz exhausta de Iván.

—Tranquilos, ya casi se rompe.

—Me queda una sola flecha, si quieres ayuda a los demás, lanzaré hasta que se rompa.— le dije a Roier y este se hizo a un lado.

Volví a disparar y volvió a impactar con el candado, este brincoteo, pero no se rompió.

Y así sucesivamente, hasta tres veces, el candado ya estaba muy chingado, disparaba e iba por la flecha para volverla a lanzar.

—Ya, Rivers. Ya no se rompió. — Dijo Roier, trabado de acercarse para buscar otra manera cuanto antes.

—No, déjame intentarlo una última vez.— Dije acomodando la flecha y lanzarla.

En cuanto salió disparada, salió volando junto con el candado. Por fin se había abierto la puerta.

—Ahuevo, Cabrón. — festejó Roier, tomándome de los hombros y dándome un abrazo.— Entren rápido.

Ese abrazo no me incomodo, sabía que era de alivio al estar a salvo, no era una persona que le gustara mucho recibir abrazos, pero tampoco le iba a decir a Roier "Quítate, pendejo", además me caía muy bien.

No me había dado cuenta, como Osvaldo miraba la escena con una ceja enarcada, pero no le puse mucha atención, ya que los demás empezaron a entrar.

A velocidad récord, empezaron a caminar hacia la puerta, aun con las puertas, bloqueando el pase de los zombis.

Entre Nosotros [RIVERS X EL MARIANA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora