Después del arduo trabajo de parto, Jiang Cheng pudo descansar sin preocupación alguna. Sin embargo no pudo dormir más de una hora, y probablemente eso se debió a que en algún momento de su sueño había dejado de sentir la calidez y aroma de su alfa.
Despertó confundido y un poco adolorido ya que el efecto de la epidural estaba pasando. Aun así decidió pasar por alto sus molestias y en lugar de llamar a las enfermeras prefirió buscar la seguridad que le daba Wangji. Estar con su alfa era lo que más necesitaba en ese momento, así que con la mayor claridad que pudo pronunció.
—A-Zhannn...Ven...
Su voz era débil y un poco ronca por el sueño, pero fue más que suficiente para que todos los que estaban al otro lado de la puerta lo escucharan.
Su familia, que estaba esperando en la pequeña sala de la habitación rápidamente deslizó la puerta corrediza y entró a verlo. Tantas personas rodeándolo y haciendo preguntas al mismo tiempo lo abrumaron, por lo cual solo pudo murmurar breves sí o no, antes de que su madre silenciara todos.
—Suficiente, A-Cheng no puede responder a todos al mismo tiempo.
Al ser regañados guardaron silencio y retrocedieron un paso, pero Lan Qiren aprovechó el momento para acercarse a Jiang Cheng y abrazarlo.
—¡Felicidades cariño! El bebé es hermoso. Fuimos a verlo a los cuneros y la doctora nos dijo que se encontraba en perfecto estado. Ya quiero cargarlo pero esperaré hasta que vuelvas a darle de comer.
El tío Qiren no cabía de la emoción y aunque a A-Cheng se sentía contagiado por su felicidad, no pudo evitar sentirse un poco sensible por su olor. Incluso cuando su madre se acercó para quitar al Lan y felicitarlo con un abrazo, su aroma también le irritó, lo cual le pareció extraño, ya que su madre suprimía su olor desde hace semanas. Aun así su perfume le parecía fuerte, al igual que la peculiar colonia masculina que se mezclaba con su esencia.
Intentó no darle importancia, pero realmente no podía concentrarse en lo que decían con todos esos aromas a su alrededor. Estuvo a punto de ser brutalmente honesto con ellos y aunque no quería herirlos decir que se alejaran un poco, afortunadamente eso no fue necesario. Ya que Lan Wangji llegó al lugar en ese momento y algo fastidiado los miró reprobatoriamente antes de acercarse protectoramente a su esposo.
—Les dije que A-Cheng debía descansar ¿Por qué todos están aquí?
El alfa liberó sus feromonas para alivio de Wanyin, quien rápidamente se apoyó en el hombro del Lan y escuchó a Nie Huaisang ser el primero en reclamar.
—Venimos porque cuando despertó estaba solo. Te llamó, pero tú estabas... no se en dónde estabas, se supone que lo cuidarías.—murmuró indignado.
—Parecía muy ocupado al teléfono...—soltó Wei Wuxian mirando con molestia al Lan. Aunque al dirigir su mirada a Jiang Cheng no pudo evitar sonreírle con cariño.
—Basta chicos, Lan Wangji tendrá sus razones. Además, únicamente dejó solo a mi hermano por unos minutos.— lo defendió Jiang Yanli.— Y ahora que ambos están aquí, quiero felicitarlos. Enhorabuena chicos, estoy tan feliz por su primer hijo.
La pareja agradeció sus palabras y recibió de buen agrado su abrazo, lo cual fue seguido por una felicitación de su esposo, Jin Zixuan, pero que no pudo siquiera pensar en abrazar a su cuñado debido a la profunda mirada amenazante que el Lan le dirigió.
Todos entendían perfectamente su comportamiento, lo territorial que se mostraría los primeros meses después del nacimiento de su cachorro y lo apegado que estaría a su omega. Así que evitaron acercarse demasiado a Jiang Cheng aunque lo único que deseaban era mimarlo, pero fue evidente que alguien no captó el mensaje o tal vez ni siquiera le importó.