🩸 D I E Z 🩸

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—¿Rodri?— preguntó Ari, con la voz entrecortada.

Confundido, el chico se tocó la nariz y vio que le estaba escurriendo sangre.

—No, no, chicos no es lo que creen.— Intentó acercarse a Ari, pero Juan se puso delante de ella, para impedir que se acercara.

—Por favor no te acerques.— Dijo Juan, con la voz llorosa.

—No, es que no me mordieron, déjenme explicarles.— Se limpió la sangre con el suéter del uniforme—¿Ven?. Ya no me sale más.— defendió calmado.

—¿Y cuándo el zombi cayó de la ventana?, tú estabas ahí, casi te cae encima.— Natalia se acercó para estar casi en frente a él.

—Sí, pero logré quitarme a tiempo, solo me lastime aquí.— Nos enseñó como la parte de arriba de su mano, tenía un raspón, no era algo muy grande, pero si se veía profundo.

—¡Pues por ahí pudo haberte mordido!— gritó histérica.—¡¿Qué no ven que nos va a morder a todos?!— Se quejó, haciendo berrinche.

La tranquilidad en la que hablaba Rodrigo me hizo sentir seguridad, estaba muy seguro que no le habían mordido, en cambio, Francisco y el profesor Antonio estaban muy nerviosos de que los descubrieran.

—A ver, es casi imposible que le haya podido morder en ese raspón tan pequeñito.— Defendió Iván a su mejor amigo.

—¿Así?, ¿Y como explicas las sangre en la nariz?— volvió a preguntar la misma chica, con los brazos cruzados y una mirada dura.

—Allá voy, déjame explicarte.— Rodrigo levantó las manos en señal de rendición.— Desde que soy pequeño, tiende a sangrarme la nariz ante la falta descanso, también con movimientos muy bruscos, ya que mi tabiqué es muy sensible, siempre me ha pasado desde que nací.

Su explicación tenía mucho sentido, al menos yo lo creía.

—Sí, no está mintiendo, yo soy testigo de eso.— Argumento Iván.

—No te creo nada.— Dijo Natalia.

Los demás no decían nada, al parecer todos estaban asustados, no sabían qué hacer, tenían miedo que en cualquier movimiento en falso Carre se fuera a transformar, o que estuviera diciendo la verdad y lo sacáramos, excavaríamos su propia tumba.

Yo quería creerle, me aferraba en hacerlo, pero todo había sido muy rápido y tal vez era mi instinto de supervivencia, me hacía dudar de todo, aunque me negara.

—¡Les estoy hablando con la verdad, chicos, es imposible que me hayan mordido!— Rodrigo trato de convencernos.

—A, ver, Mejor explícanos, ¿Qué paso en la ventana?— propuso Roier.

—Estaba recargado en la orilla de la ventana, estaba viendo el paisaje y tratando de respirar el aire nocturno, cuando escuché los ruidos, esos raros que hacen y mi instinto fue moverme, solo me alcanzó a rasguñar con un vidrio, pero eso fue todo.— explico calmadamente.

—Okay, ¿Alguien más vio?— preguntó Roier a todos.

Nosotros no habíamos visto nada, estábamos demasiado ocupados hablando sobre cómo el pendejo de Osvaldo quería supuestamente invitarme a cenar.

Estaba más que claro que a ese vato le cagaba, no podía ni soportar que le hicieran burla conmigo y yo que pensaba que en realidad había cambiado.

Siempre que Aldo y Rogelio decían algo sobre nosotros, se ponía de mal humor, era demasiado obvio.

—No, nadie lo vio, no tiene como comprobar que lo que dice es verdad.— Atacó Natalia.

—Pero les estoy diciendo la verdad.— Abrió los brazos.—Vean, no hay mordidas, ni nada.

Entre Nosotros [RIVERS X EL MARIANA] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora