Al despertar y ser consciente de todo lo que había ocurrido la noche anterior, Jiang Cheng se sintió avergonzando. Era lamentable que con solo un par de copas hubiera perdido la compostura, normalmente no actuaba así y aunque se justificaba diciendo que tenía meses sin tomar alcohol, su consciencia no paraba de recriminarle el hecho, pues a pesar de que ya había dado a luz a su bebé debía seguir amantándolo.
Con algo de dificultad intentó ponerse de pie y verificar si todavía había leche en la nevera para cuando Leilei despertara. Sin embargo, al retirar el brazo de su esposo de su cintura y ponerse de pie, sus piernas perdieron la fuerza.
Sorprendido por el intenso dolor en su cadera tuvo que sentarse nuevamente en la cama, y nada más ver sus muslos comprendió que Lan Wangji había sido demasiado efusivo. Pues tenía un montón de moretones en muslos y piernas, aunque su asombro fue mayor al verse en el espejo, ya que descubrió más marcas en su cuello y pecho.
—¿Qué haces aquí amor?—susurró Wangji entrando al baño y apreciando el cuerpo desnudo de su esposo.—¿Te duele?—preguntó preocupado al ver las huellas de su apasionado encuentro.
A-Cheng no había parecido adolorido ayer, pero siendo sincero no estaba completamente lúcido. Así que apenado pero excitado por tan bella imagen, lo abrazó por la espalda y comenzó a repartir besos por sus hombros.
—Si necesitas algo pídemelo. Hare lo que sea para ver feliz a mi lindo bebé de azúcar.
Aquella frase fue un golpe bajo para Jiang Cheng, el cual enfurruñado e indignado se alejó del toque del Lan.
—No es gracioso Wangji— Se quejó el omega al ver a su esposo sonreír—Estaba ebrio, dije tonterías y...
—¿Me aproveche de ti?—preguntó A-Zhan queriendo saber si eso es lo que pensaba su querido A-Cheng. Era evidente que Wanyin lo había seducido e iniciado todo, pero ciertamente estaba bebido y Wangji no había dudado en llevarlo a la cama.
—Arghh...¡No!— exclamó A-Cheng —Obviamente yo deseaba estar contigo, eres mi esposo y me gustas, pero...¿Enserio no pudiste ser más amable? A penas puedo caminar y es un milagro que no me hayas volteado la matriz. Sé que tal vez yo te pedí que fueras duro, pero debes saber esto Lan Wangji, si estoy tomado o en celo probablemente pediré cosas de las que me arrepienta... un poco.
—¿Entonces no quieres que ponga un hermanito para Leilei en tu vientre?
Al oír su tono decepcionado Jiang Cheng se dio un golpe en la frente y después de un largo suspiro respondió.
—Ves lo que te digo. Apenas puedo con Lan ShengLi, ¿Qué te hace creer que quiero un par de gemelos llorando todo el día?
—¿Gemelos?—musitó Wangji sorprendido, él solo había pensado en uno , pero entendió perfectamente a su esposo cuando le aclaró.
—Sí, con todas las veces que te corres en mí mínimo saldrían gemelos. Porque no me imagino que haría yo con trillizos o quintillizos.
Lan Zhan se sintió orgulloso de escuchar aquello, sin embargo rápidamente bajó de su nube cuando escuchó a Wanyin reñirlo y enviarlo a atender a su bebé. Aquello no suponía un problema, amaba atender a su cachorro y esposo, así que para compensar lo adolorido de su pareja faltó al trabajo para mimarlo todo el día.
Xichen parecía más feliz de lo usual cuando subió a verlo, así que fácilmente le permitió faltar a la empresa y no lo cuestionó al respecto. Aunque su falta de interés fue un inconveniente para Lan Wangji, pues de haberlo cuestionado él hubiese podido preguntar por qué había invitado a Huaisang a su departamento la noche anterior. A-Cheng también lo había notado, ya que mencionó que sentía el familiar aroma de Huaisang en su pequeño, sin embargo no prestó más atención al tema. Ante lo cual Lan Zhan no tuvo más opción que quedarse con la duda.